
Por: Colaborador Invitado — 24 de mayo, 2013
“Con audacia se puede intentar todo, mas no conseguirlo todoâ€, Napoleón.
El Conaculta, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y la CompañÃa Nacional de Teatro presentan la obra El dÃa más violento; una puesta en escena acerca de la complicidad entre dos hermanos para llevar a cabo el levantamiento armado que conocemos como la Revolución Mexicana, sin imaginar que aquella complicidad los mantendrá unidos más allá de la muerte.
Uno de los personajes principales de la obra, quizá el que resulta más fascinante para el espectador, es Carmen Serdán; una figura que nos brinda la oportunidad de ser testigos del sacrificio de la vida común que hubiese podido llevar como cualquier mujer de aquélla época en el altar de los grandes ideales que dieron sentido a la lucha de los maderistas.
El reparto está constituido por Teresa Rábago, quien da vida a uno de los matices de Carmen Serdán y Rodrigo Vázquez, interpretando a su hermano Aquiles, además de las actuacions de Carmen Mastache, Emma Dib, Juan Carlos Remolina, Marco Antonio GarcÃa, Constantino Morán, Jerónimo Best, Ãlvaro Zúñiga, Renata Ramos y Ãngel Lara como artista invitado.
Dentro del espacio teatral encontraremos un gran trabajo con pintura escénica que sorprenderá al espectador dejando una apantallante y escalofriante visión sobre la Revolución Mexicana. La propuesta escenográfica de Jesús Hernández está, además, colmada de simbolismo sobre todo aquello que podemos entender por “Patriaâ€, “Naciónâ€, “Lucha†y “Progresoâ€.
El trabajo, muy bien logrado, en la dirección de montaje es del maestro Mauricio Jiménez, quien intercala tres momentos importantes en la vida de Carmen Serdán y nos hace viajar a través del tiempo junto con los personajes.
El dÃa más violento contribuye a la importante labor que es tocar temas dentro de la dramaturgia que retraten o interpreten la historia nacional. Nosotros, como espectadores, debemos darnos la oportunidad de conocer nuestra historia, lejos de lo que nos dicen los textos didácticos propios de las aulas y asomarnos a otras ventanas para mirar episodios tan importantes como la insurrección armada de 1910 o el régimen porfirista.
El movimiento escénico es reforzado por la coreografÃa de Antonio Salinas, un desafiante baile entre andamios que ejecutan los hábiles actores que trepan con esfuerzo los grandes ideales de la Revolución, aquellos que persiguen, que sueñan con fantasmas y mueren en el intento de alcanzar la justicia. No podrÃamos esperar menos del gran trabajo de Bárbara Colio, quien siempre ha estado comprometida a explorar la dramaturgia con una firme vocación social, haciendo que el individuo se sumerja en la belleza de aquella realidad ficcionalizada.
El dÃa más violento nos hace pensar definitivamente que quien no conoce la historia de su paÃs, es decir, su pasado, no conoce ni puede entender su presente y mucho menos tendrá una visión para su futuro.
Esta producción de la CompañÃa Nacional de Teatro va más allá incluso de la propia historia oficial, de bronce, pues es un esfuerzo por humanizar aquellos personajes que sólo conocemos como héroes a través de una estatua habitando un parque o en medio de una plaza.
Cada uno de los personajes (complejos, contradictorios, humanos), nos recuerda aquel cuento de Augusto Monterroso titulado La oveja negra, y nos hace cuestionarnos ¿Cuál es la verdadera figura del héroe?
El Teatro Julio Jiménez Rueda abre sus puertas –de jueves a domingo, hasta el 16 de junio– a esta obra que alude en todo momento a una construcción en movimiento; el movimiento revolucionario y posrevolucionario ayudando a crear en el espectador una nueva conciencia histórica.
En nuestros tiempos, pocos hubiésemos pensado que aquel 18 de noviembre de 1910, cuando los hermanos Serdán se enfrentarÃan a más de 300 soldados porfiristas que atacaron su casa en busca del armamento con que la ciudad de Puebla iniciarÃa la insurrección maderista.
Pero la historia no termina ahÃ: el texto de Bárbara Colio nos hace pensar que a través de los tiempos venimos arrastrando aquellos ideales que viven encerrados tras la imagen de una estampita con la vida plasmada de un “héroe revolucionario†como nos muestran en las escuelas. No es ni será de esta forma.
El dÃa más violento nos hace palpar aquellas figuras heroicas de principios del siglo pasado nos sólo como personajes históricos, sino como seres humanos con miedos, errores, arrepentimientos, nostalgias y admiración. Y en ese sentido, por su temática y su tratamiento, es una obra doblemente revolucionaria. Fotos: Sergio Carreón Ireta.
Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.
Deja un comentario