Teatro

El reencuentro, un ajuste de cuentas con el amor y la vida

Por: Josué Romero — 26 de abril, 2014

Pablo Valentín lleva escena El reencuentro. Foro Lucerna, abril 2014 “Siempre se vuelve al primer amor…” así se escucha en aquel inolvidable tango que cantaba el universal Carlos Gardel. Veinte años después, si así ocurriera, la cita se daría en un café o en algún bar para conversar –regresando al mismo tango– de aquello que ha pasado durante el tiempo que no se vieron.

Así se da El reencuentro, una puesta en escena escrita y dirigida por Pablo Valentín que va más allá de una simple historia de amor, más bien explora el miedo a la soledad y al abandono. Se trata de un texto más profundo que más allá de las relaciones en pareja inquiere en las obsesiones del ser humano que hurga en aquellos momentos cuando se comienza y acaba con aquello que alguna vez se llamó amor, con sus ataduras, ilusiones y sus expectativas…

Es así que en esta historia inconclusa, Jessy (Yolanda Ventura) y Javier (Dario Ripoll), quienes fueron novios en la adolescencia, se (re)encuentran, veinte años después. Al pasar el tiempo, mantuvieron un contacto frío y esporádico, lo que hoy les sucede nada tiene que ver con aquella relación de años atrás, cuando los momentos eran tiernos y apacibles, particularmente para Javier quien sigue pensando que aquello fue lo más hermoso que le pasó en la vida.

Sin embargo, la vida misma los llevó por otros caminos y por otros derroteros definiendo y acentuando la personalidad de cada uno de ellos. Ella, ahora es una mujer inconstante, inestable y le tiene miedo al abandono. Encadenada a una relación tras otra, avanza y no se detiene. Prefiere alejarse antes de que la abandonen. Vive sin cerrar los ciclos y por lo tanto los correspondientes duelos.

Pablo Valentín lleva escena El reencuentro. Foro Lucerna, abril 2014 Él es inseguro, no sabe reconocer –o no quiere darse cuenta– que ese primer amor de la adolescencia, si bien es cierto nunca olvidó, lo ha llevado a obsesionarse tratando de desentrañar si aún lo siente en su corazón, si es real, pero sobre todo se cuestiona el por qué no pudo materializarse.

De entrada, se puede decir que El reencuentro no es una cita teatral cursi. Más bien se puede considerar ruda porque a través de la comedia –risas nerviosas en la mayoría de los casos– nos confronta con nosotros mismos, ya que la mayoría de las veces nos creamos historias impecables, quién no ha fantaseado con la relación perfecta, donde no existen los límites ni parámetros de la realidad. Es así que cuando las cosas no son como pensamos o como quisiéramos que ocurrieran, es cuando se hacen las comparaciones y, por supuesto, con esto nadie sale beneficiado.

Pablo Valentín lleva escena El reencuentro. Foro Lucerna, abril 2014 El Foro Lucerna es el escenario de El reencuentro, una obra donde también se dan cita Darío Ripoll (quien alterna funciones con Pablo Valentín), Luis Orozco y Mariana Treviño (actriz invitada), el resto del elenco que da forma a los anhelos y al enamoramiento del primer sueño romántico pero también se estremece y cuestiona el por qué, el cómo, el cuándo y el tan trillado hacia dónde vamos no sólo como individuos sino como cándidos personajes de novela cayendo rendidos ante el enamoramiento de cualquier relación.

Porque como bien dicen las sabias palabras de Pablo Valentín al escribir El reencuentro: ¿Cuánto tienes que ir hacia atrás para avanzar hacia adelante? ¿Cuánto tienes que regresar y hurgar en el pasado para evolucionar y crecer como ser humano? Atrévete no sólo a reencontrarte con aquél primer amor… atrévete a hacerlo contigo mismo.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.