Benito antes Juárez, la desmitificación del héroe

Por: Susana Fernández — 4 de julio, 2008

En contraposición a la historia oficial que tiende a presentar a los personajes históricos desde una mirada dicotómica donde sólo existe la posibilidad de ser héroe o villano, Edgar Chías humaniza al llamado Benemérito de la Américas en la puesta escénica, Benito antes de Juárez un texto donde se ve al hombre rebelarse contra el abuso de su pueblo y el racismo imperante en la sociedad mexicana del siglo XIX, un luchador que juzga y condena en base a los estereotipos de su época, irónicamente no tan alejados de nuestros tiempos.

Con la interpretación y dirección de Esteban Castellanos, la exposición de este Juárez muestra a un joven de 28 años que es encarcelado y sufre en carne propia la injusticia por su condición de indígena; el abogado -a pesar de haber sido ya diputado- es juzgado por su aspecto, considerado como un “un zopilote de levita” que levanta la voz en un mundo sordo.

Enfrentado ante su realidad, Benito dialoga con La Patria (interpretada por Guillermina Campuzano), una patria dolorida, aguda, cómplice y verdugo del prócer que se ha ido conformando de pedazos que se yuxtaponen y muestran en su corpus las contradicciones, el desgarramiento y los conflictos identitarios del mexicano contemporáneo.

Rebelde y colérico, el joven Juárez -a pesar de su fervor y condición de “buen mexicano”- exclama, “Padre dame fuerzas para recomponer el mundo”– estalla contra las injusticias de la iglesia como institución, como cómplice del poder y sometimiento.

Para, el autor Edgar Chías, “esta obra miente, pero en el fondo miente para encontrarse frente a frente, sin maquillaje ni eufemismos a la hora de tratar nuestros monumentos, con la horrible cara de la verdad. Una verdad que, como todas las verdades, es falsa e inventada. Así es la ficción, nos cuenta historias”.

Sin caer en la fórmula de presentar los hechos no registrados con tintes amarillistas o escandalosos que no están registrados en la “historia oficial” o hacer una “políticamente correcta” versión de la vida de un héroe, Benito antes de Juárez expone un discurso que llega a convertirse en monumento, un pensador cuyos ideales han quedado sólo escritas en piedra, un hombre decidido que se enfrenta a dudas y tribulaciones dejando espacio para que el público haga sus propias conclusiones.

Con la escenofonía de Rodolfo Sánchez Alvarado; la iluminación de César Piña y la escenografía de Felipe Lara y el propio Esteban Castellanos, Benito antes de Juárez se presenta de jueves a domingo (hasta el 20 de julio), en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes.

Benito antes de Juárez es el segundo montaje de la compañía El Fénix Producciones, quien recientemente presentó con gran éxito Los niños perdidos, ambas puestas tienen en común el acento en la actuación, con un mínimo de elementos escénicos y apoyados en un trabajo que rebela imaginación y compromiso con el teatro.

“Benito antes de Juárez es un recital poético, un juego que invita a todos a participar. Estamos ante la irrenunciable posibilidad de reflexionar sobre nosotros, juntos desde el teatro, a través de una puesta en escena esencial y dinámica que contiene momentos de profundidad alternando con líneas de humor terapéutico”. Esteban Castellanos. Fotos: José Jorge Carreón.