Por: Moñe Martà — 15 de febrero, 2008
Autopsia a un copo de nieve original de Luis Santillán fue el Premio Nacional de dramaturgia 2005 y destacó –según el jurado integrado por Luz Emilia Aguilar ZÃnser, Luis Eduardo Reyes y Hernán Galindo– porque “Encierra significativa violencia, en una aparente sencillez, sin estridencias. Los diálogos transparentes asoman un universo de contrastes y sutilezas. Está dotada de belleza en el tratamiento de la inocencia, a través de sugerentes metáforas”.
Autopsia a un copo de nieve se desarrolla dentro de la intimidad de un baño perteneciente a una familia de tres mujeres, (donde hasta se bebe leche) resguardado de la luz y contacto con el exterior, en ese ambiente sombrÃo, que fluye por inercia y de intimidad compartida, se desnudan cuerpos y esencias en una dimensión donde impera el matriarcado cuyas lÃneas de diversas posturas vislumbran un futuro sin salida, incluso a la conciencia de regirse por los mismos patrones de conducta.
Las actividades conductuales de Catalina, la madre (adicta a los fármacos) consisten en limitar el alimento para obtener una preciada talla 0, la preocupación excesiva por la higiene en su entorno, llámese lavarse los dientes en reiteradas ocasiones, tallarse el cuerpo, lavar la tina, con la obsesión de quien busca despojarse o liberarse de algo, en tanto es matizado por el manual de correctos modales y refinamiento. Situación alto sofocante para sus dos hijas, Nicoleta y Natalikova.
La primera, Nicoleta es una pequeña que busca la comprensión y aprobación de su madre, se revela con preguntas desgarradoras como: ¿si yo me enfermo estarás más tiempo conmigo?, ¿me quieres?, en tanto es sujeto a la violencia verbal y rezago de su familia, situación que agrava la orfandad de su ser. La niña libera el estrés y ansiedad que ello le produce a través de la invención de amigos imaginarios, la adopción de perros callejeros y finalmente su propia comparación con el patito feo, (una de las pocas historias que le llegó a contar Catalina cuando tuvo tiempo). Nicoleta es frágil como un copo de nieve, de hermosa caÃda y que inevitablemente desaparece en el tiempo.
La segunda hija Natalikova, la mayor, es la preferida, es una mujer joven que aunque pretenda comportarse como tal, sigue presa del yugo materno frÃvolo y chantajista; su postura queda en medio de la indiferencia de Catalina hacia Nicoleta y entre el aparente refugio que puede representar para su única hermana, sin que en realidad exista un verdadero acto de fé por alterar el orden de las cosas. Su postura es endeble ya que en ocasiones hace alianza con su hermana menor al verla sin el amparo de una madre, pero al mismo tiempo se molesta y es intolerante ante algún dato, petición o acción que emita Nicoleta para ser considerada.
El hecho de tener una niña actriz en escena ya mueve las entrañas, por lo que el público se encuentra sensible a ello. Las tres actrices Surya Macgrégor (Catalina), Isabel Piquer (Natalikova), y Marijo Fernández (Nicoleta) con entrega se despojan (emocional y fÃsicamente) en un espacio reducido donde la exposición al gesto y cuerpo sucede en extremo detalle ante una lluvia de luces blancas que pone en evidencia los rasgos, movimientos, sutilezas, esbozo, parpadeos y suspiros. El ambiente se acompaña de la sonoridad del ruido de la regadera, tormentas y gotas de agua. La intención del texto se refleja con la perfecta estética presentada por la maestra Mónica Raya, con colores frÃos y de profundidad psicológica, tinas de hojalata, letrina, jarra de vidrio por donde circulan lÃquidos.
El vestuario, con pelucas uniformes en la unicidad del tono blanco, ejerce una saturación de ése color ante la retina del espectador que en apariencia es vivo, brillante y crea una expresión luminosa que contrasta con el lúgubre fondo. A gusto personal, la fuerza del texto es tan vasta que sostiene a la palabra, sin necesidad de que se agreguen acciones en diversos planos que pudieran desviar la profundidad del texto hacia los elementos sobre la escena, de igual modo la artificialidad se concreta en la escenografÃa cuando ya está implÃcita en toda la narrativa.
Richard Viqueira y José Alberto Gallardo toman las riendas de la dirección en esta propuesta de reestreno en la UNAM, que se presenta de viernes a domingo en el Teatro Santa Catarina (JardÃn Santa Catarina No. 10, Coyoacán), hasta el 2 de marzo.
Autopsia a un copo de nieve, puesta que utiliza un cuarto de baño para propiciar la intimidad expuesta pero que también es el lugar que sirve para llevar a sus protagonistas a la locura y al distanciamiento. Mujeres que conviviendo unas con otras son ajenas, ante todo, a sà mismas, y recurren a los espejos para dialogar con ellos o mendigar por los rincones emitiendo susurros de confesiones. ¡Tantos hechos significativamente fuertes para sumergirse en la tristeza!
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Estimada Moñe, qué bonita narración, hasta se antoja ver la obra.
excelente obra muy recomendable hasta para los que no son muy afectos al teatro como yo ero aun asi me encanto
hola pues si es una historia muy dramatica, la cual yo la voy a reprersentar siendo nicoleta y esta quedando super chida, pues el merito de todo lo tiene la obra nosotros solo le damos vida espero y cuando la presentemos sea todo un exito.
Hola, ustedes saben que nueva obra va a hacer Luis Santillán? se los agradecerÃa mucho ♥
yo leà el libro y me conmovio profundamente, no se por que me llego tanto pero no podia dejar de llorar y lo peor es que estaba en el trabajo, todos me vieron llorar a mares, aun me pongo a recordarlo y se me hace un nudo en la garganta de pensar en Nicoleta, me encantaria ver la puesta en escena
ho0lla mi nombre es saraii… no he vistio la obra ..pero0 la vo0ia a actuar me toco ser la madre… la mujer frivola e inconsiente qe les pone po0qo ienteres a sis hijas..jejejejej bno0 pz boi a intentar hacerlo mui bien mui real….. pero0 si me parece una o0bra que tiene que ver mucho qo0n la realidad…. zpero i yo0 no se asi en un futuro jejejj… bno0 saludos..