Por: MarÃa Teresa Adalid — 10 de mayo, 2013
Ravioles negros es una experiencia escénica intimista que se lleva a cabo en un espacio austero donde la causa y el efecto no son evidentes. Es un monólogo que escribe y dirige Alberto Villareal y que lleva como protagonista al experimentado actor Mario Balandra.
El montaje es un pedazo en el tiempo planteado de manera indefinible, utiliza un texto con diversidad de significados, lo que permite conectar con el espectador de múltiples maneras. En entrevista con InterEscena, el actor Mario Balandra explica un poco más acerca de este proyecto.
M.T.A: “Una pasta negra cocinada en seco”, prosa, metáforas, pintura, gestualidad corporal y la palabra, que provoca una experiencia sensorial. ¿Qué significa esta obra?
M.B: “Para mà significa una relación profunda con el cuerpo, con la palabra, con el amor, con la muerte, con la vida, con la alegrÃa, con la ausencia, con las presencias, etcétera, etcétera. Caben muchos temas, pero considero que es una reflexión profunda sobre el cuerpo, sobre su sentir y la palabra”.
M.T.A: En escena un hombre mayor en silla de ruedas habla sobre las obsesiones corporales, de su memoria y sus errores de juventud, sugiere la última etapa de su vida. Poco a poco se va transfigurando mediante capas de arcilla, con ello, deforma su rostro y cuerpo hasta crear otras posibilidades de lenguaje. ¿Quién es este personaje?
M.T.A: “Yo pienso que es varios. No sé si te das cuenta que en la obra hay distintas formas tanto de hablar como rÃtmicas y a nivel de pensamiento. Hay una especie de no coherencia en el texto. Yo te podrÃa decir que no es uno, sino varios. ¿Quién es?… No tiene un nombre, no tiene una personalidad definida, tiene varias personalidades, pero hay una experiencia anterior de vida que le da una edad determinada. No es un loco, no es un enfermo mental. Es una exposición de diversas personalidades que asumen distintas palabras y actitudes ante varios hechos y temas”.
M.B: La pieza-teatro-performance tiene influencia de Samuel Beckett (1906-1989), Harold Pinter (1930-2008), Günter Brus (1938) y Olivier de Sagazan (1959) ¿Qué se toma de cada uno?
M.B: “De Günter Brus se toma el principio de intervención en el cuerpo de una manera plástica; de Oliver de Sagazan, el uso de elementos en la intervención del cuerpo, lo cual, nos parecÃa inspirador porque, el personaje tiene movimiento permanente como sucede en la plástica con colores y texturas; de Beckett, el lenguaje aparentemente incoherente pero profundamente conectado con la vida y las relaciones humanas, sus pausas y por supuesto la admiración a sus producciones en monólogos y obras cortas; con Pinter fue lo suave y violento de sus textos cotidianos que encierran un misterio. Yo le llamo violencia de poder y contacto”.
M.T.A: ¿Alguna frase que le guste?
M.B: “Haré burbujas con tu sangre. La riqueza de esa frase me llama mucho la atención por poderosa, extraña y vital. En este caso concreto del texto está dicho a ELLA. Hacer burbujas con la sangre de ELLA, me parece seductor, enigmático, violento y muchas cosas más”.
M.T.A: Es una obra atÃpica, ¿Qué efecto buscan en el espectador?
M.B: “El universo que plantea el maestro Villareal es un universo mas crÃptico que otros, sin embargo lo que yo he descubierto es que tiene muchas posibilidades y tipos de conexión. Lo que busca el autor es finalmente la esencia del teatro que es un contacto directo y frontal con el espectador, una conexión libre a nivel temático y de sensaciones, generar reacciones, un intento de entender lo que no se entiende, establecer relación con otros seres humanos tratando que sea profunda e importante.”
Ravioles negros es un espléndido trabajo artÃstico, espontáneo y profundo, una búsqueda en la esencia de la naturaleza humana a través de la posibilidad y libertad del cuerpo, el arte y la realidad. Dirección de Alberto Villareal y actuación de Mario Balandra. Se presenta hasta el 4 de junio en el Teatro El Granero del Centro Cultural del Bosque. Lunes y martes 20:00 horas. Fotos: © alfredomillan/rolatuarte.
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No se si entendà el trabajo, o el mensaje, pero se agradece infinitamente la entrega del actor que hace en el escenario, aunque con esta entrevista los clavos sueltos parecen encontrar sentido
Orale se ve chida
UN ABRAZO DE OSO CHICAS…
Debe haber sido sublime ver el trabajo del maestro Balandra, es una lástima que no tuve oportunidad de verlo.