
Por: Liliana Rivera — 22 de abril, 2014
“Arráncame la vida con el último beso de amor, arráncala, toma mi corazón, arráncame la vida y si acaso te hiere el dolor ha de ser de no verme por que al fin tus ojos me los llevo yoâ€.
Escrita en 1995 por el dramaturgo venezolano Emilio Palencia y dirigida por Wilfrido Momox, quien también interpreta a Andrés Téllez Linares, pintor, homosexual y protagonista de este drama, Arráncame la vida es una obra minimalista que con tan sólo unos cuantos elementos en el escenario: un par de sillas, unos lienzos y una cama, lleva al escenario la discusión en torno al derecho sobre una vida mala o una muerte digna, según se mire.
Con la actuación de la primera actriz venezolana Teresa Selma (impulsora de este proyecto en México), quien interpreta a Nubia, una maestra de primaria del Puerto de Cambur (pequeño pueblo costero) y madre de Andrés, la puesta en escena va en retroceso y nos lleva por etapas donde nos muestran la enfermedad, el amor, la esperanza y la muerte.
La enfermedad
¿Cómo lidiar con ella?, “tal vez sólo es disenterÃa†dice Nubia sin entender esos vómitos, diarreas y sudores de su hijo, diagnosticado con SIDA.
¿SIDA, VIH?, se pregunta, aún sin entender pero sin dejar de apoyarlo para seguir viviendo, ella todos los dÃas va al correo por una carta del Japón con los remedios naturistas de la semilla del pepino que curará a Andrés de esos males que lo acechan por “esa terrible infección estomacalâ€.
Amor
–“¿Hace cuánto lo sabes?â€â€“, pregunta Nubia
–“Hace unos dos años‖ dice Andrés.
–“Tal vez sólo es disenterÃa. Sólo espero la respuesta del Japón, sÃ, del Japón para curarteâ€â€“. Son las palabras que encuentra Nubia cada que ve a su hijo en mal estado, la consuela la semilla de pepino y el dulce de higo que le dará cuando él se mejore.
Esperanza
–“Sólo es disenterÃa, el doctor lo ha dicho, tomate éste té de manzanilla, ves que te quito la diarrea, anda Andrés, tómateloâ€â€“, súplica una madre, que no encuentra respuestas y busca alivio en las recetas de siempre.
–“No Nubia, sólo me quiero morir, sólo eso, desconecta los tubos por favor, ¡desconéctalos!â€â€“, ruega un Andrés, quien postrado en la cama ruega a su madre un poco de compasión y amor para terminar con los dolores que le causa la enfermedad que lo acoge, pide le desconecte los tubos de oxÃgeno que lo mantienen con vida.
Por su parte, ella la madre vive con la esperanza de que su hijo se pondrá bien al tiempo de que él va de mal en peor, ella sólo espera la ya mencionada semilla de pepino del Japón, último suspiro de esperanza para que su hijo pueda salir adelante de la “disenterÃa†(SIDA) que tiene y al saber la verdadera enfermedad ella aún tiene la esperanza de que van a salir de esta.
De forma ágil, Arráncame la vida cuenta también con su parte cómica donde Andrés y Nubia representan el velorio de él y de forma irónica simulan a algunas mujeres del pueblo hablando mal de él y al mismo tiempo pidiéndole a Dios por su alma, todos hablando de él con esa doble moral que abunda en nuestra sociedad, qué si era homosexual, qué si dejó a su mamá por su trabajo, qué nunca vino a visitarla y a la vez diciéndole a ella que era un buen hijo, que tenia tantos premios, que ojalá se recuperará pronto.
Lo inevitable sucede, la muerte llegó y con ésta una lección de vida para Nubia, entendió lo inentendible y poder ayudar a las otras personas a entenderlo, y asà ésta historia nos cuenta cómo es que aún la sociedad no sabe lo que es el SIDA, no sabe cómo lidiar con ésta enfermedad y mucho menos sabe tratar a un enfermo que la padece.
Con la dirección de Wilfrido Momox, buenas actuaciones y un texto que se aleja de los rebuscamientos para abordar un tema tan como el SIDA de forma sencilla y sensible, Arráncame la vida forma parte de la oferta escénica del Centro Cultural El Foco (Tlacotalpan No. 16, colonia Roma Sur) que se presenta todos los sábados de abril y mayo.
Arráncame la vida, la historia de dos seres, solitarios y complejos donde queda expuesta aquello que no se dice por no inquietar, por temor al rechazo, por angustia, por el qué dirán, por falsas morales, o por no lastimar al otro, una de las caras de uno de los grandes males del siglo XX: el SIDA. Fotos: Daniel Sánchez DÃaz.
Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.
Arráncame la vida, sigue en temporada los sábados a las 7 pm.-
Los esperamos!!