
Por: C. Magun y S. Fernández — 7 de marzo, 2015
“Un concierto siempre es algo muy personal, cada estudiante, cada nota es una bendición para sacar lo mejor de nosotros mismo con intensidadâ€, Wynton Marsalis.
En este mes de marzo, el Palacio de Bellas Artes tiene como invitado a uno de los más grandes trompetistas del ámbito orquestal, Wynton Marsalis quien al frente de la Jazz at Lincoln Center Orchestra ofrecerán dos conciertos que comprenden una amplia selección de piezas que mostrarán los alcances de este género nacido en Nueva Orleans.
Amante de la música clásica, Wynton Marsalis, originario de Nueva Orleans reconoce el jazz “como mi madreâ€, declarabá en la conferencia de prensa al anunciar esta dupla de conciertos que ofrecerá en Bellas Artes (7 y 8 de marzo) con la Jazz at Lincoln Center Orchestra, dos fechas que se desprenden de la gira Jazz Across the Americas, la cual iniciaron en Puerto Rico y que continuará por varios paÃses, como Santo Domingo, Argentina, Uruguay, Perú Brasil, Chile y Venezuela, donde se presentará con la Orquesta Sinfónica Simón BolÃvar, bajo la batuta de Gustavo Dudamel interpretando Swing Symphony, obra de su autorÃa.
Músico de cepa, con principios en la música clásica –estudió en la Juilliard School– pero con un claro enamoramiento por el jazz, no en balde viene de una familia de jazzistas, “no he tocado música clásica en los últimos 20 años pero disfrutó y me encanta escuchar a las grandes orquestas e interpretar y escuchar obras del género clásicoâ€
Natural es que sus estudios lo hayan llevado a ser uno de los grandes del jazz, como compositor, arreglista y una de las mejores trompetas de la historia, fracturando la inercia de la decantación a partir de una fusión muy suya y por supuesto de la improvisación, un estilo que se puede denominar como el sello Marsalis. Porque Wynton, desde sus inicios no sólo se arriesga por un jazz acústico y apegado a la tradición, además en su estilo se declara abiertamente un repele al jazz de vanguardia, posición que se apoya por su influencia en dos grandes: Freddie Hubbard y, sobre todo, Miles Davis.
Respeto y admiración que lo han llevado a generar un propio estilo el cual también se ampara en enigmáticas interpretaciones de otras leyendas que han suscrito la historia de este género, como Louis Armstrong, Duke Ellington y otros tantos iconos de una identidad musical compleja que no puede ser aislada ni delimitada con facilidad y que en su profundidad conminan a un escucha atento además de una concentración profunda.
Marsalis no sólo es querido y respetado por su talento y carisma, también le vale por el servicio social y educativo en el que ha empeñado su profesión, llevando la música a un nivel docente, ofreciendo cátedra en la casa sede de la Jazz at Lincoln Center Orchestra, en Manhathan, y en muchas de las ciudades donde llega a presentarse, incluyendo la Ciudad de México, donde hoy sábado 7 de marzo el ensamble ofreció una clase magistral en un Bellas Artes colmado de jóvenes músicos que agradecieron esta oportunidad con aplausos y un interés por seguir la música y las acotaciones que los integrantes declaraban en referencia a las piezas que interpretaban.
Un proyecto intenso que ocupa un tercio del año para el ensamble, y que en lo individual cada músico hace suyo con un sentido de retribución, por que como buenos artistas en su ideal de un mundo mejor, piensan y afirman que la música es la base para una mejor educación.
“En el mundo hay un mal entendido sobre el valor de la educación artÃstica, pues muchas veces se ve a las artes y a la música como productos, algo para ser vendido. La música y el arte es el alimento del espÃritu y del intelecto, pero requiere de una inversión para que dé sus frutosâ€, Wynton Marsalis.
Sobre cuáles han sido sus frutos en la labor educativa, Wynton señaló que tanto él como la orquesta se han encontrado con músicos jóvenes que han captado el espÃritu, afecto, amor y cariño que tienen y no se lo guardan. “Esto se conjuga con sus vidas para elevarlos como seres humanos y esto les significa reforzar todo lo que hacen para ser mejores personas y tener mejores experienciasâ€, destacó el hijo del pianista Ellis Marsalis.
Ésto y más hacen de Marsalis un artista que además de ser reconocido por los más metÃculosos crÃticos, es una figura de gran proyección mediática, la cual lo ha llevado a ser protagonista del jazz en los más importantes escenarios del mundo, pero también es un hombre transparente que ama todas las artes, tanto como la música. El trompetista se declara amante de Bach, Shakespeare, William Butler Yeats, Matisse y tantas otras celebridades que han configurado su intelecto y su espÃritu. “Hay tantas figuras que he conocido en los últimos años y que he investigado que puedo decir que amo a todos los artistasâ€.
Esta es la riqueza de Wynton Marsalis, un hombre que domina la vida como otro cualquiera pero que en la música lleva la vida y todos los colores de ésta, una virtud que hay que escuchar y apreciar a través de un caleidoscopio que muestra la riqueza y evolución de un género que sobrevive, crece y se mantiene como una constante energÃa en transformación que cruza fronteras y conquista a los melómanos más puristas.
No se pierda la presentación de Wynton Marsalis y la Jazz at Lincoln Center Orchestra en Bellas Artes, dos conciertos donde se podrá escuchar música desde la perspectiva de los grandes pioneros de la historia del jazz, conectados e inspirados en la música ancestral, un programa que incorporara los horizontes artÃsticos del género, creando nuevos espacios para el jazz.
“Nuestro mensaje está encapsulado en los tres elementos fundamentales del jazz. El primero es la improvisación. La cual nos dice que está bien ser como somos, ser cada uno original y diferente a los demás. Estar orgullosos de nosotros mismo y creer es esa originalidad de cada persona que lo hace único. El segundo elemento es el swing, este nos enseña que ser diferente está bien. La improvisación te enseña a hablar y el swing te enseña a escuchar. Escuchar con la misma intensidad con la que hablas. El tercer elemento es el blues, que nos dice que el dolor está presente en el mundo pero tenemos una responsabilidad, el encontrar nuestro camino, y este el optimismo. La vida no es un ideal, es lo que es. Una realidad que nos toca a todos, cada uno de nosotros tenemos una sustantividad que es difÃcil, ante esa verdad el blues nos permite verla con optimismo, con alegrÃa y felicidad. Los músicos llevamos esa realidad a todos ladosâ€, sabias y célebres palabras de Wynton Marsalis…
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