
Por: Enrique R. Mirabal — 2 de noviembre, 2006
Por fortuna para los espectadores amantes de celebrar las fiestas decembrinas comme il faut, fueron compuestas algunas obras para tal propósito; por supuesto, los principales teatros de ópera y ballet del mundo las reponen una y otra vez.
A saber, las más socorridas son el ballet El cascanueces de Chaikovsky (que como cada año tendrá su temporada navideña en México, D.F., esta vez en el Auditorio Nacional), la ópera La bohème de Puccini y la opereta El murciélago de Strauss hijo. Se podrÃa agregar a la lista oratorios, cantatas, misas, cantos litúrgicos y comedias musicales. Giancarlo Menotti, en el pasado siglo XX, se sumó al repertorio con su Amahl y los visitantes nocturnos en clara referencia al encuentro del pastorcito epónimo con los Reyes Magos.
Anticipándose a las fechas, esta vez por calendario sexenal, la actual dirección de la Opera de Bellas Artes se despide con una nueva producción de El murciélago y, para ello, solicitó la colaboración del equipo idóneo para llevar a feliz término su mandato.
La dirección musical estará a cargo del maestro Khamal Khan que ya ha estado al frente de la Orquesta de Bellas Artes en anteriores ocasiones, la escenografÃa se le encomendó al maestro David Antón, lo cual es garantÃa de buen gusto y creatividad a prueba de presupuestos. Antón es, hoy por hoy, el escenógrafo mexicano con el mayor número de exitosas producciones operÃsticas asà como de todos los géneros y estilos teatrales incluido el próximo estreno del musical VÃctor Victoria.
La dirección escénica corre por cuenta de un experto en manejar masas corales, cantantes/actores y bailarines en un mismo escenario, el maestro José Solé de quien recién vimos su pintoresca versión de Tata Vasco de Bernal Jiménez. Y un elenco conformado por los intérpretes: Eugenia Garza, Peter Svensson, Rosa Elvira Sierra e Irasema Terrazas, Oziel Garza Ornelas, Grace Echauri, Mario Hoyos, Carla Madrid, Armando Gama, Oscar de la Torre y Hernán del Riego.
El murciélago (Die Fledermaus, en alemán en el original) es una opereta con libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy, basada en la obra francesa Le Réveillon (vÃsperas de Navidad) de Karl Haffner y Richard Genée.
Su estreno mundial fue en el año de 1874 en Viena y, desde poco tiempo después de su estreno y hasta la fecha, es considerada la opereta vienesa por excelencia y un obligado de fin de año en los teatros austriacos pero también se representa con cierta asiduidad en Estados Unidos (es famosa la puesta del Metropolitan de New York), en el Covent Garden de Londres, etc.
Con arreglos orquestales diversos e intenciones diversas, la partitura y el libreto han servido de base para ballets como en el caso de Ruth Page para la Opera de Chicago y la más conocida de Roland Petit, en el repertorio de varias compañÃas como el Ballet de Marsella y la Scala de Milán.
En el caso de Page, es curioso señalar que entre las transposiciones de óperas a ballets que realizó la bailarina y coreógrafa estadounidense, también se encuentra su versión de Carmen con el tÃtulo más o menos acertado de Armas y castañuelas. El libreto original de la ópera de Georges Bizet se debe a Halévy y Meilhac, los mismos que escribieron el de El murciélago.
Johann Strauss II (1,825 – 1, 899) estrenó Die Fledermaus (El Murciélago) en el Theater an der Wien (Viena) en abril de 1874. Tras un relativo fracaso inicial, la obra fue ganando aceptación en las sucesivas reposiciones. Se presentó en ParÃs en el año 1877 con el nuevo epÃgrafe de La Tzigane, con algunos cambios en el libreto y algunos añadidos musicales pertenecientes a la obra del compositor, titulada Cagliostro in Wien.
Para la escena, también compuso Indigo en 1871 y El carnaval de Roma en 1873, sin embargo, las más conocidas, entre una docena de operetas, sin contar El murciélago, son Una noche en Venecia, El barón gitano y Sangre Vienesa.
En la mayorÃa de las casas de ópera, es costumbre representar las operetas vienesas en su idioma original, es decir, en alemán aunque para facilitar la comprensión del público en paÃses de diverso origen lingüÃstico, es común realizar la traducción al idioma correspondiente, tanto para las partes cantadas como para el resto del libreto: en porcentajes reales, la mayorÃa del texto es hablado.
Si consideramos que el golpe efectista de las palabras y el ingenio de las frases mordaces asà como los equÃvocos y tropiezos de los personajes son parte esencial de la obra, nada resulta más conveniente que la traducción. A medio camino, para complacer a puristas y al gran público, en El Murciélago se ha llegado a una decisión sabia: conservar las partes cantadas en el original alemán y traducir los diálogos según el paÃs o región. Probablemente esta opción sea la que oiremos en Bellas Artes.
Las funciones de El murciélago en el Palacio de Bellas Artes en este mes de noviembre serán los domingos 12 y 19, los martes 14 y 21 y el jueves 16.
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