
Por: Susana Fernández — 5 de agosto, 2016
“Hamlet es un intento de restaurar la complejidad de la obra de Shakespeare. Nos alejamos de todo el ruido y las cicatrices que los siglos y la infinidad de representaciones han depositado inevitablemente en el texto”, Andrea Baracco.
En el marco del movimiento internacional Shakespeare Lives –que conmemora los 400 años de la muerte de William Shakespeare–, este año hemos tenido la oportunidad de ver distintas propuestas en música, danza, ópera y teatro que retoman el legado del genio inglés para demostrar –una vez más–, la complejidad del ser humano y la enorme capacidad que tuvo el inmortal poeta para desgranar la psique del hombre más allá del tiempo y el espacio.
En este contexto, llega a nuestra ciudad Hamlet, una prometedora propuesta concebida por el italiano Andrea Baracco, Luca Brinchi y Roberta Zanardo –estrenada en 2014 con gran éxito en Festival de Teatro Clásico de Almagro, España–, que apuesta por mostrar el lado más humano del “PrÃncipe de Dinamarcaâ€, a través de la problemática contemporánea que vive nuestra sociedad.
Para el director, el mismo Andrea Baracco, “este Hamlet se aleja de la imagen del prÃncipe ajeno a la realidad, para mostrar, a través de un personaje desgarbado y torpe, su lado más frágil”, ¿el antihéroe? Tal vez, un ser de carne y hueso que dialoga de tú a tú con los jóvenes de nuestro tiempo.
Cumpliendo con este ideal estético, Andrea Baracco eligió para esta puesta en escena un elenco integrado especialmente por actores pertenecientes a una generación que ha tenido que enfrentar un panorama polÃtico, social y cultural poco favorable, logrando asà una empatÃa entre el novel espectador y el texto de Shakespeare.
“Lo que más nos interesaba era ir más allá del texto y contar la historia de unos personajes que viven la realidad. Hamlet es una obra irrepresentable y, sin embargo, probablemente una de las más representadas del repertorio de Shakespeare”, Andrea Baracco.
Es asÃ, que en este trabajo de dramaturgÃa de Francesca Macri, el personaje trágico busca la verdad –con ese lado dramático que nos presenta la obra shakesperiana y una que otra pincelada de humor– tras la máscara que impone hoy la sociedad, para lograrlo los actores se desenvuelven en una austera pero sorprendente escenografÃa enmarcada por un despliegue de multimedia, luces y vestuario bastante actual creados por Luca Brinchi y Roberta Zanardo.
Con las actuaciones de Lino Musella en el papel de Hamlet, Eva Cambiale (Gertrudis), Paolo Mazzarelli (Claudio), Michele Sinisi (Horacio, Guildenstern), Andrea Trapani (Polonio, Osric, Cura), Woody Neri (Laertes, Rosencrantz), Livia Castiglioni (Ofelia) y Gabriele Lavia (Rey, en audio y vÃdeo); Hamlet, se presenta en la Ciudad de México –viernes 5 y sábado 6 de agosto– como uno de los grandes atractivos veraniegos que ofrece el Palacio de Bellas Artes.
Una producción de la compañÃa italiana 369gradi, Teatro di Roma y Romaeuropa Festival, en un ejercicio donde el teatro clásico se cruza con esa muy personal visión de Andrea Baracco, donde lo de hoy esta presente: música electrónica, multimedia, vestuario, y en la parte histriónica, una actitud retrato fiel de la juventud, además de una interrelación con el público, para darle otra actitud al texto de William Shakespeare y hablar desde el pasado sobre el ir y venir de nuestro tiempo.
“!No! No soy el prÃncipe Hamlet …ni es mi intención serlo, soy un señor cortesano, uno que servirá para llenar una pausa, iniciar una escena o dos, aconsejar al prÃncipe; sin duda, un instrumento dócil, obediente, contento de servir, polÃtico, precavido, meticuloso, lleno de altos conceptos, pero un poquito obtuso; a veces, en verdad, casi rÃdiculo: casi, a veces, el Bufón”. Fragmento del poema “The Lovesong de J. Alfred Prufrock”, conocido comúnmente como “Prufrock” de T.S. Elliot, que cierra el Hamlet de Andrea Baracco.
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