
Por: Enrique R. Mirabal — 1 de abril, 2012
Por los cÃrculos del Infierno de la mano de Malkovich.
En casi todas las artes, encontramos referencias, alusiones e historias que nos remiten al Infierno descrito por Dante Alighieri en su (Divina) Comedia, una piedra de toque que enlaza la última etapa del medioevo con el pensamiento renacentista. Los pecados cometidos en vida por los hombres, encuentran su castigo correspondiente en alguno de los nueve cÃrculos descendentes del Infierno.
Con los siglos, la carga cristiana y ejemplarizante del inmenso poema mermó hasta irse convirtiendo en una fuente de inspiración de literatos, pintores, músicos, escultores y cineastas asà como material obligado para teólogos, filósofos y psicólogos.
A manera de confirmación del párrafo anterior, sirva la breve temporada de The Infernal Comedy (La comedia infernal) que el actor norteamericano John Malkovich ofrecerá en el Teatro de la Ciudad entre el 12 y el 15 de abril. Un texto dramático del austriaco Michael Sturminger (Viena, 1963), amante devoto de la ópera y autor de varios guiones relacionados con el género.
Jack Unterweger es el personaje que retrata la pieza, un austriaco que saltó a la fama, “gracias†a los buenos oficios interpuestos por algunos intelectuales europeos, tan polÃticamente correctos y exaltados defensores de causas con las que destacar por brillo reflejo y que sufrimos por todas partes, a propósito del asesino Unterweger, quien después de ser encarcelado por un crimen (asesinó a una prostituta), se dedicó a escribir poemas en prisión que rápidamente fueron publicados y sirvieron de motor para exigir su liberación en prueba de que la poesÃa era prueba de su redención.
Liberado, volvió a asesinar mujeres; perseguido por la justicia, aterrizó en los Estados Unidos donde prosiguió sus asesinatos en serie y, después de ser atrapado y devuelto a Europa, se suicidó en su celda. Hermoso relato de lo que una mente, no dirÃa que enferma sino simplemente criminal, es capaz de hacer y la fragilidad de los valores occidentales en el contexto de los años que corren.
Descrita como pieza o drama con música, en realidad La comedia infernal es un espectáculo unipersonal en función de las habilidades de un actor de la talla de John Malkovich, bien conocido del público mexicano por sus pelÃculas y por el montaje de El buen canario que, hace pocos años se representara en el Teatro de los Insurgentes con Diego Luna en el reparto.
Ahora, los papeles cambian, Diego invita y produce esta puesta en función de Malkovich, interesante toma y daca. Con escasos elementos escenográficos pero con una orquesta al uso en el perÃodo barroco y dos sopranos a cargo de la interpretación de arias de óperas de Gluck, Beethoven, Haydn, Mozart y Vivaldi, más que dialogar con el actor funcionan como marco de referencia de su vida y la relación que tuvo con las prostitutas (su único objeto del deseo) que mató.
No es la primera ni la última vez que un asesino serial (otro tipo de delincuentes como ladrones y estafadores también son atractivos), cuyo caso ha sido expuesto por la prensa, adquiere notoriedad y se convierte, además de noticia de primera plana en el periodismo amarillista, en fuente de inspiración para artistas y escritores.
Otro Jack, el Destripador (se supone que británico por más señas) conmocionó a la sociedad londinense de 1888 a 1891, en el último perÃodo de la puritana Reina Victoria, con brutales asesinatos de prostitutas. Además de ser un favorito de thrillers, la figura de Jack aparece en la obra de teatro La caja de Pandora del alemán Frank Wedekind, obra también conocida por el nombre de su personaje principal, Lulú, llevada al cine por el austriaco Wilhelm Pabst en pleno auge de la República de Weimar y a la ópera (inconclusa) por el también austriaco Alban Berg.
No sabemos si una de las lecturas favoritas del otro Jack, Unterweger, fuese la obra de Wedekind o si fuera aficionado de la ópera de su compatriota Berg pero lo cierto es que, tal vez, en el nombre llevara la penitencia e inspiración para sus asesinatos en serie. Casos recientes de sadismo e incesto se han destapado en Austria como el del padre que mantenÃa relaciones con su hija, en cautiverio en un sótano por años, noticia que detonó en la prensa a partir del escape de la joven.
Volvemos a los valores occidentales y a la ópera como un género favorito del público. Sturminger, además de autor, dirige la puesta en la que echa mano de fragmentos conocidos y muy efectistas de los autores mencionados. Las arias, cuyas letras se relacionan con la trama que nos narra en primera persona el asesino, funcionan como soporte y contrapunto en el que la belleza de la música contrasta con la brutalidad de las acciones representadas.
La producción musical está a cargo de Martin Haselböck al frente de la Orchester Wiener Akademie más dos sopranos que interpretan a las prostitutas asesinadas, para su presentación en el teatro de la Ciudad se menciona la presencia de Kristen Blaise, Bernarda Bobro, Laura Akin, Louise Fribo, Marie Arnet, Martene Grimson, Claire Meghangi y Sophie Klußman. El director de escena es Michael Sturminger y como Jack Unterweger, la estrella del show, John Malkovich. Fotos: Olga Martschitsch.
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Ojalá esté muy buena porque los boletos me salieron en un ojo de la cara 🙂