Yamato, la fiesta de los tambores en el Metropólitan

Por: Colaborador Invitado — 26 de febrero, 2010

Yamato, la fiesta de los tambores en el Teatro Metropólitan, febrero 2010 ¿Quién no ha admirado alguna vez la cultura japonesa? Y es que la armonía oriental entre el hombre y la naturaleza nos ha permitido conocer, entre otras cosas, la ceremonia del Té; los Kimonos (los vestidos tradicionales japoneses); el Código Bushido a través de los samuráis; la tranquilidad de los baños termales u Onsen; o el esoterismo del horóscopo japonés.

En este sentido, en el Teatro Metropólitan tenemos la posibilidad de conocer, el 26, 27 y 28 de febrero y el 6 y 7 de marzo, a Yamato The Drummer of Japan, un espectáculo de tambores, coreografía, juegos de luces y energía que nos transmiten un poco más de la cultura nipona al público de la Ciudad de México. Yamato también se presentará en el Teatro Esperanza Iris de Villahermosa, en el Auditorio Luis Elizondo de Monterrey, en el Teatro Metropolitano de Tampico y en el Teatro Reforma en Veracruz.

Yamato, la fiesta de los tambores en el Teatro Metropólitan, febrero 2010 Bajo la luz ámbar del Metropólitan, no sólo escuchamos el rugir de los tambores, sino también, los platillos, la flauta, el gong, el shamisen (instrumento parecido a la guitarra) y el koto (parecido a un arpa), y los tres tipos de tambores —que son parte de la espiritualidad del Japón—: Shimedaiko, de 10 kilos de peso y finalmente el que acaparó la atención de los más de mil quinientos espectadores que se encontraban en el Metropólitan: el Odaiko, un enorme tambor de más de media tonelada de peso que hizo vibrar a todos los asistentes.

Y a todo esto ¿qué es Yamato? Bueno, es un grupo de diez percusionistas —cinco mujeres e igual número de varones— originarios de Nara, con más de 16 años de trayectoria artística –realizan más de 180 presentaciones al año– y un gran talento que cautiva por su energía y rapidez en el movimiento de los brazos al tocar el Taiko.

Yamato describe la antigua cultura japonesa, una combinación de más de 1500 años de antiguos instrumentos con la vanguardia del espectáculo, dando como resultado un nuevo significado a las tradiciones.

Yamato, la fiesta de los tambores en el Teatro Metropólitan, febrero 2010 El grupo de percusionistas fue fundado por Masa Ogawa en 1993, y desde esa fecha hasta las presentaciones que realizan en el Metropólitan, el sonido de los tambores de Yamato se han unido al latir de los corazones para hacer una fiesta de sonidos y de colores, o como dicen los japoneses: un “Matsuri”, palabra que significa festival y que tiene su origen en el término “Matsuro”, el cual refiere una plegaria a los espíritus más elevados.

Porque cuando tambor y percusionista se vuelven uno, el sonido se transforma en Otodama, el alma del sonido. Este sonido se eleva al cielo y retumba en lo alto. Cuando desciende arropa a todas las personas en la tierra; entonces el mundo y todas sus criaturas comienzan a vibrar de manera sutil al ritmo de la música. El sonido del tambor unifica a la gente con el universo, en el cual el cielo y la tierra, lo espiritual, lo humano y todas las criaturas existen. Esa es la fiesta o el Matsuri de Yamato.

Durante dos horas Yamato The Drummer of Japan ofrece un espectáculo que consiste en nueve piezas, donde el público pasa de la admiración de una perfecta coordinación de los movimientos y el dominio sobre los tambores, a la algarabía, al disfrute del buen sentido de humor, la cooperación, el compañerismo, el trabajo en equipo y una muestra de cómo disfrutar lo que se hace.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.