
Por: Enrique R. Mirabal — 1 de mayo, 2006
Serrallo, etimológicamente hablando, es una palabra que proviene del turco y su significado es sinónimo de harén. El rapto en el serrallo (o del serrallo como también se traduce) es una ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, estrenada en el Teatro Nacional de Viena en 1782.
Su tÃtulo completo y original es Belmont und Constanze, oder die Entführung aus dem Serail y deriva de un proyecto anterior del compositor de 1777, el singspiel (género alemán en el que se alternan diálogos y canto) Zaide según libreto de Schachtner.
Cuando Mozart se acercó a este argumento de exóticas reminiscencias orientales, ya habÃa sentido antes, la atracción por temas similares como materia prima para óperas: Thamos, rey de Egipto y SemÃramis, cuya partitura está perdida. El hecho de que el compositor se haya interesado en trabajar a partir de estas pintorescas fuentes literarias no obedece a un simple capricho ni a una actitud aislada. La brecha se habÃa abierto unos siglos atrás.
Es del conocimiento general que una gran parte de la Europa oriental y central fue invadida y ocupada por el Imperio Otomano y que, tras guerras de conquista y perÃodos de relativa calma, dicha ocupación duró aproximadamente del siglo XVI hasta el XIX. Viena, al igual que otras capitales europeas, sufrió el dominio otomano y, por consecuencia, la vida y las expresiones artÃsticas de la cultura del que serÃa conocido como Imperio Austro-húngaro quedó por mucho tiempo influido por costumbres, acentos y modas que los turcos impusieron.
Desde un simple tocado hasta el mobiliario, la gastronomÃa y el vocabulario se vieron penetrados por esta influencia. No sólo Mozart sino también Beethoven y Johann Strauss sucumbieron a las marchas y rondós a la turca. El rapto… es uno de los más felices ejemplos de este perÃodo.
La ópera en tres actos, con diálogos incluidos, tiene como eje argumental el rescate de una hermosa dama (Constanza) por su fiel y valiente enamorado (Belmonte). Por el camino, se le unen criados pÃcaros, guardias enojones, un pashá y bellas odaliscas. Por supuesto, todo sucede al interior del serrallo en el palacio del raptor. En un tono festivo, cómico o bufo según se prefiera nombrar, transcurren las peripecias, enredos y equÃvocos con feliz desenlace, en la mejor tradición que heredarÃa y elaborarÃa el cine de Hollywood, con Douglas Fairbanks y Rodolfo Valentino como sus más conspicuos histriones y con músicos a la altura de Korngold y Waxman incrementando la adrenalina.
En la puesta de El rapto en el serrallo que presenta la Opera de Bellas Artes en este mes de mayo, destacan en la dirección musical, Lucy Arner, en la dirección de escena, Massimo Gasparon que también se encarga del diseño de escenografÃa y vestuario.
La iluminación corre por cuenta de Marcelo Cuervo y en el reparto figuran: Bertha Granados alternando con Olivia Gorra como Konstanze; Javier Camarena es Belmonte y los secundan Mikhail Svetlov, Rebeca Olvera, Rosa Elvira Sierra, José Guadalupe Reyes y Enrique Rocha. Todos acompañados por el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes.
Las funciones de El rapto en el serrallo en este año de conmemoraciones mozartianas serán:los domingos 21 y 28 y el martes 23 y el jueves 25 de mayo en el Palacio de Bellas Artes. Como dato curioso, próximamente, la OFUNAM interpretará en la Sala Nezahualcóyotl esta misma ópera en versión de concierto.
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