Tosca, el clásico de Giacomo Puccini en el Palacio de Bellas Artes

Por: C. Magun y S. Fernández — 2 de diciembre, 2015

Tosca, el clasico de Giacomo Puccini en el Palacio de Bellas Artes, diciembre 2015. Foto Juan Jose Arias. Descrita por el director escénico Luis Miguel Lombana, como una “gran ópera de una acción frenética, con personajes que tienen sustancia y son creíbles” el clásico de Giacomo Puccini, Tosca es la producción con que la Ópera de Bellas Artes clausura sus actividades en este 2015.

Una producción nueva para los capitalinos que se sustenta en un gran elenco encabezado por la soprano búlgara Svetla Vassileva y la mexicana Violeta Dávalos, quienes alternan el papel de la gran heroína pucciana de la tragedia de Tosca, una ópera que posee los elementos escénicos y musicales necesarios para lograr el lucimiento de las voces que en ella intervienen.

Para el maestro Srba Dinic, director concertador de esta puesta, curiosamente una de sus favoritas del repertorio italiano, “Tosca tiene todo para que al público le agrade. Tiene un gran aparato de orquesta, tiene coro, tiene la banda interna, todo los efectos de atrás, el sonido de las campanas y, por si esto fuera poco, es una historia muy actual que bien podría hacerse en este tiempo y no perdería en nada su esencia, por eso, para mí siempre es un placer hacerla. Es perfecta para cerrar el año y es la obra que el Palacio de Bellas Artes se merece”.

Tosca, el clasico de Giacomo Puccini en el Palacio de Bellas Artes, diciembre 2015. Foto Juan Jose Arias. Con todos estos atributos pareciera que Ópera de Bellas Artes no se arriesga al programar una producción de tales características y que su elección se debe precisamente por garantizar de cierto modo un éxito sin demasiado esfuerzo, nada más lejos de la verdad estimado lector, es precisamente la perfección que encierra la obra de Puccini el mayor reto que enfrentan los responsables de llevarla a escena.

“Para mí el reto más importante es lograr ese balance entre las voces de los cantantes y la orquesta, ésta no debe perder la calidad de sonido y los matices pero siempre debe acompañar a los cantantes. Hay tantas emociones en esta obra que en si misma encierra un gran peligro, ya que no debe llegar a sonar demasiado fuerte la orquesta porque Tosca transmite mucha energía desde el principio y no puedes relajarte en ningún momento”, Srba Dinic.

Enmarcada en la Italia de 1800, cuando Napoleón venció a los austríacos al mando del general Michael von Melas en la batalla de Marengo, Tosca es la historia de una mujer apasionada, dispuesta a todo por el amor de su vida, empero la tragedia es detonada por el conflicto político y los entretejes del poder. Es una obra contundente donde el amor y la traición de los protagonistas conducen al público por un vertiginoso viaje donde literalmente no queda nadie a salvo.

Tosca, el clasico de Giacomo Puccini en el Palacio de Bellas Artes, diciembre 2015. Foto Juan Jose Arias. En este sentido, para el director de escena, Luis Miguel Lombana es un privilegio trabajar con todo este caudal de emociones humanas. “Uno se dedica a esta profesión por retos así. Cada director tiene su forma de entender el drama, el reto es ser honesto con lo que estás haciendo, explorar en la psique de los personajes. Yo trabajo para que el cantante no anteponga su conocimiento de la trama en el momento de la interpretación, sino que haga ésta como si en ese momento lo experimentará por primera y única vez. Razones sobran para ver una ópera como Tosca que es una gran partitura y alta dramaturgia. Lamentablemente con la violencia de género y el acosamiento del Estado que se vive ahora es tan actual como la trama de 1800, en ese sentido los seres humanos seguimos atrapados por nuestras mezquinas y bajas pasiones, así que la naturaleza humana puede verse perfectamente reflejada en el escenario”.

Más allá del protagonismo femenino que da nombre a la trama y como ya se mencionó, Tosca es una obra que también permite el lucimiento de cada intérprete, para el tenor Carlos Arturo Galván, quien da vida al pintor Mario Cavaradossi, amante de la protagonista, este papel exige mucho, tanto en el terreno vocal como en la parte histriónica.

Tosca, el clasico de Giacomo Puccini en el Palacio de Bellas Artes, diciembre 2015. Foto Juan Jose Arias. “Este es un personaje con mucha energía porque él es un artista con ideas políticas muy claras y esto debe plasmarse en escena. Puccini le escribe una orquestación muy densa que requiere de una voz que tiene que estar cantando constantemente, muy demandante pero también muy reconfortable para cualquier intérprete porque hay pasajes muy complicados con notas muy agudas o muy graves que exigen que la orquesta e intérprete siempre estén muy concentrados”.

Así, con un gran ejercicio de dramaturgia que poco a poco va desgranando una historia de violencia y brutalidad, Tosca también permite ver el lado más oscuro de la naturaleza humana en la personificación del Barón Scarpia, interpretado por el barítono Genaro Sulvarán, mi personaje es “el contrapeso de la obra”, así lo califica el propio Genaro, un papel muy difícil que con el paso de los años le ha impuesto nuevos retos.

“Scarpia demanda mucha introspección para poder interpretarlo. Lo más fácil es salir al escenario y aventar la voz, lo difícil es decirlo con toda la intención pero con la mitad de la fuerza. Él es la maldad encarnada por eso es uno de los personajes favoritos de los barítonos. Cada vez que lo canto le encuentro algo nuevo. Es un reto porque va evolucionando con la voz, con la personalidad, con la emoción. Ahora ya no lo canto como antes, ahora me motiva más el texto y lo nutro con la madurez y entendimiento que vienen con el tiempo”, Genaro Sulvarán.

Tosca, el clasico de Giacomo Puccini en el Palacio de Bellas Artes, diciembre 2015. Foto Juan Jose Arias. Tosca, tiene programadas dos presentaciones más para esta temporada, el jueves 3 y el domingo 6 de diciembre en el Palacio de Bellas Artes, así que todavía existe la oportunidad de ver esta obra italiana por excelencia donde se escucha una de las partituras más apreciadas por la crítica especializada y en esta presentación es interpretada por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes bajo la dirección del maestro Srba Dinic; el Coro del Teatro de Bellas Artes bajo la conducción de John Daly Goodwin y el Coro Ensamble México dirigido por Aldo Guerrero. En la parte escénica, la resposabilidad de la escenografía está a cargo de Laura Rode y Adrián Martínez Frausto; el diseño de vestuario es de Tolita y María Figueroa; y la iluminación es de Víctor Zapatero.

El elenco de esta “gran fiesta operística” se complementa con las voces del tenor Héctor Valle en el papel de Spoletta, los barítonos Leszek Zawadka como el sacristán y Carlos López interpretando a Cesare Angelotti; además de David Echeverría que encarna a Sciarrone, José Luis Reynoso al carcelero y Javier Coronado como pastor.

Un gran equipo que ha sabido responder al reto impuesto por Luis Miguel Lombana: “Seamos fieles al drama y hagamos Tosca para el espectador que nunca la ha visto, para el espectador que por primera vez va a la ópera y quiera regresar”.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.