
Por: MarÃa Teresa Adalid — 13 de septiembre, 2007
La efervescencia rockera cumplió un ciclo más, Contemporánea en Vivo cumplió su quinta edición aprobado por el público. Siendo una proyecto que irrumpió en el 2001, este espacio de convergencia rockera se ha consolidado como una oferta de las mejores propuestas de músicos instrumentistas y corrientes vanguardistas. Espacio libre y cosmopolita, Contemporánea en Vivo no recurre al discurso antiguo, sino lo fusiona con el actual realizado por músicos para músicos. Las dos conciertos de septiembre 8 y 9, transcurrieron en fulgores rÃtmicos, rencuentros con viejos conocidos, y sobre todo, en la batalla sobre la escena.
CorrÃan las ocho de la noche, a pesar de los chubascos nocturnos la gente arribaba al lugar. En el lobby del Teatro Metropólitan divagaban los comentarios de manera oscilatoria, el punto era la música. Aquél espacio era una camarerÃa acústica. Todos acudÃan con puntualidad al recinto de culto para escuchar a Scott Henderson y Alex Machacek.
A las ocho con cuarenta y tres se asomaba Alex Machacek, de jeans y camisa, supervisaba el equipo para iniciar la velada, enseguida salieron Kai Eckhardt (bajo) y Marco Minneman (baterÃa) del grupo telonero. Sonaron los primeros acordes de ‘Punishment’, la gente se mantenÃa atenta al discurso, asà pasaron algunos minutos, hasta que varios asiduos asentaban la cabeza con aprobación. Siguieron ‘Yellow pages’, ‘Austin Powers’, ‘Sic’. El trÃo encabezado por la guitarra verde de Machacek, bajo y baterÃa cautivaron a su auditorio.
Minneman de camisa amarilla y lentes realizó algunos solos con su baterÃa de ocho platillos con faramalla, en un instante se le cayó la baqueta, no obstante, ese percance no opacó la vivacidad y entrega electrizante, peculiaridad del baterista. Alex bromeaba con el público en algunos cortes ofreciendo su material discográfico en la salida para no andarlos cargando vuelta a Austria. Los tres artistas jóvenes y creativos, ofrecieron la frescura de su generación.
Tras un breve receso, la legendaria figura de Scott Henderson de jeans y camiseta negra irrumpÃa para realizar un breve chequeo de sonido, los fanáticos aprovecharon el momento para acercarse al proscenio y conseguir una fotografÃa. John Humphrey (bajo) y Alan Hertz (baterÃa) se incorporaban al escenario. La fama probada de un extraordinario guitarrista de primer nivel dejó en claro su sencillez y virtuosismo que fusionó con dedos mágicos las tesituras armónicas que cimbraron al recinto. Perfeccionista como sólo un amante de su profesión puede ser, Scott no dejó de monitorear con su equipo y pedales para obtener el sonido adecuado entre cada canción hasta lograr un sonido cuidado y óptimo, se disculpaba ante el público por la lentitud para llevarlo a cabo; el recinto en señal de respeto, guardaba un silencio sepulcral para dejar que el blusero Scott alcanzara el tono deseado.
‘Blues Band’ es su grupo y en la nueva alineación, Alan Hertz entró a sustituir al gordito Kirk Covington en la baterÃa. Humphrey se mantiene sutil y certero, deja en claro que el motivo es el flujo musical con abismales posibilidades de proyección, sonrÃe discretamente y disfruta de su momento sobre el escenario.
Con la mezcla del blues y el rock, Scott, quien comentó que era la primera vez que tocaba en la Ciudad de México, dejó en claro que es el lÃder en la exploración de tonalidades diferentes y únicas, que las variaciones de notas se convierten en un oasis de expresividad, y las formas etéreas se desdoblan y adquieren nuevos significados auditivos. Sabe su profesión y es un extraordinario virtuoso de la guitarra. Una especie de transmisor y constructor, fabricante de organismos musicales, tonos provocadores que se articulan en la reabsorción del oyente conmovido por el cuerpo de la obra, lo que le lleva a gritar en severas ocasiones: ¡Gracias maestro!, un disfrute del público hacia el fondo, ritmo, y de los solos que acapararon la parte final del concierto. Conmovidos y con un auditorio de pie, Scott Henderson y su banda ofrecieron un excelso concierto.
La quinta edición de Contemporánea en Vivo en el concierto de Machacek y Henderson resultó un acierto entre el panorama de los nuevos estilos, instrumentaciones y sonidos que mezclan lÃneas rÃtmicas y melódicas, formando espacios armónicos y no sonoridades masas como respuesta a lo circundante y castrante.
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