
Por: Colaborador Invitado — 20 de noviembre, 2007
En el marco de las actividades de la XXVIII Muestra Nacional de Teatro se presentó el lunes 19 de noviembre Las chicas del 31/2 floppies, de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz, bajo la dirección de John Tiffany y las actuaciones de Gabriela Murray y AÃda López, del Distrito Federal, como obra invitada del INBA; Noche sucia, adaptación de Silvia MacÃas y Augusto Albanez, bajo la dirección de Augusto Albanez y las actuaciones del propio Albanez y AlcibÃades ZaldÃvar, coproducción del estado de Aguascalientes y Colima; y como parte del “Noctambulario†la obra Coopelas o cuello, ópera china pirata, de las Reinas Chulas, del Distrito Federal.
Las chicas del 3½ floppies narra la historia de un par de mujeres sumidas en la decadencia y la prostitución ocasional como una muestra evidente de cómo se puede hacer cualquier cosa cuando se trata de sobrevivir, aun a costa de sà mismo.
A partir de una plática ocasional, un tanto anónimas por su condición olvidada, un tanto impersonal por haberla escuchado tantas veces, el público asiste como espectador involuntario a presenciar las desventuras de estas dos mujeres. Una de ellas un poco más desgastada que la otra, más curtida por las malas experiencias que da ser habitante ocasional de antros de mala fama, de calles donde la miseria, tanto económica como emocional, es lo común; más “práctica†para las cuestiones urgentes de la vida como pagar la renta del cuartucho donde vive, conseguir dinero —previo acostón mensual con la ex pareja— para la colegiatura de los hijos, talonear un poco en el 3½ floppies para surtirse de drogas, o tomar con la misma determinación el hecho de cambiar su vida que irse de parranda con el primer tipo que se encuentre.
La otra, una mujer un tanto cretina, despreocupada, “fodongaâ€, sin necesidades realmente apremiantes más que conseguirse un buen pase de coca para ir sobrellevando la existencia, asà como quien no quiere la cosa; madre de un niño de 7 años que “anda por ahÆvagando por la calles, haciendo quién sabe qué. Dos mujeres que al fin y al cabo nadie va a extrañar porque como hay tantas, pues dos menos ni se notan.
Respecto a Noche sucia, se trata de un trabajo donde el espectador es trasportado al interior de un cuartucho de “una pensión de quintaâ€, donde dos indocumentados (uno cubano, el otro brasileño) se ven obligados a compartir no sólo el mismo lugar para dormir, sino también sus propias expectativas respecto a lo que esperaban al llegar a Estados Unidos y lo que dejaron atrás en pos de la búsqueda del sueño americano.
A pesar de esta situación desesperante y desesperanzadora (ambos trabajan como cargadores en una central de abastos) tienen una idea bien fija en la cabeza, que ni aun las pulgas de los catres han podido chuparles: uno, conseguir un par de zapatos para poder buscar un mejor trabajo, y el otro una flauta que le permita seguir con su música y asà llegar a donde siempre ha querido: a los grandes reflectores y las pasarelas.
Noche sucia es, pues, una obra divertida y con mucho ingenio que, esperamos, se dé una vuelta por la Ciudad de México.
La programación para el dÃa martes en la XXVIII Muestra Nacional de Teatro incluye, Un gambusino zacatecano, de Zacatecas, a presentarse en la Mina del Edén; La niña de Tecún, de Veracruz, en el Teatro del IMSS; para el dÃa miércoles se presentará Crack, o de las cosas sin nombre, del DF en el Teatro Ramón López Velarde; y Odio a los putos mexicanos, de Veracruz, en el Teatro Fernando Calderón.
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