Teatro

Justos castigos suceden más allá de las estructuras sociales en las que nos movemos

Por: Claudia Magun — 2 de mayo, 2006

Dirigida por Jesús Coronado y montada por la compañía potosina El rinoceronte enamorado, Justos castigos es una propuesta teatral que retoma el antiguo tema de la venganza y de los problemas intrafamiliares, como el incesto, la violencia y el matricidio, entre otros. El director arma el texto a partir de la Orestiada de Esquilo, sintetizando, sin perder su profundidad poética y filosófica de las tragedias de Esquilo, Eurípides y Sófocles.

Justos castigos dirigida por Jesus Coronado Justos castigos dirigida por Jesus Coronado “Es importante rescatar de los textos clásicos algo que conecta definitivamente con el tiempo que nos toca vivir, ese instinto animal ligado a la emotividad y sensibilidad. Es a partir de ahí que surgen las obsesiones de la venganza; es decir, más que una discusión ética, intelectual, se trata de una necesidad de recobrar el valor de un asunto más humano, más personal, conectado con la idea de la animalidad, planteado en este trabajo de creación absolutamente profesional, que puede redescubrir el mito de Orestes de una manera portentosa”, Jesús Coronado.

Ambientada en un entorno rural mexicano y con acompañamiento de la música de José Alfredo Jiménez, las acciones de Justos castigos suceden más allá de las estructuras sociales en las que nos movemos y frente a las concepciones mentales que cada individuo hace de sí mismo.

“La originalidad de Justos castigos radica en que se ubica en el entorno actual del campo de San Luis Potosí y en que, además de los tres grandes dramaturgos griegos, aparece nuestro máximo trágico mexicano: José Alfredo Jiménez, quien está en la tesitura, el sentimiento y la poesía de Esquilo, al grado que si lo juntamos con Lucha Villa tenemos a Orestes y Electra. El protagonista principal es el coro, que representa al pueblo y se conforma por ocho actores, que a su vez se subdivide en tres sub-coros: el de ancianos, el de mujeres y el de las furias”, Jesús Coronado.

Justos castigos montada por la compania potosina El rinoceronte enamorado Justos castigos montada por la compania potosina El rinoceronte enamorado El rinoceronte enamorado, compañía de teatro independiente, surgida en San Luis Potosí en 1995, al frente de Jesús Coronado y Edén Coronado, su hijo, ha montado 17 obras teatrales, y su trabajo apuesta por una dramaturgia regional, pero sin caer en lo folklórico. No les interesa hacer un contexto inmediato, evidente y obvio de lo que sería la proximidad. Les interesa proyectar un entorno regional, pero a la vez ser universales.

Jesús Coronado, dramaturgo, actor y director de escena, nació el 9 de septiembre de 1960 en San Luis Potosí; realizó estudios con el grupo Zopilote, Santiago Gardía, Augusto Boal, Breadand Puppets, James Donlon, Daniel Stein, Enrique Ballesté, Raúl Serrano y Luis de Tavira. Fue cofundador de la Compañía y Escuela Estatal de Teatro de San Luis Potosí y de la Asociación Teatral La Carrilla. Ha escrito y dirigido las obras Angelina (en coautoría con Tomás Calvillo), El cuarto de sol (en coautoría con Enrique Ballesté), Pueblo Rojo y Gorriones en el desierto, entre otras.

Justos castigos se presenta en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque Justos castigos se presenta en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque Justos castigos, fue estrenada en el Teatro del Instituto Mexicano del Seguro Social de la ciudad de San Luis Potosí, sede de El Rinoceronte Enamorado, y más tarde se presentó en el Festival de Zacatecas. Ahora llega a la ciudad de México para realizar una breve temporada en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, con las actuaciones de Angustias Lucio, Irma Alvarado, Blanca Cervantes, Gabriela Betancourt, Antonio Orta, Francisco Morán, Álvaro Flores y el propio Edén Coronado. La música original es de Armando Corado; la escenografía de Rosa Luz Marroquín; la iluminación a cargo de Xóchitl González; el diseño de vestuario de Angustias Lucio; el entrenamiento corporal de Pedro Arredondo, entrenamiento vocal y montaje de canciones de Antonio Orta.

“Sobre el atractivo de Justos castigos, podemos pensar que el mito es noticia no acabada, es decir la noticia que puede volver a suceder y todo esto es lo que hemos corroborado con las tragedias de los antiguos griegos. El mito, como el teatro, tiene la sensación poderosa de convocarnos, reunirnos y concentrarnos en una situación determinada durante un par de horas. Todo ello para redescubrirnos de una noticia que pasó y seguirá sucediendo mientras exista el ser humano. Sobre la presencia de El Rinoceronte Enamorado en la ciudad de México, podemos decir que es una buena oportunidad para voltear los ojos hacia el teatro hecho en provincia. Para nosotros esta temporada es vital porque es la manera de conectarnos con este epicentro cultural, con su vorágine, y mostrar que el teatro mexicano no es sólo el que se hace en el Distrito Federal”, Edén Coronado.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.