Jardín japonés, alas virtuales de la imaginación

Por: Oswaldo Valdovinos — 1 de abril, 2007

Jardin japones espectaculo multidisciplinario del Teatro di Piazza o D’Occacione
Todo recorrido tiene un principio: enmarañado, escabroso, retorcido, oscuro, complejo, subterráneo, desolador, desesperante, si es el caso de una visión trémula y desquiciante; o mítico, fantástico, colorido, quimérico, onírico si se trata de una imagen brillante y llena de fabulaciones cimentadas en construcciones metafóricas que sinteticen los recuerdos y los ensueños personales. De ahí que toda evocación sea particular e irrepetible y por tanto tenga un significado especial para quien la propone y otra para quien lo observa.

En este sentido es que Jardín japonés, espectáculo multidisciplinario del Teatro di Piazza o D’Occacione (TPO), integrado por Francesco Gandi y Davide Venturini, propone una puesta en escena en la que se conjugan diversas disciplinas, desde danza y música, hasta multimedia y pedagogía a partir de la creación tecnológica de un tapete llamado CCC (children cheering carpet).

Este CCC se puede definir como “un laboratorio instalado al interior de un escenario de base central, diseñado por TPO en colaboración con Martin Von Gunten, para realizar acciones teatrales con dinámicas interactivas. La instalación está formada por una alfombra blanca para la danza, un videoproyector que proyecta imágenes animadas desde arriba y un sistema de 32 sensores, (escondidos debajo de la alfombra) que reaccionan por impulsos sincronizando, por sonidos e imágenes”. Con ello, “en la alfombra se reproducen paisajes virtuales que favorecen la organización de juegos y acciones individuales o de grupo”. Dicho CCC es un juego planteado por el montaje y la relación entre la dramaturgia, la pedagogía derivada de las artes y las nuevas tecnologías que crean -y sugieren a la vez- una conexión creativa y lúdica con lo visual.

Jardin japones bajo la direccion de Francesco Gandi y Davide Venturini Así, a través de un recorrido que plantea cinco ambientes virtuales inspirados en los paisajes del jardín japonés es que se logra adentrar en esa atmósfera donde los bonsai, las piedras, los juegos de agua, los “pasos perdidos”, el jardín zen son la tónica visual donde se lleva a cabo una miniaturización y reconstrucción del paisaje a través de un sistema codificado de símbolos y de metáforas, que a su vez propone una exploración individual o de grupo a través de un prado, un río, un puente, las flores, la mar, lugares en los que se desarrolla un tipo de acción teatral basada en la relación perceptiva, lúdica y sonora de los elementos naturales.

Con esto se puede decir que cada representación es única e irrepetible, pues al haber una interacción real con el público, sobre todo con los niños, el espectáculo trascurre de un lado al otro a partir de lo imprevisible: lo mismo de seguir un camino de flores que corre vertiginoso bajo los pies de la bailarina, que de los tablones del puente que hay que cruzar para llegar al otro lado, o las huellas plasmadas en una superficie llena de arena… o de donde la voluntad del espectador tenga en ese momento.

Jardín japonés, con Gabriela Huesca y Andrea García bajo la dirección de Francesco Gandi y Davide Venturini, se presenta en el Centro Cultural Helénico los domingos a la 12:00 y 13:30 hrs.

Plagado de imágenes visuales y sonoras integradas como un todo, donde el color y el sonido envolvente de ambientes naturales definen el carácter poético de esta propuesta, Jardín japonés es un muy buen ejemplo de cómo las nuevas tecnologías tienen mucho que dar aún a las artes escénicas.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.