El último libro de los hermanos Salmón… un ejercicio hilarante de Ginés Cruz

Por: Susana Fernández — 16 de septiembre, 2016

“El fantasma de la culpa es el más cruel de todos…”

En México, el doctor Albert Salmón, sicólogo de origen judío, se encuentra tratando el conflicto de Hécuba Bradislava, una fotógrafa que lidia con el dolor por la muerte de un ser querido. Él, que se recrimina la pérdida de su propia hija cuando huían de Alemania, no ha podido aliviar sus culpas y a los fantasmas que lo aquejan sin darle reposo…

Este es el inicio de El último libro de los hermanos Salmón, una tragedia de grandes proporciones que bajo la dirección de Ginés Cruz hace extirpar la culpa a través de un ejercicio de humor e ironía, aunado a la actuación de un gran elenco. Un texto brillante de Mariana Hartasánchez Frenk quien a través de la dramaturgia retoma la memoria del pasado para descubrir una historia compleja que versa sobre los miedos, los resentimientos, el sentido de permanencia y sobre todo la culpa por la responsabilidad no cumplida.

Y es precisamente sobre la parte actoral que vale hacer énfasis sobre este trabajo, ya que si bien es cierto que el texto de Mariana Hartasánchez es una introspección que por si sola cautiva, la dirección que logra Ginés Cruz es más que acertada cuando vemos el nivel que alcanzan los actores responsables de llevarlo a escena. A través de una gran sensibilidad y una guía casi ceremoniosa, Cruz logra que los actores sobre escena y el público desde su butaca disfruten de esta gran prueba del teatro contemporáneo.

Boris Schoemann, como el racional doctor Albert Salmon logra un ser apegado a la razón, pero no por eso carente de humor; por su parte, Pilar Boliver, además de una excelente actriz, es toda una gozosa de la escena y como buen torero del teatro sale airosa al encarnar los distintos personajes que interpreta, ella disfruta de cada momento en el escenario y eso lo contagia al espectador.

Mahalat Sánchez como la “Quita Culpas” y Ricardo White como Hans Salmón pasan del discurso más serio y pertinente a exclamaciones que rayan en exaltaciones de locura que atrapan al público conforme se desarrolla la trama y arrancan la risa en más de una ocasión.

Por su parte, Ana Beatriz Martínez y Gerardo del Razo se mantienen a la altura de sus compañeros y completan un círculo perfecto, todos en escena logran que uno como espectador disfrute de cada escena. Realmente el trabajo del director ejemplifica una de las frases que resumen el empeño actoral “El salmón es un pez que simboliza la perseverancia”, ellos como actores sintetizan ese anhelo que se tiene por convencer, contagiar y compartir la historia de cada personaje y la entregan para que tú como espectador te apropies del texto y salgas del teatro convencido de que “no puedes eludir el dolor por siempre”.

Con la escenografía de Auda Caraza y Atena Chávez, la iluminación de Sergio López Vigueras, el vestuario de Carolina Jiménez y la banda sonora de Federico Schmucler, elemento que nos traslada de México a Alemania, El último libro de los hermanos Salmón es un gran trabajo coproducido por la Dirección de Teatro UNAM, DramaFest y Teatro de Babel, una obra que no hay que perderse en cualquiera de las tres últimas funciones que ofrece este fin de semana: sábado 17 de septiembre a las 7 pm y domingo 12 y 18 horas, en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario.

Estrenada en el marco del DramaFest, Festival Mexicano de Dramaturgia Contemporánea, El último libro de los hermanos Salmón, es una reflexión irreverente que nos libera del miedo, los resentimientos y la culpa por la responsabilidad no cumplida a través del humor, la ironía y el sarcasmo. Fotos: La Marmota Azul.