
Por: Aracely Cortés — 16 de septiembre, 2009
Casi siempre que se hace una historia se habla de un viejo, de un niño o de si, pero la noche del pasado 13 de septiembre en el Auditorio Nacional se hicieron varias historias que hablaron de algo más; el encuentro entre Roberto Fernández Retamar y Silvio RodrÃguez acompañado éste por la guitarra de Rachid López.
Fue un encuentro de poetas que entrelazando una a una sus poesÃas (la lÃrica y la hablada) hicieron que transcurriera la noche. Silvio tiene un buen público en nuestro paÃs y cuando se presenta siempre hay una gran asistencia y el pasado domingo no fue la excepción, prácticamente con la sala llena el poeta Fernández Retamar hizo una lectura perfecta de sus poemas, hablando si de un viejo, de un niño y de sÃ, pero también de la fuerza del amor, de la relación de la pareja consolidada a través de los actos del dÃa a dÃa, de la vida en un paÃs como Cuba.
Al igual que Silvio tiene un tema recurrente y algunas veces inadvertido: la Revolución, presentada como el gran eje de la vida junto con la Patria y también presentes todos aquellos hombres y mujeres que de una u otra forma han estado comprometidos con la causa revolucionaria.
Ya sea Roque Dalton, aquel polÃtico y poeta salvadoreño asesinado en 1975 a quien está dedicada una de las canciones más conocidas: Mi unicornio azul, o bien la búsqueda para poder explicarle al mundo y a las generaciones venideras a través de la música, la poesÃa, el arte o la historia cómo hicieron los cubanos en abril de 1959 para hacer retroceder y finalmente vencer al ejército norteamericano, esto en las notas de la menos popular Playa Girón.
Como el mismo RodrÃguez apuntó la poesÃa de Roberto Fernández Retamar fue muchas veces parte de su inspiración, como los presentes pudimos atestiguar, asimismo se confirmó una vez más que el grupo de músicos conocidos como la generación de la Nueva Trova Cubana tienen un compromiso con la vida, con el amor, con su patria, con la Revolución y que su música en especial la de Silvio Rodiguez es siempre más que una canción, ya que está en todo momento impregnada de trazos literarios que lo hacen ante todo un poeta; por eso la invitación a su colega y maestro quien ha ganado premios internacionales de poesÃa y ha dado clases en diferentes universidades tanto de América como de Europa, donde fue un acierto en la trayectoria del artista cubano.
Siempre se agradece la canción “que compromete el pensamiento”, a Silvio Rodriguez, en particular el público que se le entrega le agradece también los finos acordes que salen de su guitarra y su voz tan clara que parece que no ha pasado mucho tiempo de aquellos primeros discos, pero sobre todo hay que agradecerle traer presentaciones de calidad, que él junto con Fernández Retamar canten algo tan entrañable y hayan borrado de su voces aquel viejo y socorrido estribillo que algunos siguen usando: “te quiero mi amor no me dejes sólo mira que yo lloro”, el cual nunca generarÃa por parte del público ese grito constante cuando los nuevos troveros cubanos vienen a México: ¡Viva Cuba, Viva La Revolución! Silvio como siempre polÃtico al final de la noche pidió libertad a los cinco presos en Estados Unidos.
Un listado de enlaces a centros culturales, música, teatro, danza, infantiles, festivales y medios y más.
Deja un comentario