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OPERISSIMA: ópera de primerissima calidad importada de Letonia

Por: Enrique R. Mirabal — 1 de diciembre, 2006

Operissima 2006

Una alternativa para suplir la carencia de buenos espectáculos de ópera en un ciudad de 20 millones de habitantes es la importación de compañías extranjeras. Ars tempo, la empresa que comenzó invitando a las más destacadas estrellas del ballet mundial y a compañías como el Bolshoi y el Mariinsky de Rusia, incursionó el pasado año en la ópera y nos dejó escuchar y ver una estupenda producción de Rigoletto proveniente del Teatro Regio de Parma y la presencia del gran barítono Leo Nucci en el rol titular, tal vez en su última presentación ante el público mexicano. Ahora, le toca el turno a los cantantes y músicos de una de las ex -repúblicas soviéticas: Letonia, en su idioma original Latvia.

Los cantantes solistas, el coro y la orquesta del Teatro Nacional de la Opera de Letonia, (Latvijas Nacionala Opera en letón), una trouppe que alcanza el número de 150 integrantes estará en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México en el segundo fin de semana del mes de diciembre ofreciendo un programa compuesto en su totalidad de grandes momentos de la ópera tradicional, desde Mozart hasta Puccini, incluyendo a Wagner.

Egils Silis se presenta en Operissima 2006 Este mosaico de lo más granado del repertorio operístico ha sido bautizado, por analogía con las temporadas de ballet, con el nombre de Operissima y promete atraer de igual forma a los melómanos mexicanos al Auditorio de Avenida Reforma y Campo Marte.

A juzgar por los compositores anunciados, no es difícil adivinar que escucharemos, con un estrecho margen de error en las predicciones, algunas oberturas partiendo de Mozart (Las bodas de Figaro, La flauta mágica, por ejemplo), algún que otro fragmento orquestal como intermezzos o escenas de ballet (Danza de las horas, Bacanal o mazurcas y polonesas… ), arias de bravura de Verdi y Puccini, coros famosos como el de los soldados de Fausto, el Va pensiero de Nabucco o el de los herreros de Trovador, quizás el Brindis de Traviata y el sexteto de Lucia de Lamermoor, el cuarteto de Rigoletto…

Nada más y nada menos que los highlights que todos esperamos y alguna que otra sorpresa por el camino. Entre los solistas, casi todos jóvenes y muy prometedores artistas, encontramos a Sonora Vaice soprano, Kristine Zadovska mezzo-soprano, Kristine Opolais soprano, Samsons Izjumovs barítono, Viesturs Jansons tenor, Emil Ivanov tenor y Egils Silis bajo-barítono.

La soprano Kristine Opolais se presenta en Operissima 2006 Muchos se preguntarán el porqué de la invitación a los artistas letones cuando la costumbre nos marca a los italianos como los famosos del género; sin embargo, algunos datos muy interesantes darán más luz sobre la cultura operística en Letonia y el devenir de la ópera en este país: la tradición operística data desde el siglo XVIII, cuando las primeras funciones se presentaron en el Ducado de Kurzeme. Alrededor de 1760, las compañías viajeras de ópera empezaron a presentarse de manera regular en Riga, centro musical de la región báltica, en esa época. En 1782, el Teatro Alemán de la ciudad abrió sus puertas. Aunque originalmente se construyó como un teatro para drama, las presentaciones de ópera y ballet se convirtieron pronto en parte del repertorio del mismo.

En 1837, el compositor alemán Richard Wagner, nada más y nada menos que el santo patrón de Bayreuth, fue nombrado director musical de esa compañía, puesto que conservó hasta 1839. En su primera temporada, dirigió 15 diferentes óperas. El amplio repertorio de esos años representaban las últimas tendencias artísticas de la época.

En 1863, el nuevo Teatro llamado Primer Teatro de la Ciudad abrió sus puertas. En 1912, la verdadera primera compañía de ópera nacional nació bajo el liderazgo del director Pavuls Jurjens. Después de la fundación del Estado Independiente de Letonia, la compañía se movió al Teatro de la Ciudad, nombrado actualmente como Opera Nacional de Letonia.

Operissima 2006 se presenta en el Auditorio Nacional Preferimos saltar el triste período soviético en el que Letonia se convirtió en una república más bajo la bota de los soviets y, en el que se cometieron tantos crímenes, atropellos y vejaciones en contra de los letones, inclusive un intento de purificación racial que desterró a una buena parte de la población a lejanas regiones del imperio (lo mismo ocurrió en las hermanas repúblicas de Estonia y Lituania). Lo importante es que, hoy en día, Letonia resurge como un pujante estado moderno que se integra con todo derecho en la comunidad europea.

Disfrutemos del atractivo programa de Operissima los días 8, 9 y 10 de diciembre en horarios muy convenientes: el viernes a las 20:30 horas, el sábado a las 8 de la noche y el domingo a las 5 de la tarde.

Operissima está diseñado como una sucesión de arias, dúos, cuartetos y todas las combinaciones posibles de las diferentes tesituras vocales así como los números orquestales, corales y concertantes que conforman el repertorio de la Gran Ópera. No es necesario añadir que se trata de las melodías más gustadas y también las que exigen grandes atributos artísticos y técnicos, con un grado de dificultad que demandan el todo por el todo de los intérpretes y que, precisamente, por ser tan conocidas, no admiten el menor descuido o inexactitud. En otras palabras, ha de privar el virtuosismo por sobre los demás factores.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.