Teatro

Cacería de estrellas, básicamente un documento escénico durante un proceso aislado de reflexión

Por: María Teresa Adalid — 15 de mayo, 2007

El investigador teatral Nicolás Nuñez sostiene que en nuestro cuerpo existen zonas dormidas, viciadas por el tiempo, y principalmente por la dictadura del intelecto, un principal obstáculo para que el actor sea libre en el proscenio y dejar que un personaje se adueñe de él. Para que eso suceda se requiere un vasto proceso de sensibilización a través de ejercicios psicofísicos que rompan el engarrotamiento espiritual volviendo al origen mismo del teatro: El rito.

Bajo la dirección de Nicolás Núñez y Helena Guardia se presenta Cacería de estrellas Nuñez se refiere a la historiografía del teatro en cuatro niveles, iniciando con el rito, la energía pura que no es perceptible a los ojos y que sin embargo existe, que se eleva al nivel del mito adquiriendo un rostro divino, convirtiéndose en una deidad, para que a su vez descienda definiéndose en lo épico, siendo ahora el rostro del héroe, que descendiendo en nuestro nivel es un ser humano con conflictos emocionales, donde adquiere el rango teatral, el gran Actor del mundo. El teatro ritual ha sido esencial en las festividades de todas las religiones, y una de las herramientas más antiguas de la humanidad asociada a connotaciones místicas y curativas.

Cacería de estrellas es un proyecto que se originó en base de una caminata sagrada emprendida en España a través de recorrer durante 40 días y noches el Camino de Santiago de Compostela con el grupo de teatro de Nicolás Nuñez conformado por 13 personas, entre ellos algunos familiares como su esposa Helena Guardia y su hija Miranda, quienes se aventuraron a indagar en los misteriosos pasajes de la mente humana, siguiendo de base, el camino del dragón, a través de los tres umbrales del linaje eleusino del teatro: 1. Conócete a ti mismo, 2. Contrólate a ti mismo, 3. Porque crees que puedes…Vuela.

Cacería de Estrellas se presenta en el Teatro Santa Catarina No estamos hablando de actores hijos predilectos de Dionisos y la exhibición de su amplio alcance histriónico con una extraordinaria historia y argumento, se trata básicamente de un documento escénico, en el que los participantes a modo de testimonio exponen el miedo, trauma, frustración existencial que venían arrastrando desde un determinado tiempo y con el cual se enfrentaron durante este proceso aislado de reflexión para librarse de él, por lo tanto estamos en un terreno meramente subjetivo, de emociones encontradas en el que la mayoría de las veces los conocimientos y experiencias sólo fortalecen y es fruto para quien lo ejecuta, por lo tanto la experiencia personal es intransmitible.

Los testimonios son a raíz del ser humano común, que pueden ser para muchos simples, estúpidos o grotescos, sin embargo, un principio del Teatro Antropocósmico es que no hay cabida para la crítica destructiva o la burla, porque se estaría poniendo una traba de la cual se pretende deshacer, en ese sentido se apuesta más al desarrollo e indagación que se propone con honestidad.

 Cacería de estrellas se presenta en el Teatro Santa Catarina Mantener la atención por más de 24 horas es una labor que requiere de una disciplina férrea y una enorme capacidad de auto observación, para caminar 40 días en el aquí y ahora, hay que preguntarse, ¿Dónde estoy?, ¿quién soy? y ¿a dónde voy? De manera permanentemente para librar una batalla interna y atender el instante.

Lo interesante y el gran reto es llevar esta propuesta -hasta cierto punto entendible para actores- a dramatizarse en el proscenio para el público en general, que no ha tenido contacto alguno con este tipo de expresiones artísticas, y que vagamente tienen algún tipo de acercamiento con realidades interiores. Es decir, llevar la acción dramática a escena sin que se desvirtúe y pierda la esencia original logrando transmitir el resultado.

El recorrido se realizó a través de una caminata en conjunto a manera de serpiente, (zig/zag) sin abandonar la conciencia de unidad, porque es una manera de armonizarse con los compañeros. La fricción de la caminata pone en un estado de conciencia para transformar el veneno, en perfume, dice el director.

Bajo la dirección de Nicolás Núñez y Helena Guardia se presenta Cacería de estrellas La caminata es conocida como ‘trote contemplativo’, se trota y se medita, se mantiene los hombros relajados, liberando la tensión, se respira y se conserva concentrada la atención, en un momento dado el cuerpo segrega la sustancia endorfina que energetiza al organismo (base de las dinámicas de Nicolás). La propuesta se acompaña del instrumento caracol, cuya estructura orgánica y calidad vibratoria en espiral, levanta la energía. El despojo y transformación del cuerpo inicia desde el primer umbral.

El primer umbral de Cacería de estrellas trata que el intelecto ha enfriado la capacidad sensorial, se busca comulgar entre los espacios internos y externos del individuo. El actor Juan Renato Vásquez en el papel de Sebastián, recrea su infancia, a los 4 años, cuando su maestra lo hizo ejecutar un baile quedando en ridículo delante de todos sus conocidos, situación que le bloqueó.

Segundo umbral. Contrólate a ti mismo. El desprendimiento con el cuerpo emocional, desarraiga al cuerpo del logos. Cecilia se pierde de su sombra, porque el ir tras una figura agraciada promete la satisfacción de nuestros deseos, pero no hay que olvidar que los deseos suelen ser insaciables, provenientes de la insatisfacción y pobreza espiritual.

Cacería de Estrellas se presenta en el Teatro Santa Catarina Nicolás Nuñez, se expone aceptando su gusto por las mujeres, sus miedos y consecuencias a través del teatro que da la posibilidad de modificar modelos convencionales de autoridad paternal de enorme contenido significativo que repercute en la culpa del individuo y la inseguridad familiar como claramente lo representa, materializándose en las dudas y titubeos de Miranda, su hija, en un principio de acción y reacción.

Em el tercer y último umbral ya no existe la culpa, los asistentes han librado su lucha personal culminando en un grito colectivo, una especie de liberación, y un grito de renacimiento, para tener un cuerpo abierto a las resonancias cósmicas, un aullido integrando un vuelo de libertad.

Nicolás Nuñez es conciente de que su línea teatral no es apta para todo el mundo, a pesar de ello ha dedicado su vida a la experimentación y búsqueda en el teatro participativo, sus técnicas han sido solicitadas como entrenamiento a científicos en la Nasa, sin embargo el montaje se pierde por momentos en no aterrizar en tierra toda esa reflexión interna y la esencia llamada teatro sagrado. La claridad de la unión del teatro y el rito, entre el conflicto creado por la dramaturgia y la personificación emocional y como modelo de comunicación. En la fusión y conformación de estructuras de raíz subjetiva que propician la comprensión del propio cuerpo, mente y espíritu de un proceso largo y vasto de introspección como este proyecto de Santiago de Compostela.

Caceria de estrellas

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.