OperAréa… Hechizo, sueño, deseo, aire y música

Por: Arturo Carrasco — 16 de julio, 2009

Dos cantantes de ópera interpretando arias y duetos en las alturas del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris es la premisa que da vida al espectáculo OperAérea.

OperAérea es más que sólo música mostrada en un estado de inmovilidad, de sobria estaticidad; es un espectáculo que se presenta como un divertimento operístico-acrobático encabezado por la soprano Lourdes Ambriz y la mezzosoprano Alejandra Alexanderson quienes dan una muestra de versatilidad y educación vocal mientras realizan una serie de rutinas suspendidas a varios metros de altura acompañadas, entre pieza y pieza, por cinco bailarines y acróbatas que apoyados en arneses y telas presumen de fuerza, equilibrio y, sobre todo, gran talento en sus ejecuciones.

Todo esto respaldado por una excelente iluminación a cargo de Kay Pérez, el vestuario coordinado por Cesar Piña, quien también está a cargo de la dirección de escena y escenografía, y la música a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Hidalgo.

Y es que desde el momento mismo en que se abre el telón, el espectador es asombrado por el juego de acrobacias, luces, música y arte vocal que presenta Operaérea, espectáculo que se muestra como una verdadera experiencia músico-visual y puede ser disfrutada por quienes buscan descubrir más sobre un placer como la música sin la cual, en palabras de Nietzsche, “la vida sería un error”.

Es de destacarse, entre todo el trabajo escénico, el momento visual que despierta El dúo de las flores de Madama Butterfly donde interaccionan pétalos y abanicos, o La cabalgata de las brujas que es representada entre escobas y bailarines sincronizados espléndidamente.

El programa de OperAérea se compone por un “prólogo” de Heitor Villa-lobos (1887-1959) y cinco actos: Hechizo, de Federico Mendelsohnn (1809-1847); Sueño de Amor de Antonio Dvorák (1841-1904); Deseo, de Camille Saint Saëns (1835-1921); Aire, de Giuseppe Verdi (1813-1901), y Vuelo, de Benjamín Britten (1913-1976).

OperAérea se presentó con gran éxito en el bello Teatro de la Ciudad Esperanza Iris los días 10, 11 y 12 de julio con una muy buena aceptación. Pero, sobre todo de su principal público: los niños.

Aun cuando se puede pensar que OperArea no presenta más que el arte visual, sin un contenido palpable, para César Piña, director de la obra, “no es así, pues no se busca representar una historia como tal, por eso no se debe esperar un hilo conductor que guíe al espectáculo, sino más bien una puesta con varias imágenes individuales que en su totalidad cumplan con el objetivo de divertir, entretener y, principalmente, poder acercar a los pequeños a la ópera e introducirlos a este fascinante mundo, tan poco explorado en nuestro país”.