
Por: Susana Fernández — 1 de julio, 2006
Frente a la intolerancia y la violencia, la danza puede ser una respuesta categórica para marcar un alto y hacer la diferencia. Y para mejor ejemplo, está el caso de José Rivera Moya, bailarÃn y coreógrafo, que hace ya varios años llegó desde su natal San Luis Potosà a la capital para hacer su sueño realidad: bailar, bailar y bailar.
Alumno destacado de los maestros Raúl Flores Canelo y Lila López, Rivera adoptó e hizo suyo ese estilo de danza social y compromiso que aprendió de sus mentores. AsÃ, años después fundó La Cebra Danza Gay, una agrupación que desde hace una década se ha dedicado a trastocar las falsas moralidades con un discurso corporal, erótico y humorÃstico para hablar de su realidad.
Y es que a pesar de que hoy esté de moda hablar de diversidad sexual, hace 10 años cuando Rivera inició con este proyecto era una de las pocas voces en el desierto y fue, gracias a su disciplina y el talento innato que posee, un punto de referencia para otros que, como él, buscaban identidad y respeto.
Hoy, La Cebra es una agrupación con reconocimiento internacional que tiene eco no sólo entre la comunidad gay, sino que gusta a hombres y mujeres por igual, gracias a un lenguaje que no discrimina: la danza.
Con motivo de la celebración de su décimo aniversario, José Rivera ha preparado un recorrido por la historia que ha escrito con su agrupación, con el espectáculo “Retrospectiva”, el cual se presenta del 1 al 16 de julio, en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (CENART).
“Tenemos la esperanza y el optimismo en el pueblo que empieza a exigir un México de cambio y avance; para allá queremos ir y decir lo que somos a través de nuestros bailables, los cuales saben y suenan a rebelión. Para eso soy un posmoderno Pancho Villaâ€, José Rivera Moya.
“Retrospectiva” reúne algunas de las piezas que le han valido reconocimientos y aplausos internacionales a su creador, pero más allá de éstos, las coreografÃas de Rivera son un puente que une e identifica a una comunidad.
Y es que a través del lenguaje del cuerpo, los integrantes de La Cebra han encontrado el vehÃculo para hacerse oÃr, se miran para desearse y se inventan para descubrirse a sà mismos al nulificar estereotipos de género y al combatir -con el arte y la movilización- lo que el silencio hace para borrar realidades como la homosexualidad.
Capitaneados por Rivera Moya, rÃen de las formas que legitiman los usos del cuerpo masculino, a través de una danza autobiográfica que oscila entre el testimonio y la fantasÃa, representando en primera persona la vida y cultura gay en México, dejando atrás las notas de prensa amarillista, archivos policÃacos y doble moral que hasta hace unos años eran las únicas opiniones sobre la homosexualidad que se vertÃan en nuestra sociedad.
“Retrospectiva” es un festejo, pero también un aliento para quienes hacen del arte una forma de resistencia, en este espectáculo el coreógrafo se burla y pone el dedo en la llaga cuando se trata de denunciar los crÃmenes por homofobia, de la construcción social de la virilidad, “las buenas costumbres†y del erotismo encubierto entre los hombres; pero no lo hace solo, La Cebra y José Rivera son una expresión que representa y tiene eco, por lo es tanto legÃtima y necesaria.
“La Cebra es un proyecto homoerótico lleno de sueños, de libertad, igualdad, esperanza, optimismo, valentÃa y de un orgullo de ser y de estar. Sólo con la igualdad y la tolerancia es como vamos a conformar una sociedad armoniosa e integralâ€, José Rivera Moya. Foto: Daniel Ochoa.
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