Por: Roberto Sosa — 1 de junio, 2009
Los intrincados caminos del cerebro humano que llevan a la demencia, a la inconsciencia. La amnesia como vehÃculo para transitar en un mundo hostil, el destino implacable que lo confina a la locura; la memoria no le funciona, se evade de la realidad, como un ejercicio de defensa, no desea saber del presente, mucho menos del pasado. Un hospital psiquiátrico es el sitio donde se refugia a 30 años de la terrible tragedia.
Edip busca escapar de su realidad (ya no desea llamarse Edipo), se recluye en un manicomio en la ciudad de Colofón, un autoexilio voluntario, ciego y con la mente por largos lapsos de tiempo en blanco, sólo recuerda el presente. Su memoria se dañó con las heridas que le provocaron los puñales al penetrar las cavidades oculares; olvida que mató a su padre, que procreó con su madre y que se sacó los ojos.
Edipo visto desde la dramaturgia de un autor contemporáneo, el drama griego con textura mexicana, anacrónico y representado en un escenario con forma de cerebro, con un ombligo, una fuente a ras de suelo, un columpio y un arenero dan el ambiente que recuerda a un teatro griego; el patio de este hospital psiquiátrico se agrieta, y de manera metafórica, deja al descubierto las heridas que Edipo se hace al quedar ciego.
Flavio González Mello es el autor de Edip en Colofón, la cual se presenta en su primera temporada en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes, interpretada con 25 actores residentes de la CompañÃa Nacional de Teatro, bajo la dirección de Mario Espinosa. Los personajes centrales son interpretados por: Angelina Peláez, Luisa Huertas, Adriana Roel, Carmen Mastache, Erika de la Llave, Luis Rábago, Roberto Soto, Arturo Beristain, Farnesio de Bernal, Enrique Arreola y Diego Jauregui entre otros más.
La escena retrata la decadencia de un rey que gobernó de manera cruel, un soberano que vivió predestinado a la tragedia, el oráculo no se equivoca. AntÃgona, su hija y asimismo su hermana, le acompaña en este viaje a la locura y a la demencia, le cuida y lo protege; la voz de ella, es la única que él reconoce y que le es familiar, en un sitio delirante. Un columpio como elemento para recordar el trono que tiempo atrás ostentó.
La escena se llena de tragedia y comedia, se enreda en las emociones con la interpretación, con relación al texto, que representa en un sentido lúdico y onÃrico un drama universal de la literatura griega. Edip en Colofón, es una puesta en escena que el autor ubica desde su perspectiva; un agudo y perspicaz punto de vista de González Mello.
El teatro se concibe para expresar y expresarse; en el escenario convergen las ideas y se plasman en el sentido estético para el desarrollo de la dramaturgia, vÃa las interpretaciones de los personajes a través de los actores que se mueven en el sentido que le director de escena tiene del texto que habrá de glosar. Lo que el espectador ve en el escenario son personajes mÃticos adaptados; una utopÃa escénica a favor de la escena teatral mexicana.
“Me planteé un código para representar a la antigua Grecia y a la vez un hospital psiquiátrico y decidà que todo iba a ocurrir al interior del cerebro de un hombre, como si soñara o estuviera imaginando; terreno en que los tiempos coexisten y nadie ve contradicción alguna en eso, asà que esta obra es el mito de Edipo imaginado por un cerebro mexicano con enfermeras y cuidadoras de nuestro paÃsâ€, Flavio González Mello. Fotos: Sergio Carreón
Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.
Deja un comentario