
Por: MarÃa Teresa Adalid — 1 de julio, 2006
La historia de la escritura es uno de los más apasionantes capÃtulos de la humanidad, tan compleja y confusa que inmiscuye a tantos personajes inimaginables que hicieron uso de un cálamo, un estilete o de una pluma para obsequiar entre trazos, lÃneas, apuntes, todo un cúmulo de descripciones, experiencias y pensamientos que se acumulan en un torrente de letras convertidas en escritura, cuadernos y manuscritos que serÃan minuciosamente copiados por los llamados copistas de la edad media, que no eran más que los monjes de aquella época, cuya labor era asignada por la nobleza o el clero para dar a conocer las letras del texto de todos esos rollos de piel manuscrita al mundo a través de los impresores.
De esta manera, la novela: “El manuscrito encontrado en Zaragoza†(Manuscrit Trouvè à Saragosse) de Jean Potocki llega hasta nuestros dÃas, siendo para muchos una obra cumbre de la literatura Polaca.
El autor, Jean Potocki proveniente de una de las familias más ricas de Pików (entonces Polonia, ahora Ucrania) escribe el texto inicial en francés; con el tiempo y debido a su muerte a causa del suicidio en 1815, el manuscrito es confiscado, más tarde se pierde, el traductor del francés al polaco lo rescata aunando una nueva leyenda entorno a él, hace creer a la audiencia que la obra fue escrita originalmente en polaco y no en francés, el tiempo transcurre y en 1958 Roger Caillois publica el texto. A partir de este momento, la novela seduce los ávidos ojos creativos de directores, lectores, productores y actores en diversos rincones del mundo.
Dicha historia confusa, de años de letargo y accidentes en torno al manuscrito se expone en un segundo cuadro de la obra dirigida actualmente por Jacqueline SerafÃn, “Manuscrito Encontradoâ€. En esta su primera incursión como directora dividió la novela en escenas que pueden ser leÃdas indistintamente; sin embargo la novela plagada de géneros, personajes y lugares, también repercute con los múltiples recursos escénicos a criterio de la directora como juegos de sombras, tÃteres, cortinas, aros y sonidos ambientales.
“Me interesó hacer uso de diferentes recursos en cada cuadro, en el primero propongo el silencio y el oscuro y la pura narración, en el segundo es una exposición con la presentación del objeto y los actores representados como tal: Actores, en la tercera escena comienzo a usar recursos como cortinas, entran en dialogo, juegos sonoros. El cuadro cuarto es el juego de las sombras donde los personajes alternan, también uso proyecturas, muñecos e infinidad de personajes donde algunas veces no están presentes fÃsicamente, pero sà están sus vocesâ€, Jacqueline SerafÃn.
De un texto monótono y a través de recursos literarios predominantes como el uso de un actor- narrador, los diálogos y la narrativa se resumen a la vida y el entorno del joven Alfonso Van Worden cuya posición de oficial militar lo hace ser electo para preservar una estirpe y convertirse al islam.
Al ser obligado a asumir una nueva religión se inicia una travesÃa por Sierra Morena, que lo introduce a su vez a otras historias y lugares que se siguen ramificando sin cesar en personajes y relatos. Esos mundos tan llenos de fantasÃa, picardÃa como de tintes satánicos y hasta eróticos inmiscuye a personajes como gitanas, odaliscas, ladrones, cabalistas…que constantemente ponen a prueba a su protagonista por orden de un personaje misterioso.
“Manuscrito encontrado”, apuntes escénicos a partir de el manuscrito encontrado en Zaragoza, se presenta con Adriana RÃos, Doménico Espinosa y Jorge Caballero bajo la dirección de Jacqueline SerafÃn hasta el 23 de Julio en El foro de las Artes del Cenart.
A decir de la directora, el hecho laberÃntico, con múltiples personajes, plagado de géneros, lugares y hechos no constituyen un obstáculo para el entendimiento del público.
“De hecho si creo que algunas cuestiones la gente no las pasa, no las comprende, pero no me importa tanto como que sigan todo lo que nosotros seguimos, a mi me parece seductor, hay diferentes puntos de vista en el espacio, hay quienes vienen a ver, otros a escuchar… No creo que tengas que entender en sentido racional las cosas, siento que las atmósferas y momentos los relacionas con tus propias historias y lÃneas narrativas donde las historias se cruzan entre si, yo creo que como a veces se tienen prejuicios de que se tiene que entender, y para entenderla hay que leer la novela, hay historias que están redondas porque están apoyadas más en la cuestión de escena y hay varios cuadros, tanto el que habla del público como el del manuscrito que son asociación libre, que se pueden comunicarâ€, Jacqueline SerafÃn.
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