
Por: Arturo Carrasco — 25 de julio, 2014
Escrita y dirigida por el dramaturgo Paulo Sergio Galindo, El Mentidero del Chico Talegas comprende dos historias que aunque diferentes en tono tienen en común el lenguaje y sonoridad propia de la región de Sonora. Se trata de una propuesta muy del norte que sólo nos lleva a la risa y no habla sobre el narcotráfico, ni hay botas y mucho menos música de banda o norteña.
Una obra llena de humor, fantasÃa y emociones que permite al público darle –a través de su imaginación– vida a dos historias y asà conocer y acompañar a cuatro personajes: El Cuate Córdoba, el Chico Talegas, el Sapo Morales y el Chile Verde, quienes revelan sus vivencias a partir de un singular viaje al corazón de la sierra sonorense en el cual el Mentidero de Chico Talegas se vuelve una especie de Meca, un punto de principio y fin, al cual los hombres llegan para compartir, reÃr y conversar y con ello dar pie a la risa y a la imaginación.
La primera de las historias nos presenta al cuate Córdoba quien, después de un dÃa de arduo trabajo, se reúne con sus compañeros para contarles un extraño suceso que vivió: en tiempos donde el agua era escasa, el personaje pudo lazar una nube y llevarla consigo a su pueblo para que llenara de agua la presa. Incrédulos y al mismo tiempo fascinados, los hombres que escuchan el relato aprovechan para fumar o tomar café con un poco de alcohol lo cual sirve para darle al relato un tono cómico e hilarante.
En la segunda historia, no es el humor sino el sentimiento de empatÃa lo que vincula al espectador con el personaje, en ésta conocemos a Tata Lázaro, el cual se resiste a la idea de que los hombres más ricos quieran comprar el pueblo y hará todo lo necesario para evitarlo.
De acuerdo a Galindo, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, el mentidero en los pueblos de la sierra de Sonora eran en los años cincuenta puntos de reunión al que llegaban los hombres una vez cumplida la jornada diaria para compartir, mediante el poder del lenguaje oral, testimonios sobre, el valor de la tierra, la amistad y la camaraderÃa.
Estas ideas y valores que se viven en estas comunidades fue lo que quiso recuperar el director con el fin de poder transmitir un mensaje significativo a la audiencia a lo largo de los ochenta minutos que dura la obra. Para lograrlo además del simbolismo que enmarca la historia, asà como el uso del lenguaje que nos permite adentrarnos a la idiosincrasia del norte de nuestro paÃs, los actores juegan un papel muy importante para darle vida y sentido a los personajes de esta propuesta escénica que rompe la cuarta pared.
En el Mentidero del Chico Talegas participan Jorge León, Oswaldo Sánchez, Dettmar Yáñez y Adrián Aguirre quienes además de tener un estupendo desempeño en el escenario, destacan por su fortaleza y profesionalismo al permanecer mojados a lo largo del tiempo que dura la obra sin inmutarse por ello.
A esto hay que sumar la propuesta visual de Osvaldo Sánchez que acompaña a las escenas, la cual consiste en una serie de tinas metálicas con agua en las que los actores se sumergen o cubren la mitad de sus cuerpos para indicar cambios de tiempo.
El Mentidero de Chico Talegas fue creada en 2010 y desde entonces se ha presentado en diferentes espacios como Centro Cultural Helénico donde realizó una exitosa temporada a principios del 2014. A unos meses de distancia y después del logro alcanzado, ahora se presenta en el Teatro La Capilla, donde ofrece funciones los miércoles hasta el 6 de agosto.
“Yo vivà los mentideros en aquellos años, y aun cuando desaparecieron, el lenguaje sigue, porque representa aquello que no se la ha podido quitar a esa población: les han quitado tierras, pueblos enteros, les han arrebatado a sus muertos que quedan bajo el agua, pero el lenguaje sigue siendo de ellos. Espero que puedan acercarse a este lenguaje que seguramente los atrapará y les mostrará que la supuesta barrera del regionalismo está por los suelosâ€, Sergio Galindo.
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