Por: Aracely Cortés — 23 de abril, 2010
Hetero u homosexual: es amor, es dolor…
El trabajo actoral que hace Carlos Valencia con la dirección de Aarón Hernández Farfán en la obra Last Mar cuyo guión es del propio Valencia, muestra una calidad excepcional en materia de presentación de un argumento y de la manera al desenvolverse en el escenario.
Pocas veces los actores tienen la posibilidad de mostrar las herramientas que hayan adquirido a lo largo de su formación profesional como las que brinda un monólogo, en este caso dicha oportunidad es aprovechada al máximo porque disfrutamos a un actor de escuela, de oficio y con experiencia.
Lo que hace por demás interesante y valioso a este trabajo, además de la dirección y actuación, es el guión, el cual aborda un tema de “actualidad permanenteâ€, el amor, la pérdida de la pareja y la homofobia.
En este orden podemos ver el desarrollo de la obra, donde el personaje principal va explicando cómo conoció a su pareja y cómo la relación se fue desgastando hasta llegar al irreversible punto que lleva a las parejas de cualquier signo a la separación: la incompatibilidad de caracteres y las diferentes formas de ver la cotidianidad llevaron a José a tomar la desición de apartarse, de empezar una nueva relación y de darle un giro a su vida.
Paul se encuentra destrozado ante la partida de José y esto lo mantiene estancado en un recuento de los momentos dichosos. Él intenta reconstruir su relación amorosa, abrazado a lo que callaba su pareja; superar la soledad y sobre todo olvidar, parece imposible de lograr.
Este personaje transmite al público su sentimiento de dolor, de tristeza y de pérdida, que todo aquel que haya terminado una relación sabe lo que significa; no obstante, Last Mar toma un rumbo más profundo y toca un tema por demás relevante.
Finalmente la pareja después de ciertos sinsabores decide volver y para festejarlo emprenden un viaje hacÃa la playa, en el camino son interceptados por un grupo de judiciales homófobos quienes reproduciendo las prácticas de las que los homosexuales han sido vÃctimas en todos los tiempos terminan con la vida de uno de los personajes.
Como ya decÃa antes, la separación de una pareja es algo difÃcil de enfrentar, pero la muerte de un ser querido con la que compartes la vida y las condiciones trágicas pueden ser devastadoras.
Situación que sólo se puede transmitir con un excelente actor, como Carlos Valencia quien logra comunicarlo intensamente a un público receptivo que llega hasta el Teatro La Capilla para encontrase con una historia de amor, como muchas, pero honesta y libre como pocas.
Además de esta tremenda situación, la trama también aborda un carácter permanente, porque lo que plantea supera las preferencias sexuales, y justo ahora que hay tanta discusión sobre las uniones legales entre homosexuales y, ciertos sectores sociales están muy complacidos, es sin duda un paso importante.
Porque un proyecto como este nos recuerda que la lucha por el respeto a las preferencias sexules y la erradicación de la homofobia debe ser un trabajo permanente, que desde nuestras casas, escuelas, oficinas y calles dejemos de ver a los y las homosexuales como extraños, raros, locos o enfermos, y que los comentarios burlones u ofensivos, hasta los más mÃnimos, deben desaparecer de nuestro imaginario colectivo, sólo entonces podremos hablar de sociedades igualitarias y libres, vale este trabajo como muestra de ello.
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