
Por: Susana Fernández — 1 de agosto, 2007
¿Es posible la reproducción exacta de la naturaleza?, ¿la corrección de errores en busca de la perfección humana?, ¿La elección de una familia perfecta? Estas son sólo algunas interrogantes que plantea Las copias, texto de la británica Caryl Churchill, llamada la primera “gran tragedia del siglo XXI†debido a lo polémico de su temática: la clonación humana.
Desarrollada a partir de cuatro personajes y dos actores que interpretan a un padre y un hijo que a su vez tiene dos clones, esta puesta plantea la forma en que influye y determina la identidad del individuo la historia de vida que le antecede.
Es asà que en la trama, un hijo descubre que ha sido objeto de un experimento cientÃfico y que existen 19 “copias†de él. Esta noticia tiene en los tres hijos que aparecen a lo largo de la historia, un significado distinto, producto del origen de su forma de ver la vida y la relación afectiva con el padre.
Considerada por algunos crÃticos como un “thriller†psicológico, Las copias expone sobre el escenario el valor de la identidad, la soberbia del ser humano ante su condición –casi mÃstica– de ser único e irrepetible y la amenaza de sentirse robado ante la posibilidad de ver reproducidos no sólo sus rasgos fÃsicos sino también los psicológicos y morales.
Desencadenada por un padre que se recrimina errores y busca enmendar una relación fallida con su hijo, la clonación enfrenta los polos del ser humano, la violencia y agresividad de uno con el miedo e incertidumbre de otro. Ambos hijos, el original y uno de los clones, se ven enfrentados por los sentimientos encontrados que sienten hacia el padre, el resentimiento de uno y el afecto del otro, ambos provocados por un mismo padre genético pero distinto como sujeto de afecto.
En este conflicto que surge de un planteamiento cientÃfico se cuestiona y explora la moral desde una posición que cada dÃa se ve más cercana, un buen ejemplo de la ficción convertida a realidad. Con la dirección de Mario Espinosa, el primer actor Luis Rábago interpreta al padre, personaje incapaz de establecer vÃnculos estrechos con su familia; por su parte, Rodrigo Murray lleva exitosamente a escena tres personajes: el resentido, el vulnerable y uno más que parece estar a gusto con su vida, independientemente de su origen; los tres matizados y diferenciados acertadamente por el actor. En los dos primeros su cuestionamiento y dudas son las que los sitúan en situaciones extremas, mientras que el tercero resulta estar a gusto con su vida, sin incertidumbres ni miedos.
Con una coproducción de Cornamusa, CONACULTA y el propio Murray; la escenografÃa minimalista y un vestuario, sencillo pero que ayuda a identificar a cada personaje, diseño de Gloria Carrasco, sin dejar de mencionar la iluminación de Angel Ancona, Las copias se presenta de viernes a domingo en el Centro Cultural Helénico.
Una obra inteligente que lleva al teatro un planteamiento futurista no tan lejano, dejando abierta la discusión sobre la capacidad para “corregir†los errores de la naturaleza y la posibilidad de segundas oportunidades. Las copias, una exposición sobre la libertad y diversidad que nos conforma y que constituye nuestra identidad por muy iguales que pudiéramos parecer.
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