Sondra Radvanovsky en Palacio de Bellas Artes

Por: Fritzi Mazari — 25 de marzo, 2012

“Adoro lo que hago, que es cantar. Para mí, estar frente a la audiencia es como una droga”, Sondra Radvanovsky.

Invitada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) dentro de su programa de Actividades Internacionales, Sondra Radvanovsky se presentó ayer sábado 24 de marzo en el Palacio de Bellas Artes.

Un elegante concierto en el que la soprano estadounidense provocó en el público aplausos en reconocimiento a su talento, carisma y belleza, al igual que conmovió al público al interpretar obras de Giuseppe Verdi, Francesco Cilèa, Sergei Rajmaninov, Umberto Giordano, Henri Duparc y Aaron Copland, entre otros compositores. El recital que fue acompañado por el pianista Anthony Manoli inició con la obra Ah! Pérfido, de Beethoven

Además, a través de la perfecta voz lírica y dramática de la artista, esa noche el también escuchó Chanson triste, Extase, Aupays où se fait la guerre, de Duparc, y Simple Gifts, Long Time ago y At The River de Copland.

El momento más emotivo de la noche fue con la interpretación de Mercè, dilette amiche de I Vespri Siciliani, que provocó las palmas y que el público se pusiera de pie ante una muestra de potencia vocal y sensibilidad.

“Para esta presentación en Bellas Artes incluí mis temas favoritos. Lo hago con lo mejor de mi voz. Ha habido mucho amor y mucha tristeza en mi vida: en cada concierto me acuerdo de mi padre, fallecido hace varios años, por eso las cantó con mucho cariño”, Sondra Radvanovsky.

Poco antes del concierto, la artista internacional comentó algunas de sus impresiones en esta visita a México. Explicó que es la primera vez que viene a México para brindar un concierto, ya que antes lo había hecho como turista.

Radvanovsky, quien ha interpretado en más de 150 ocasiones el papel de Leonora, señaló que este año estará sumamente ocupada brindando conciertos en varias regiones del mundo. “2012 será un año muy bueno para mi carrera musical”.

La soprano ha cantado en las casas de ópera más importantes del mundo, incluyendo la Royal Opera House del Covent Garden, la Ópera de París, el Teatro alla Scala de Milán, la Ópera Estatal de Viena, la Ópera Lírica de Chicago, la Ópera de San Francisco y muchas otras. Para este año no tendrá vacaciones ni descanso, pues estará ofreciendo conciertos con la Orquesta de Toronto, así como en Madrid –para cantar Tosca– y en Barcelona –para ejecutar Aída–.

“Me siento honrada de estar en la Ciudad de México”, apuntó la soprano que se ha caracterizado por interpretar en ópera a personajes de reinas como Ana Bolena. “Son papeles perfectos para mi voz, en lo personal no me preocupo de nada, porque me quedan como anillo al dedo”, señaló la portadora de una voz potente, conmovedora y platinada, como lo demostró en su presentación del fin de semana en el Palacio de Bellas Artes.

Afirmó que su principal ídolo es María Callas y sostuvo que la técnica, la actuación y la música son elementos fundamentales para realizar un concierto. “Es una combinación perfecta para enfrentarse al público”, dijo la cantante que ha pisado los foros de ópera más importantes del mundo. También reconoció su admiración por los tenores mexicanos Plácido Domingo y David Lomelí y la música mexicana: “La música mexicana es hermosa si la cantas en español”.

Asimismo, la soprano dijo sentirse feliz porque el año entrante se conmemorará el bicentenario del natalicio de Verdi, un compositor que admira mucho: “Verdi es uno de los compositores más difíciles que han existido, sobre todo para nosotras, las sopranos. Su emoción y su música es lo que más me agrada de él”.

Y agregó: “Cuando canto a Verdi siento la libertad y la conexión con la música; soy tan admiradora de Verdi que tengo todos todo tipo de discos con su música. Cada vez que vuelvo a casa, lo siento como un viejo amigo mío”.

La cita en el Palacio de Bellas Artes significó una noche especial para todos aquellos que gustan de disfrutar del género belcantista. Al despedirse, de su público Sondra Radvanovsky, expresó su agradecimiento al público mexicano, el cual quedo cautivado con esa cátedra de presencia escénica y dominio del escenario.