Teatro

Caricias, diez actos transgresores sobre un mismo deseo: el amor

Por: Arturo Carrasco — 21 de julio, 2010

Caricias, relata situaciones que hablan sobre la vida de algunas personas que se enlazan para plasmar sus amores, temores y falsedades.

Caricias, obra del dramaturgo catalán Sergi Belbel, bajo la dirección de Igancio Guadalupe, se presenta en el Teatro La Capilla, julio 2010 Dice Ismael Serrano, cantautor español, que la mayor parte de las historias de amor están llenas de mentira, que uno dice lo que se quiere escuchar, que busca quedar bien con el otro… y cuándo no es así, cuando no se dice lo que se quiere escuchar sino lo que se siente, que por doloroso que sea, es también una forma de expresar una caricia.

Este pensamiento es precisamente el que explora la puesta en escena Caricias, obra del dramaturgo catalán Sergi Belbel, inspirada en la Ronda de Arthur Schnitzler, plazmada en diez relatos unidos por la presencia temática de la violencia –en diversas expresiones- y la continuidad de un personaje.

Situaciones donde se busca desesperadamente el amor, el afecto del otro, pero la imposiblilidad de la comunicación no les permite resolver sus diferencias. Realidad que acaba en un choque violento y desgarrador. Caricias que no se dan, ni se reciben y solo se pierden.

Así tenemos la primera historia, la cual trata sobre una pareja, que después de una fuerte discusion que desata la ira, ella termina golpeando a su esposo. De esta primera escena pasamos a un encuentro en un parque, con la misma chica y su madre, una mujer que desesperadamente busca un amor, que después de reclamar a su hija el haberla dejado sola, contacta –en el mismo parque– a su amante, para pedirle dinero y abandonarla en ese mismo lugar donde el amante conoce a un chico que le relata sus aventuras del día.

Caricias, obra del dramaturgo catalán Sergi Belbel, bajo la dirección de Igancio Guadalupe, se presenta en el Teatro La Capilla, julio 2010 Después de este hecho continúa la historia de ella con su padre, para después conocer la aventura del padre con un joven homosexual quien es hijo de la vecina de la pareja inicial, cerrando así el círculo de relaciones de amor, pasión y violencia, que desencadenaron todos los sentimientos en cada uno de los personajes.

Caricias –que se presenta se presenta en el Teatro La Capilla (Madrid No. 13, Col. Del Carmen, Coyoacán)–, logra exponer el texto de Belbel, a partir de un excelente trabajo en la dirección de Ignacio Guadalupe, como un expresión de lo que puede ser realmente el amor y no como una apología de la violencia física y sexual.

Ésto lo logra el director a través de un desarrollo histriónico que alcanza una estructura menos sórdida de esta trama gracias a las actuaciones de Amor Flores, Guillermo Nava, María Eugenia Llaguno, Hanna Berumen, Benny Emmanuel, Sergio Solís, Claudia Ruíz, José Carlos Montes, Iván Reyes y Sophie Gómez, todos ellos egresados del Taller “El Actor en el Cine” impartido por el mismo Igancio Guadalupe.

Caricias es un relato muy crudo que –paradójicamente- gira en torno al amor, el cual aparece no de una forma, a veces, chocante, sino en una dosis de verdad que se muestra sin magnificencia, logrando una perfecta exhibición entre violencia y dosis de realidad, una bella muestra de lo que el amor, en su alucinante verdad, puede llegar a ser.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.