
Por: Aracely Cortés — 13 de marzo, 2018
“Quien no tiene imaginación no vaya al teatro”, fragmento de El bien del paÃs.
“El teatro es como una pequeña República, hay que hacer pequeños sacrificios personales por el bien común”, declara el Capitán Jemmy Campbell al intentar dirigir una puesta en escena en una colonia inglesa… Éste es el conflicto central de El bien del paÃs, puesta en escena que cuestiona de forma severa el sistema penitenciario de SÃdney, Australia en 1788, que no dista mucho de nuestra actualidad: “Lo que en un principio asemejaba un caos, resultó ser una hilarante historia que formó, con el paso del tiempo, una nueva sociedad”.
La pregunta detonante, sobre sà el teatro y la cultura pueden transformar al Hombre. Llevarlo de su estado salvaje o criminal a buscar y desarrollar la Virtud para convertirse en un mejor Ser Humano dan motivo para el diálogo agudo y politizado entre las figuras que emergen de este texto basado en la novela The Playmaker de Thomas Keneally y la lÃnea dramatúrgica de Timberlake Wertenbaker en una traducción de Héctor Ãlvarez.
El Gobernador, el Capitán, el Teniente y el Cura, son cuatro figuras de autoridad asignados a este asentamiento, cuya peculiaridad radica en ser de corte penal, ahà son juzgados y procesados los criminales. El peso de la ley para los no ingleses es el mismo que sigue existiendo hoy para los migrantes y los pueblos colonizados u ocupados, es la ley del fuerte, la crueldad y la injusticia. Las palabras en el personaje de John Wisehammer, en voz de Everardo Arzate, describen el amor, la solidaridad, el temor y la bestialidad de las que puede ser capaz cualquier persona.
La respuesta a las posibilidades del teatro está dada desde la Grecia Clásica, ¿Qué serÃa de la Civilización Occidental sin las tragedias y comedias griegas?, más aún, otro de los protagonistas, el Capitán Arthur Phillip, lanza a sus subalternos y a todo el público el reto, “¿Te gustarÃa vivir en un mundo donde no existió Sócrates?” El capitán defiende al teatro y lo que éste puede hacer para redimir a los delincuentes e inmorales: la oportunidad de integrarse de nuevo a la sociedad a partir del trabajo de la colectividad misma.
El Capitán Phillip, no genera confusión entre el público, ya que la interpretación de varios roles por parte de todo el grupo actoral se da con éxito gracias al disciplinado ejercicio histriónico y al excelente trabajo de Zachary Fine, quien es el director de El bien del paÃs, un clásico de la escena contemporánea que muestra cómo el teatro se traduce en un ejercicio introspectivo que nos hace ser conscientes de nosotros mismos y nuestras emociones.
Fine, vino a nuestro paÃs para llevar a buen puerto esta comedia, basada en hechos históricos, en ella nos muestra como la convocatoria para montar una obra de teatro que se hace entre los presos y los verdugos que habitan una colonia penal británica bajo la custodia de los Reales Infantes de Marina tiene una respuesta que sorprende, algunos lo hacen con ilusión, otros con temor, hay quien nunca ha visto teatro, hay incluso, quien no sabe leer.
El ánimo no decae en el director y los ensayos comienzan, sin embargo, también están las voces de los detractores que insisten: ofrecer la oportunidad a los condenados es una pérdida de tiempo. AsÃ, tras bambalinas, con la lectura y memorización de sus personajes, los nuevos actores se humanizan y simbolizan entre ellos…
Los actores de esta obra son aquellos presos castigados con una vida sin libertad, también lo son aquellos condenados a muerte. Ejemplo de esto es Liz Morden, condenada a ser ahorcada por robar comida, ha renunciado a su derecho de defensa, ella sabe que, por el hecho de no ser inglesa y tampoco blanca, el decir la verdad o negarse a su defensa, su credibilidad será nula. Aun asÃ, ella prosigue con la aventura del teatro.
Para ella y para los otros condenados, la quimera teatral hace que cada uno de los personajes sueñe con un futuro diferente, no importa que crimen cometieron, ellos desean ser libres, volver a su tierra, encontrarse con su familia, empezar una nueva vida, ser escritores o amar a alguien recién conocido.
El bien del paÃs se presenta en el Teatro Helénico, de jueves a domingo, hasta el 25 de marzo, en el marco de la campaña Foro Shakespeare: La invasión, con las actuaciones de Nohemà Espinosa, Itari Marta, Alejandra Ambrosi, Antonio Algarra, Jerónimo Best, Artús Chávez, Kriss Cifuentes y Teté Espinoza. Un poderoso texto que ha tenido gran éxito desde su estreno en 1988 en el Teatro Royal Court en Londres, además de ser reconocida con diversos premios, como el Laurence Olivier otorgado a la Mejor obra nueva (1988) y el New York Drama Critics’ Circle que la reconoció como la Mejor obra extranjera (1991). Un reconocimiento que avala un texto atemporal que juzga no sólo el sistema penitenciario en la colonización inglesa, también el hecho de que éste sea totalmente vigente hasta nuestros dÃas…
¿No basta con privar de la libertad a los desviados de la moralidad?, ¿Es preciso mantenerlos en la oscuridad de la ignorancia? Conocemos la respuesta del Foro Shakespeare −que ha impulsado este montaje y la creación de la CompañÃa de Teatro Penitenciario− ellos como colectivo dicen con contundencia a través de su trabajo que el Teatro nos hará libres… Fotos: Jorge Vargas.
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