Banda de guerra: un llamado sobre la educación, la sociedad y el poder

Por: Arturo Carrasco — 5 de marzo, 2015

Pitaco de Mitilene, considerado uno de los siete sabios de la antigua Grecia, dijo que si quieres conocer a un hombre, dale el poder. ¿Por qué esta aseveración tan contundente? Fácil, porque el poder brinda la capacidad de incidir en la vida de los demás lo que, en pocas palabras, implica definir el destino de los otros.

Será entonces esta capacidad de decidir sobre y por encima de terceros, lo que nos hace preguntarnos: quién ejerce el poder es un hombre justo, o es un total desalmado, todo depende de lo que haga o decida. Es por esta misma razón que el poder se vuelve tan seductor, al grado de arrastrar a los hombres a las situaciones más inauditas… y es aquí donde cabe la pregunta estimado lector: ¿Qué haría usted por el poder?

Pregunta osada, temeraria pero a la vez necesaria una vez que se ha visto la puesta en escena Banda de Guerra, una propuesta aguda y descarnada, que explora los límites del ser humano en su búsqueda por satisfacer sus ambiciones de poder y las consecuencias que esto puede acarrear.

Banda de guerra (@Bandade_Guerra) es una obra escrita por Luis Ayhllón, uno de los dramaturgos más premiados de México y más representativo de su generación, llevada a escena por el maestro Mauricio Jiménez, quien cuenta en su haber con una larga trayectoria en la dirección de teatro con gran proyección nacional e internacional.

En esta obra se nos relata las aspiraciones de poder que ostenta el director de una escuela secundaria de apellido Matamoros –interpretado por Alberto Estrella–, quien busca un cargo sindical en el Sindicato de Maestros pero que conforme avanza en sus planes, se vuelve cada vez más obsesivo en su ambición, al punto de permitirse corruptelas, abusos, tráfico de influencias y todo lo necesario con tal de cristalizar sus deseos.

En esta búsqueda de poder a toda costa, Matamoros, se cruza con Malena (Irela del Villers), la maestra que imparte historia de México, quien pese a oponerse en un principio a los planes del director, termina conquistada por el poder y es su lengua seductora lo que terminará por arrastrarla a este laberinto de ambiciones que van construyendo, y con ella, se llevará a un pobre alumno que inocente se pierde en el camino.

Lo interesante de la obra es que su trama no se limita a explorar la idea del poder, sus excesos y obsesiones, sino que, de manera genial, se estira a los contornos que ésta puede tocar, aprovechando para ello el espacio en el que se desarrolla la obra, una escuela secundaria, para revelar el entorno transgresor en el que se desenvuelven los jóvenes en su día a día en el contexto del corrompido sistema educativo.

De esta forma Banda de guerra da a conocer los intereses y vicios de los jóvenes a la vez que nos muestra como maduran, viven su despertar sexual, sufren y ejercen violencia y van construyendo un futuro obscuro y poco prometedor.

Mención aparte merece el acompañamiento de la banda escolar de tambores y metales que acompaña las escenas. La música juega un papel central en la obra pues funge como un recordatorio permanente y amenazante, cada toque de tambor evoca el destino al que se acercan los personajes, muy parecido a un paredón de fusilamiento.

De igual forma, la escenografía juega también un factor importante. Auda Caraza y Atenea Chávez logran crear un espacio perfecto para representar la decadencia que se genera por el poder, y que termina por afectarnos a todos como sociedad.

Con un elenco por demás atractivo, Banda de guerra es protagonizada por el actor Alberto Estrella (@estrellalberto), quien es todo un referente del cine y televisión en nuestro país gracias a su larga trayectoria; además actúa la actriz y dramaturga Irela del Villers y el joven, pero no por eso menos experimentado, actor Erick Israel Consuelo. También participan Ángel Lara, José Martino, Diego Thomé, Álvaro Sandoval, Adán Aguilar, Fabrizio Grajeda, César René Pérez y Francisco Medina.

En un ambiente donde la corrupción y los juegos de poder forman parte de un acontecer cotidiano, Banda de guerra permite la reflexión desde la ficción recreada en el escenario del Teatro Julio Castillo –de jueves a domingo, hasta el próximo 29 de marzo–. Un trabajo que parte desde el pequeño espacio de una escuela para desembocar en un grito de alerta sobre la educación, la mezquindad y la arrogancia que impulsa a actuar a un individuo por encima del bien común. “Dicho de otra forma, es la historia de un par de lenguas abusivas y una lengua que se perdió en el camino”, Alberto Estrella. Fotos: Daniel Barrera.