Yarom Traub demostró su pasión por la música…

Por: Claudia Magun — 13 de abril, 2013

“Para mí, lo más importante es transmitir la belleza y las emociones de la música desde el corazón. No se hacer otra cosa, en mi casa la música siempre fue algo cotidiano, otros tienen un padre que es profesor de escuela o técnico, en mi caso yo tuve un padre que era músico, así que yo crecí en un ambiente de músicos”, Yarom Traub.

Yarom Traub dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional en el Palacio de Bellas Artes, abril 2013 En un muy aplaudido concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), ayer viernes 12 de abril, Yarom Traub conquistó a un público capitalino que en una muy gratificada conclusión escuchó la Sinfonía No. El Titán de Richard Mahler, el gran compositor bohemio-austriaco de quien el director israelí se refirió –en entrevista para Interescena–, como uno de sus compositores favoritos.

“Me encanta su música tuve la gran suerte de poder escuchar a Berstein en muchos conciertos y su manera de interpretar, entender y transmitir el contenido y las emociones de las obras de Mahler, es para mí un ejemplo fantástico. De hecho, me contó mi padre que ellos tocaron muchas sinfonías juntos con la Sinfónica de Israel y después de un concierto de esos de gran éxito, apoteótico –no recuerdo cual fue la sinfonía, pudo ser la primera– salieron juntos y Berstein le dijo ‘yo escribí esta música’, así lo sentía, tan cerca, tan suya, yo no digo esto, pero me identifico, como el maestro, con el contenido emocional de esta obra”, Yarom Traub.

Esta velada dio inicio con la obertura de Los maestros cantores de Núremberg, la cual es, sin duda, la ópera más alegre y festiva de todo el catálogo de Richard Wagner, y una de las mejores muestras de su maestría técnica. Desde su creación ha sido una gran favorita en las salas de concierto y, como el resto de la ópera, está llena de música marcial, solemne, pomposa y de estilo procesional. Asimismo, su interpretación en esta noche en Bellas Artes, en la sala se escuchaban los comentarios sobre esta pieza que aun cuando no era muy conocida por parte de la mayoría del público, tuvo una total aceptación.

Edgardo Carone se presentó con la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por Yarom Traub. Palacio de Bellas Artes “Los maestros cantores es una obra muy especial, es, como en toda la ópera del músico alemán, un estudió de contrapunto y armonía que va mucho más lejos de lo que se componía hasta ese entonces, en su trabajo Wagner buscaba un nuevo lenguaje armónico con todo el cromatismo. En Nuremberg lo que destaca es la polifonía, muchas voces a la vez creando una textura muy densa, pero al mismo tiempo extremadamente clara. Como obertura es un ejemplo magistral, hay un momento al final donde se escuchan como tres o cuatro temas de la partitura que van a la vez y se escuchan cada una, eso es fantástico”, Yarom Traub.

En la segunda interpretación de este octavo programa de la OSN, también se llevó un muy merecido reconocimiento por parte del público presente en la sala, un joven talento llamado Edgardo Carone, quien como solista invitado nos descubrió su calidad interpretativa en el Concierto para violín y orquesta de Felix Mendelssohn.

“El motivo de poner esta obra es la celebración del centenario de Richard Wagner, quien llevó su música a la genialidad, sobre todo por la orquestación, él realmente la reinventó, él utilizó la orquesta como un cuerpo de sonido y esto cambió toda la perspectiva de la música sinfónica de su época”, Yarom Traub.

Carone, quien nació en 1991, también lleva la música en su sentir cotidiano, el joven violinista que proviene de una familia musical comenzó a estudiar violín a la edad de seis años y posteriormente ingresó a la Escuela Superior de Música. Forma parte del Cuarteto Carone Sheptak, y desde 2011 es integrante de la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional. Fue ganador del Segundo Concurso de solistas de las escuelas del Instituto Nacional de Bellas Artes 2012.

Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por Yarom Traub. Palacio de Bellas Artes, abril 2013 Este concierto de Yarom Traub en el Palacio de Bellas Artes representa su segunda participación con la OSN, en su primera actuación, que ocurrió en octubre del año pasado, tuvo el honor de dirigir al español Joaquín Achucarro en la interpretación del Concierto para piano y orquesta No. 2 de Johannes Brahms, se pudo apreciar la enérgica y certera batuta del israelí que desde 2005 es el director titular y artístico de la Orquesta de Valencia, España.

Podría sonar pretencioso, pero en verdad este joven director que se ostenta como un apasionado de la música, la descubrió a través de la convivencia con los grandes personajes de la escena orquestal: “Toda mi juventud conviví con personalidades, por nuestra casa pasaron todos los más grandes que venían con la Filarmónica de Israel, como Bernstein, Zubin Mehta, Daniel Barenboim, Rubinstein, Zukerman y otras leyendas de la música, toda esa gente vino a cenar después de los conciertos… para mí eso ha sido la vida”.

Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por Yarom Traub. Palacio de Bellas Artes, abril 2013 Traub es hijo de Chaim Taub, antiguo primer violín de la Orquesta Filarmónica de Israel (por 30 años), quien -por supuesto fue su mentor- lo impulsó a estudiar esta carrera que iniciara con el piano y a partir de 1990 en dirección de orquesta, con estudios en Londres y más tarde en Múnich, donde trabajó con Sergiu Celibidache. Después vendría el contacto con Daniel Barenboim, quien lo introdujo en el Festival de Bayreuth donde fue su asistente. A esta actividad le siguió el cargo de director titular suplente de la Orquesta Sinfónica de Chicago entre 1994 y 1999.

Fue así que este joven y talentoso director que ganara en 1998 el Premio del IV Concurso Internacional Kondrashin de Dirección de Orquesta en Ámsterdam, hoy ostenta excelentes credenciales para colocarse en los atriles de las grandes instituciones orquestales del mundo respaldado por una firme y constante trayectoria que lo ha llevado a colaborar con importantes ensambles internacionales, como son la Orquesta Filarmónica de Rotterdam, Orquesta Filarmónica de Israel, Orquesta Filarmónica de Sydney, Orquesta Filarmónica Melbourne, Kremerata Báltica, Orquesta de la Academia de Santa Cecilia, Orquesta Sinfónica de Düsseldorf, Orquesta Filarmónica de Helsinki, Orquesta Nacional de Lyon y la Orquesta Sinfónica de Singapur, entre otras.

Yarom Traub dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional en el Palacio de Bellas Artes, abril 2013 Yarom Traub es una más de las promesas que hoy viven y dejan sentir las obras de los grandes compositores, su dedicación y talento lo colocan como uno de los augurios para brillar en la escena internacional, un mundo que hoy preside la generación de los 60, aquellos que ya son o serán tan importantes como aquellos célebres personajes que inspiraron el sueño de quien en este concierto de la Sinfónica Nacional –liderada por Carlos Miguel Prieto, nuestro niño de oro de la escena nacional y otro de los protagonistas de esta misma generación– nos hizo participes de un interludio con la música y sus intérpretes.

“Considero que hay dos razones importantes para que haya tanta gente con talento de la generación de los 60–, primero técnicamente ha habido un avance tremendo en todos los instrumentos y también en la dirección, las posibilidades que existen hoy para aprender es mucho más fácil y accesible que hace 30 años, además hoy con el Internet y con la posibilidad de viajar a todo el mundo se facilita el poder aprender y crecer más; eso por un lado y por el otro, está el hecho que representan los medios de comunicación ante la oportunidad de darte a conocer, de difundir tu trayectoria. Si hay un artista con talento, con posibilidades y, por supuesto, con carisma y atracción por parte del público, la proyección puede ser instantánea. El reconocimiento del público y hasta la fama puede lograrse más rápido que hace años”, Yarom Traub.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.