
Por: Claudia Magun — 1 de diciembre, 2008
El buen Canario se presenta de jueves a domingo en el Teatro de los Insurgentes
El trillado tema de la crisis existencial es uno de socorridos textos de los teatreros para mostrar los sentimientos humanos en la escena dramática. La pobre existencia del alma y la poca percepción para enfrentar situaciones o relaciones de los individuos sirve para que autores, directores y actores demuestren su talento en un proyecto donde con facilidad el público encuentra afinidades.
En todos los tiempos, los grandes autores han escrito sobre esta situación común en el ser humano, pero en el teatro contemporáneo esta trama es una de las más frecuentadas por la dramaturgia.
Las historias de parejas que ven su relación afectada por esta cada vez más frecuente circunstancia son llevadas a escena para ejemplificar las carencias humanas.
AsÃ, una vez más vemos esta anécdota llevada a escena a través de la visión de uno de los grandes actores de la pantalla grande: John Malkovich, quien ahora llega al teatro mexicano realizando la dirección de El Buen Canario (The Good Canary), obra contemporánea donde el conocido rostro de Hollywood da a conocer, una vez más, su talento por medio de las actuaciones de Diego Luna, Daniel Giménez Cacho, Bruno Bichir, Irene Azuela, Jorge Zárate, Yuridia del Valle y MartÃn Altomaro, todos ellos profesionales de la industria nacional que demuestran que atrás de una buena actuación, se encuentra un buen director.
El Buen Canario es un texto original de Zach Helm -quien como dramaturgo ha escrito, además de ésta, Last Chance for a Show Dance– producida por Mr. Mudd, compañÃa que representa la habilidad de Lianne Halfon, Russell Smith y el propio Malkovich, quienes se iniciaron juntos en 1994 cuando decidieron adaptar y producir la novela Libra de Don De Lillo para presentarla en el Steppenwolf Theatre Company de Chicago, con gran éxito.
Con este proyecto de El Buen Canario, que se estrenó a mundial en 2007 en ParÃs, fueron reconocidos con seis nominaciones Molière, además de obtener las preseas como Mejor Obra, Mejor Actor y Mejor Actriz. También fue reconocida en Francia, con el Crystal Globe Award en el rubro de Mejor Obra.
En esta pieza de Helm, la que lleva el papel principal es Annie, una desbaratada alma femenina caracterizada por Irene Azuela, la cual le permite a la actriz -de cine y teatro clásico, se lee en su curri-, desarrollar un buen papel con el que convence de la precaria existencia de una mujer que ha caÃdo en un vacÃo que la lleva a un terrible agujero negro.
Sin embargo, quien se roba la puesta es Charly, interesante personaje interpretado por el totalmente reconocido actor de teatro y cine, Daniel Gimenez Cacho en una genial caracterización de un simpático y cÃnico representante literario que no se inmuta en ser despiadado ante cualquier cosa que le impida concretar su gran negocio.
Por su parte nuestro famoso Diego Luna, quien supuestamente es responsable del papel protagónico de la obra, o sea Jack Parker, demuestra que si se puede llevar una verdadera actuación cuando se está bien dirigido. Su interpretación de un joven mediocre, pero con buenos sentimientos, cumple el cometido de captar la compenetración con el público, sin embargo el ángel -o la simpatÃa, que cae en una conducta misógina- de Jiménez Cacho y la, tan hoy vista, problemática existencia que vive el personaje que interpreta la Azuela, le roban el protagonismo a la figura de Luna en su papel del tierno amante, y escritor de novelas con mucho futuro, que supuestamente adora a Annie.
Él que, como siempre, demuestra su capacidad actoral es Bruno Bichir, quien representa la oscura personalidad de Andrew Mulholland, un crÃtico literario que utiliza la palabra escrita para dar su punto de vista, bien o mal llamado crÃtica, sobre el trabajo de aquellos que expresan su razón literaria y como consecuencia de esta autoridad, destruye o hace de ésta, un éxito editorial. Finalmente el personaje de Bichir es el eslabón que lleva al desenlace la historia.
AsÃ, El Buen Canario nos lleva una vez más a deleitarnos con el cometido del gran Malkovich, quién demuestra que su profesión lo lleva a traspasar el trabajo de un actor para hacer de un texto un excelente drama, donde la obra escrita por Helm muestra aquello que sucede, dÃa con dÃa en una sociedad que carente de amor que hace de su vida un verdadero cacahuate.
Y no sólo se trata de la terrible situación que vive Annie en su niñez, sino también habla de las almas de cada uno de estos individuos que deambulan en esta historia de amor, que violenta como sus personajes nos lleva por un texto joven, cargado de un humor ácido y desquiciante que refleja una conmovedora trama –que utilizando el lenguaje común, en ocasiones sobrecargado de malas palabras, entre otras actitudes cotidianas que vivimos en nuestra sociedad mexicana-, aun cuando se sitúe fuera de nuestra idiosincrasia, provoca un entendimiento entre el público y las situaciones que llevan a los protagonistas a callejear por una inexistencia habitual que les provoca una extraña aceptación que les hace verse como espejo de su realidad.
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