Serrat Sinfónico

Por: Susana Fernández — 1 de enero, 2006

Durante el mes de enero, el Palacio de Bellas Artes inicia sus actividades con la presencia de grandes invitados, entre estos la actuación del cantautor catalán Joan Manuel Serrat significa un encuentro por demás esperado desde que presentó en nuestro país el disco Sombras de China.

Representante de una generación de convicciones sociales y enamoramientos carnales, el autor de Pénolope presentará en nuestro país Serrat 100 x 100; un espectaculo integrado por sus últimas grabaciones: Versos en la boca y Serrat sinfónico, que ya ha logrado importantes éxitos en países como España y Argentina, además de otras importantes plazas donde se ha presentado.

En su presentación en el máximo recinto cultural de nuestro país, acompañado únicamente por su guitarra, Serrat hará un recorrido musical por más de cuatro décadas, con temas que desde diempre le han cantado al amor, pero también a las causas justas.

Con muchas historias que contar y con una historia personal comprometida, Serrat aprovechará su estancia en la capital para ofrecer un concierto más en el Auditorio Nacional, a beneficio del Internado Infantil Guadalupano A.C., causa de que nueva cuanta reafirma su convicción de contribuir siempre desde el escenario y con su particular granito de arena en buenas causas, como él mismo ha aclarado en más de una ocasión, no puede cambiarse el mundo con guitarras, pero si puede acompañarse las causas justas con ellas.

Serrat Sinfónico, título que lleva el espectáculo que presentará en el recinto de Reforma, es un concepto donde el cantautor se hará acompañar por la Orquesta Sinfónica Nacional con 80 músicos en escena a cargo del director Joan Albert Amargós.

Este concierto, que estuvo por muchos años esperando el momento justo de realizarse, ha sido una idea en la que Joan Manuel Serrat y Joan Albert Amargós comenzaron a trabajar hace ya algún tiempo, canción por canción y arreglo por arreglo. Despacio, aguardando a la orquesta, para cuando llegase el momento del sprint final.

Serrat Sinfónico refleja los recuerdos de su padre, de la niñez, de los primeros años con la vieja guitarra, de Machado y García Lorca, de las cosas pequeñas, del azar, de la música y del mar, dejando en cada canción siempre algo de biográfico.

Es así que en esta visita a México, Joan Manuel ofrecerá dos opciones para quienes siempre lo esperan como una bocanada de esperanza, acompañado únicamente por su guitarra en Bellas Artes, los días 20, 21, 22, 25, 26, 27 y 28 de enero; y el 17 de febrero en el Auditorio Nacional.

Siempre propositivo, caminando como dice la canción “golpe a golpe, Serrat salta sin red a la reflexión sobre el amor que supera cualquier engaño, sus canciones son las de un trovador que inequívocamente cree en la condición humana, aunque con sus claras excepciones.

Las canciones que durante más cuatro décadas le han valido el reconocimiento y adhesión internacional son pequeñas historias que reflejan parte de la historia personal de este autor catalán que desde siempre se ha entregado a su público en cada estrofa, en cada verso. Repertorio del que todos saben al menos un pequeño verso y que al paso del tiempo se ha convertido en legendario evocando lugares y momentos que sin duda representan algo particular para cada memoria.

Con 60 años de vivir plenamente y 40 de dedicarse al oficio de juglar, Serrat llegará a este 2005 con la posibilidad de convocar a un público diverso y heterógeneo. Mientras sus canciones lo han convertido en un autor clásico, su música ha vencido el tiempo y ahora son una gran cantidad de jóvenes quienes lo descubren como un enamorado de siempre, alejado de la espectacularidad de las estrellas y más allá de la parafernalia de los shows de luces, Serrat ofrece su sencilla forma de hacer poesía con música.

Es así que los conciertos de Joan Manuel Serrat serán la oportunidad perfecta de iniciar un buen año, para quienes lo conocen se trata del final de una espera y para sus nuevos seguidores la oportunidad de escucharlo, ya sea con la sencillez de su guitarra o bien, acompañado por un ensamble sinfónico que servirá para acentuar las letras, los silencios… sin duda, en esta coasión, el gusto será nuestro.