
Por: M.G.Calero / S.Fernández — 21 de febrero, 2018
“Hay una relación con Dios, y una con la Tierra, asà como una de Dios con la Tierra”, Pierre Teilhard de Chardin, Escritos del Tiempo de Guerra, 1968.
Bajo la dirección del maestro Luis de Tavira, El corazón de la materia pone sobre el escenario una de las obras con mayor contenido y de más altos vuelos dramatúrgicos en el circuito teatral de la Ciudad de México. Esta es una obra fuerte y llena de belleza; su alcance introduce en el escenario el diálogo constante y permanente de Occidente: entre la fe y la razón, entre la espiritualidad y la ciencia.
Ante la interrogante del por qué la pertinencia de una obra sobre el pensamiento de Pierre Teilhard De Chardin en nuestro tiempo, InterEscena tuvo la oportunidad de entrevistar al también director de esta ambiciosa puesta en escena.
“El corazón de la materia es una obra decisiva que implica un acto de conciencia de lo qué está pasando en este momento en la historia de la humanidad y nos atañe a todos. Vivimos inmersos en un capitalismo insaciable que está destruyendo la casa común donde todos vivimos, no nada más los seres humanos, todos los seres vivos, todas las cosas. Esto está provocando una crisis social y personal muy grave y decisiva que nos está arrastrando a la barbarie.
No queremos ser apocalÃpticos pero tenemos que plantearnos la gravedad de la situación y preguntarnos: ¿A dónde va el mundo, ¿a dónde va lo humano? Hacer estas preguntas es preguntar qué va a pasar, y eso implica pensar en el tiempo.
Es el momento de volver los ojos a los testimonios visionarios que nos lo han descubierto y advertido: somos materia, pertenecemos a la naturaleza y la naturaleza es materia y la materia es masa pero también es energÃa. El espÃritu no es distinto de la energÃa que evoluciona y produce la vida, todos estamos construidos de la misma materia, no somos distintos, ni de los bosques, ni de los rÃos, ni de nuestros semejantes. Sólo que el ser humano es un ser vivo capaz de un acto de conciencia y es en el acto de conciencia donde aparece la posibilidad de pensar que somos libres, y por lo tanto podemos ser responsables de lo que suceda”, Luis de Tavira.
En este sentido, resalta el doble trazado de la trama. Por un lado, la vida, obra y legado del Teilhard De Chardin y el eco de sus ideas y valores que accionan en la situación lÃmite que tiene México y el mundo: la ecologÃa polÃtica y el biopoder.
Jugando con la dinámica de escenas que permite transportar al público en tiempos y espacios, la obra nos muestra el desarrollo del pensamiento del teólogo y cientÃfico jesuita en conjunto con diversas situaciones que enfrenta México en materia de violencia contra el medio ambiente y las personas bajo el estandarte del “progreso cientÃfico”.
El doble desdoblamiento de la obra enriquece el contenido de ambas partes: por un lado hacemos vigente la lucha por la justicia que se libra en el campo de la ciencia pero guiado por la conciencia espiritual humana; por el otro vemos en la vida de un hombre el ejemplo de compromiso y determinación para conciliar libremente el conocimiento de la ciencia en conjunto con la ética de un hombre de fe.
Sobre este ejercicio escénico que implica hablar desde el pensamiento de un hombre del pasado –como lo fue el jesuita, geólogo y explorador insaciable, Teilhard De Chardin– a un presente que enfrenta una grave crisis de pensamiento y conciencia, el también miembro del Sistema Nacional de Creadores nos expuso.
“El teatro trae a escena todos estos cuestionamientos de vigencia radical para plantearnos el testimonio del cambio. Por lo tanto, nuestro afán es mostrar esta problemática, exponer visiones que fundamentan la esperanza, pero basada en la conciencia de la posibilidad de cambiar, si nosotros cambiamos la conciencia hacemos desde nuestra libertad y responsabilidad lo que a cada uno nos toca antes de que el costo sea mayor.
Porque el mundo es mayor que todos nosotros, es mayor que este modelo social, porque eso es lo que nos dice la historia del mundo que es mucho mayor, más grande y extensa que la historia de la humanidad y que la historia de la civilización y la historia de este sistema mezquino y suicida en el que vivimos”, Luis de Tavira.
Con un mundo que parece dÃa a dÃa precipitarse a la catástrofe inminente con la destrucción de los mantos acuÃferos, la contaminación de los cielos y mares… todo gracias a la ciencia sin cadena moral o ética alguna. El corazón de la materia propone con sigilo, un camino disidente al mencionado: un hombre de ciencia en armonÃa con la fe sincera y libre del fanatismo dogmático incompatible con el mundo de hoy.
Escrita en colaboración entre José Ramón EnrÃquez, Luis de Tavira y José MarÃa de Tavira, El Corazón de la materia es una gran puesta en escena que luce el engranaje de un gran equipo. La iluminación, escenografÃa y videomapping diseñados por el maestro Philippe Amand permiten al espectador viajar y trasladarse por el tiempo de una forma ágil y sin tropiezos. Mientras que la música y escenofonÃa de Gabriel Diazmercado y Pedro de Tavira Egurrola complementan ese viaje a través de los sonidos que llegan de la puesta en escena y que se complementa con el vestuario de Estela Fagoga.
Estrenada en abril de 2017, en la reposición de este 2018, que se presenta en el Teatro de la Artes del Cenart (Centro Nacional de las Artes, de jueves a domingo, hasta el próximo 4 de marzo), el elenco original conformado por Laura Almela, Marina de Tavira, José MarÃa de Tavira, José Caballero y Juan Carlos Vives, entre otros, se ve enriquecido con el trabajo de Carlos Corona y Pedro de Tavira Egurrola, es decir un grupo que reúne desde la sapiencia de actores de gran trayectoria con jóvenes que demuestran su compromiso con el oficio.
La presentación de El corazón de la materia es una excelente oportunidad para ser testigo del llamado a la realidad que nos conmina a la acción, al compromiso y al desarrollo por igual del conocimiento y la espiritualidad que se hace en comunidad.
¿Qué resultado consigue el diálogo entre la fe y la ciencia? ¿acaso se libra una batalla de contradicciones y ganará quien tenga mejor argumento? Consideramos que el objetivo tanto de Teilhard como el del maestro Luis de Tavira no estriba en dar la razón a alguna de las partes, sino a comprender el permanente diálogo e intercambio entre ellos, que interiorizado en el espÃritu y mente del ser humano pueden hacer de nuestra realidad un mejor espacio para el saber y el amar.
Es por ello tan atinado el nombre de esta obra, que construye un significado coherente de las dos atmósferas humanas que se entrelazan en cada individuo, los sentimientos y los descubrimientos, la emoción y el saber, la fe y la razón, la espiritualidad y la materialidad, El Corazón y La materia.
Finalmente, por si quedara alguna duda del por qué debemos ver El corazón de la materia, Luis de Tavira concluye. “El corazón de la materia nos ofrece un disfrute enorme porque no hay cosa más placentera y divertida que EL PENSAR, éste es el gozo mayor para un ser humano. Pensar en lo que le atañe, hacer preguntas, al mismo tiempo que se divierte en la representación con un equipo entregado a decir estas cosas que nos interesan a todos, creo que si algo necesitamos es pensar, y pensar nos construye, nos reconstruye, nos entusiasma y nos compromete”. Fotos: Enrique Abe.
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Yo quiero saber que ver hoy 26 de julio de 2018
no la historia de lo que hubo
Encuentro sumamente complicado ver la cartelera teatral, llevo 1 hora tratando de averiguar si hay algo que ver.