
Por: Roberto Sosa — 9 de abril, 2014
Para todos aquellos que gustan de los buenos espectáculos, el Teatro Milán, sube el telón en las instalaciones de lo que fuera el antiguo Teatro Milán y se reconstruye como un nuevo espacio de la escena capitalina. Este escenario, viejo conocido de aquellos tiempos –data de 1943– cuando ir al teatro era todo un acontecimiento social y albergaba lo mejor de la cartelera fue inaugurado por Mariana Garza y Pablo Perroni.
Este espacio ubicado en Lucerna 64, esquina Milán, en la colonia Juárez, con las mejores instalaciones técnicas –según comentan los involucrados en estos menesteres– se compone de dos salas: una principal en la planta baja con un escenario para grandes producciones y un segundo piso donde se encuentra el Foro Lucerna, un espacio para un formato más intÃmo.
La sala principal abrió, el pasado 7 de marzo, con la comedia musical Godspell, –de la cual en su momento hablaremos– dirigida por Lorena Maza y producida por Juan Torres, Guillermo Wiechers y Freddy Ortega. Y para estrenar el Foro Lucerna se presenta Aquà y Ahora.
Una aventura que inició cuando Humberto Pérez Mortera, en Québec se relacionó con el trabajo de Catherine-Anne Toupin, después se lo mostrarÃa a Hugo Arrevillaga y finalmente al matrimonio Garza-Perroni, fue asà que todo se confabuló y el resultado fue una obra excelente que inugaró el pasado 25 de marzo el Foro Lucerna.
Un trabajo escénico que –a pesar de las apuestas que corrÃan antes de su estreno sobre cómo estarÃa el desarrollo actoral– demostró el oficio de Hugo Arrevillaga, quien ofreció una vez más una muestra de su acostumbrado talento para lograr llevar a buen término la complejidad de este texto escrito por la dramaturga canadiense Catherine-Anne Toupin, el cual adaptado por Humberto Pérez Mortera sorprende con pasajes que transitan entre la comedia, el drama y pequeñas dosis de erotismo en un ambiente escenográfico que lleva el diseño de Auda Caraza y Atenea Chávez.
Asà las actuaciones de Concepción Márquez, Antón Araiza, Marco Antonio Silva, Pablo Perroni y Mariana Garza, sorprenden a un público escéptico al presentarnos una historia que se desarrolla alrededor del matrimonio de Alicia y Benito, una pareja aparentemente feliz que sufre un distanciamiento casi invisible que sobrelleva lo cotidiano, pero que además sufre la pérdida de su único hijo.
Cabe destacar que con el personaje de Alicia, Mariana Garza nos dibuja momentos de gran intensidad que parecieran una perfecta catarsis a partir de una intervención que domina la escena, una actuación llena de matices que descubre una interpretación, sensual, atrevida y profundamente compleja (como le gustan a Arrevillaga).
Un gran trabajo de Mariana que exterioriza en Alicia, un oscuro personaje que con gran acierto nos revela –desde la patologÃa de la protagonista– a una mujer emocionalmente trastornada que colma el escenario con diferentes personalidades que interiormente nacen de su trastocada imaginación.
“Es una obra sumamente compleja donde todo parte de la pérdida y en su contexto plantea una revisión de la identidad, del amor, de las relaciones amorosas a partir de un acto muy perverso: la suplantación de identidades. Tiene un espÃritu misterioso, por la profunda perversión que muestra al revisar a los seres contemporáneos basándose en el inconsciente”, Hugo Arrevillaga.
Es asÃ, que Aquà y Ahora nos habla de una mujer perturbada, que desde su mente enferma crea personajes que manifiestan sus deseos más perversos y oscuros en un drama sicológico donde el amor, el deseo y el erotismo -elementos reprimidos en su mente-, fluyen y se muestran en seres reales que ve, que siente… que disfruta. La sicologÃa de cada uno de ellos, es verdaderamente compleja, cómo lo es Aquà y Ahora de Hugo Arrevillaga.
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