Teatro

El último ciclista… ¡pedalea más fuerte que te alcanzan!

Por: Aracely Cortés — 8 de agosto, 2018

Los Weros Teatro presenta El ultimo ciclista, dirigda por Natalia Goded, se presenta en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helenico, agosto 2018 “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel u origen, eso se aprende. Sí las personas aprenden a odiar pueden pensar en amar. Le es más natural el amor al corazón que su opuesto”, Nelson Mandela.

La obra de Karl Svenk, El Último ciclista –la cual fue escrita y se representó en el campo de concentración de Terezín–, es un clásico del teatro de la posguerra, es la única pieza teatral que resistió a la extinción cultural nazi.

La representación de este texto se ha hecho innumerables veces porque el tema central no nos parece ajeno ni extinto, muestra una condición que parece natural en el ser humano: la discriminación.

En este sentido, la propuesta de la compañía Los Weros Teatro, que actualmente se presenta -todos los miércoles hasta el próximo 15 de agosto- en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, tiene muchos elementos a destacar. La fuerza interpretativa de los actores, aunado a una sencilla, pero extraordinaria, escenografía son de lo más sobresaliente, ambos factores logran que el espectador se sitúe en distintos espacios y momentos.

Los Weros Teatro presenta El ultimo ciclista, dirigda por Natalia Goded, se presenta en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helenico, agosto 2018 Así, la actuación de Omar Esquinca, Mariana Villaseñor, José Ponce, Víctor Avena y Natalia Goded aunada al trabajo de máscaras (diseñadas por Julieta Ortíz) mueven a la reflexión sobre qué acontecimiento, situación o circunstancia de nuestra propia vida pueda incomodar tanto a la autoridad, que nos haga ser sujetos de salir de las normas establecidas y por lo tanto, estar bajo las luces de la ilegalidad.

La referencia a un artículo como la bicicleta, que lo mismo puede tener un uso lúdico como cotidiano, es un excelente tropo. No hay razón para que un ciclista, por el hecho de serlo se vuelva peligroso o indeseable.

Las distintas escenas que componen esta obra dirigida por Natalia Goded hacen referencia a la intolerancia, a la discriminación, al abuso de poder y a la perturbación de la mente humana. No obstante, la persecución a los ciclistas como metáfora de ser seres en constante movimiento abre la posibilidad de huir, y así, un par de los personajes no escapan, enfrentan al régimen y no temen ir a la isla del horror.

Los Weros Teatro presenta El ultimo ciclista, dirigda por Natalia Goded, se presenta en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helenico, agosto 2018 Las motivaciones son el deseo y el amor, la joven idealista que pese a la prohibición quiere una bicicleta y el hombre que se enamora de ella, los dos ideales del ser humano, en oposición a la crueldad que impulsa al exterminio.

Un grupo de lunáticos toma el poder (sic), y eso desencadena una serie de acciones desproporcionadas sin ningún tipo de lógica, por ejemplo, hacer un decálogo para prohibir el uso de bicicletas, la fabricación y venta de éstas y toda clase sanciones para quien comercie, posea o utilice el velocípedo. La consecuencia de esta decisión es una sociedad dividía entre perseguidores y perseguidos.

El argumento y la puesta en escena de El último ciclista, como buen clásico, sigue vigente porque cuestiona la barbarie de un sistema que tiene la intolerancia y la no aceptación del gobernante como base para gobernar y ejercer la ley, el abuso de autoridad y lo impune que resultan quienes lo cometen son un tema tan contemporáneo que la discriminación, persecución, enjuiciamiento y encarcelamiento que viven los personajes, bien pueden representar cualquier parte del mundo en este siglo.

Los Weros Teatro presenta El ultimo ciclista, dirigda por Natalia Goded, se presenta en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helenico, agosto 2018 Es claro que en la obra, los lunáticos, los locos que escaparon de un manicomio y se conducen sin ninguna razón son los nazis y los ciclistas son los judíos, lo grave se advierte desde el mismo título de la obra, El último ciclista, es decir, que no quede uno sólo, realizar una limpieza étnica, como las que se hacen hoy en día, la diferencia es que ahora los gobiernos y organizaciones del mundo no castigan con el horror que se vivió en ese terrible pasado. La pertinencia y urgencia de montar una puesta teatral como El último ciclista es que mantiene viva la memoria y contribuye a no permitir convertirnos de víctimas a victimarios.

“Es importante resaltar que el humor no es tomado como una burla en El último ciclista, sino como un recurso para humanizarnos. Es recordar que sólo la risa nos hará trascender los tragos amargos de la historia de la humanidad”, Natalia Goded. Fotos: Adair Rodríguez Ángeles.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.