
Por: Enrique R. Mirabal — 1 de febrero, 2009
Lucia di Lammermoor en el Auditorio Nacional
Recibido como un proyecto alterno para escuchar buena ópera en la Ciudad de México, las trasmisiones en vivo desde el Metropolitan Opera House de Nueva York se han consolidado como la única manera de acercarse a la lÃrica de altos vuelos en esta ciudad capital.
Indiscutiblemente, el gusto por asistir al Auditorio Nacional los sábados al filo del mediodÃa se ha afincado como tradición de melómanos y neófitos hasta lograr una considerable afluencia de público en un horario que no es, por cierto, el más placentero para ver y oÃr ópera.
La calidad de las trasmisiones, de impecable limpidez en lo visual y lo auditivo, producto de la tecnologÃa de alta definición, más el atractivo cartel de óperas, intérpretes, directores escénicos y musicales han determinado la preferencia del público y su asiduidad.
Desde la Gala inicial trasmitida en control remoto a diversas ciudades del globo hasta los recientes tÃtulos como La Rondine y Orfeo y EurÃdice, cada vez, se ve más lleno el inmenso Auditorio; sin embargo, el fervor nacionalista que afloró con la presencia de Ramón Vargas junto a Renée Fleming, promete desbordarse este 7 de febrero cuando el tenor lÃrico mexicano de mayor aceptación, mercadológicamente medida, aparezca en las gigantescas pantallas del foro del Paseo de la Reforma.
Estamos refiriéndonos, sin duda, a Rolando Villazón, en vivo y a todo color, acompañado, mejor dicho, acoplado, con su análoga versión en femenino y en ruso, la soprano Anna Netrebko en la puesta en escena de Lucia de Lammermoor de Gaetano Donizetti con producción de Mary Zimmerman y dirección musical de Marco Armiliato.
Lucia es una de las óperas preferidas del repertorio belcantista por su anécdota romántica ubicada en una idÃlica Escocia del siglo XVI según la desbordada imaginación de Sir Walter Scott con trágico romance y decorado polÃtico aderezado de rencillas familiares.
Un maravilloso pretexto para enmarcar conocidas pero siempre gustadas melodÃas, dúos, sextetos y un aria de locura particularmente lucidora para la soprano a cargo y que, en este caso, tiene una resuelta intérprete en la petersburguesa estrella Netrebko.
Villazón, en la actualidad en los años dorados de su carrera, se siente particularmente cómodo en el papel de Edgardo, rol que ha cantado con éxito anteriormente pero nunca en México, por lo tanto, tendremos el privilegio de escuchárselo por primera vez –y hasta que el Palacio vuelva a la vida- digitalmente en vivo.
En el repertorio aún exiguo del tenor, predominan los roles lÃricos y ligeros, especialmente los provenientes de la pluma de Donizetti y Verdi, además de algunas obras de la lÃrica francesa (Gounod, Massenet). Villazón repite en esta función lo que seguramente ha sido un sonado éxito en dÃas anteriores y se dispone a partir a Europa para seguir cantando en los teatros que le vieron nacer a la fama: Opera de Paris, BerlÃn y, a mediados de año, en el Teatro Real de Madrid junto a Plácido Domingo, otro de sus impulsores desde que el mexicano ganara un sitio de honor en Operalia.
El binomio Villazón-Netrebko se ha paseado por las más importantes casas de ópera del mundo como una feliz dupla que garantiza no sólo la venta de boletos para los espectáculos sino también la venta de discos y videos.
Varios de estos son bien conocidos en México: L’elissir d’amore, La Traviata filmada en Austria… La bohème es la más reciente incursión del hacendoso dúo que aparte de ser muy grato al oÃdo tiene la virtud de verse muy bien en escena: juventud, prestancia y esbeltez sumado al apasionado dramatismo que le imprimen a sus actuaciones.
Para muestra, el Romèo et Juliette de Gounod que pudimos ver en el Palacio de Bellas Artes hace pocos años pero que ya se percibe muy lejano.
Después de Lucia di Lamermoor, podremos ver en el Auditorio Nacional, Madama Buterfly en la controversial puesta del desaparecido director cinematográfico Anthony Minghella con la chilena Cristina Gallardo en el rol titular.
Más adelante, La sonnambula de Bellini con la otra gran pareja de moda (lo que no excluye algunos intercambios amistosos), Juan Diego Flórez y Natalie Dessay.
De hecho, Villazón ha cantado junto a la francesa en varias ocasiones con resultados muy halagüeños incluida Lucia di Lammermoor. Dessay abrió exitosamente la temporada 2007-2008 del Met con esta ópera, suceso que se convierte en un verdadero reto para la Netrebko. Definitivamente hay que ir al Auditorio Nacional este sábado 7 de febrero.
Esperemos que Villazón dirija un saludo a sus paisanos en alguno de los intermedios. Si la Georghiu hizo lo propio con los rumanos, por qué no el mexicano.
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QUE DECEPCION 6000 PERSONAS CONGELANDOSE EN EL AUDITORIO Y TU MEJOR TE FUISTE AL SUPER BALL CON PACIDIN Y TE SENTISTE INDISPUESTO , NO TIENES RESPONABILIDAD,ERES UN MUY BUEN CANTANTE PERO PON LOS PIEZ EN LA TIERRA CUANDO TINES UNA RESPONSABIDAD CUMPLE CON ELLA PREGUNTALE A TU PHSIQUIATRA .SALUDOS MARGARITA V STOLBERG