Teatro

¿Hacer o no hacer teatro?

Por: Claudia Magun — 1 de octubre, 2006

“Hoy cualquiera se sube a un escenario y hace teatro a la menor provocación”, exclama desencantado un director confrontado ante la disyuntiva de hacer una forma de arte que cada vez más va perdiendo la esencia y compromiso con que fue concebido.

El director de teatro puesta en escena de Luis de Tavira se presenta en el CENART Sin embargo, pese a lo pertinente que pudiera parecer tal aseveración no se trata de una reflexión reciente, aunque si quizá más actual de lo que se quisiera, y que sirve de hilo conductor para presentar El director de teatro versión y puesta en escena de Luis de Tavira, a partir de una idea de Wolfgang Amadeus Mozart y Gottliet Stephanie. Ubicada en las postrimerías del siglo XVIII, Fran –interpretado magistralmente por Mauricio Pimentel– hace una denuncia en referencia a la problemática del teatro en medio de la transformación social de 1789.

Así, acosado por acreedores, actores y aquellos que sólo buscan llenarse los bolsillos, este director ve como el teatro va cediendo a favor de aquellos que sólo hacen los trabajos fáciles. Atormentado al ver que poco a poco esta disciplina ha dejado de ser ese ejercicio de denuncia y transformación del ser humano para, al contrario, convertirse en una actividad simple, vana y fácil, el director está a punto de abandonar su profesión.

“En estos momentos el dilema de la sobrevivencia del teatro depende de la transformación del mundo, un mundo convertido en mercado, donde las relaciones personales dependen de la superproducción. Este montaje también es una crítica feroz a la falta de ética de los artistas”, Luis de Tavira.

Plagada de ironía y con un fuerte acento en las condiciones que imperan actualmente en el ámbito teatral, De Tavira hace de esta puesta un montaje actual y rinde tributo a un autor que hasta nuestros días deja sentir su influencia. Asimismo, explora el camino que condujo a Mozart a escribir Las bodas de Fígaro, así como las controversias y persecuciones de la corona francesa, que recibieron los involucrados en esta ópera.

Mauricio Pimentel interpreta al Director de teatro “En el momento que fue escrito el texto, la misma ópera se replanteaba, el papel del director escénico y del cantante-actor. Sin duda es un proyecto de trasgresión de cánones, porque no es una ópera sino un comedia con música, que se instaura en las fronteras de las artes”, Luis de Tavira.

Designado Premio Nacional de Ciencias y Artes 2006, el maestro De Tavira lleva al escenario interrogantes igual de vigentes hoy que hace 200 años y que sin duda, sopesarán en un futuro cercano: ¿qué teatro hacer?, ¿para qué?, ¿cómo? y sobre todo, ¿con quién hacer teatro?

Con la participación del elenco estable del Centro Dramático de Michoacán (Cedram), cantantes del Taller de Ópera de Cámara del Conservatorio de las Rosas, bajo la dirección de Thusnelda Nieto; Juan Antonio Santoyo (piano) y la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, bajo la dirección de Fernando Lozano, El director de teatro se presentará únicamente el 1 de octubre en el Teatro de las Artes del CENART. Posteriormente, del 7 al 29 de este mes, en este mismo escenario y el elenco del CEDRAM, se llevará a cabo la temporada de La dama boba, versión libre de Luis de Tavira, a partir de la obra de Lope de Vega, montajes que ponen de manifiesto el compromiso del también pedagogo teatral, siempre crítico de su entorno pero propositivo ante las decisiones que se pueden tomar.

“Debemos cumplir con la asignatura de recuperar a los clásicos y renovar nuestro teatro, a partir de la propia herencia y tradición. No podemos multiplicar el mal teatro y reducir nuestro arte en mercancía. Hay que hacer un teatro que sirva como vehículo para crear conciencia”, Luis de Tavira.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.