
Por: Enrique R. Mirabal — 10 de abril, 2009
La Bohéme y el olvido burocrático que nos privó de la escenificación de esta producción del Teatro Municipal de Santiago de Chile.
Pocos dÃas después de haber redactado el artÃculo correspondiente a las presentaciones de la ópera La Bohéme de Puccini en el Auditorio Nacional, nos llegó la noticia de la cancelación del proyecto conjunto entre el Teatro Municipal de Santiago de Chile y la CompañÃa Nacional de Opera de Bellas Artes de México.
Del millonario presupuesto adjudicado para producir la ópera que incluÃa nueva escenografÃa y vestuario que pasarÃan a formar parte del stock de la CNO, nunca vimos sus resultados palpables; sin embargo, nos preguntamos si la magnÃfica escenografÃa diseñada años atras por David Antón para esta ópera aún permanece en las bodegas del INBA o fue pasto de las llamas en el siniestro de todos conocido.
La historia de la música está plagada de cancelaciones de último minuto. BastarÃa comunicarnos con Shostakóvitch vÃa una médium cedida por Menotti para preguntarle cuántas veces fueron retiradas sus partituras a pocas horas del estreno o pocas horas después o cómo fue suspendida Lady Macbeth en Mtensk por designio staliniano…
Pero de Puccini sólo conocÃamos algún fracaso inicial o una frÃa recepción de Madama Butterfly; no obstante, esta vez, Mimi se quedó sin buhardilla adonde ir a exhalar su último soplo de vida acompañado de colorida hemoptisis.
No le quedará más remedio que pedirle asilo a su compañera de males e infortunio, Violeta Valèry, antes de caer, siguiendo la tradición mozartiana, en oscura y anónima fosa común.
Cuando más necesitábamos un espectáculo que nos distrajera de presentes y futuras crisis, la cancelación de esta millonaria producción tan anunciada y una de las pocas óperas que oirÃamos en vivo en el 2009, cae como balde de agua frÃa en las aspiraciones de los operómanos mexicanos que sólo encontraremos sucedáneo y consuelo en las trasmisiones en vivo desde el Met de Nueva York, iniciativa que tuvo a bien programar el Auditorio Nacional y que tendrá como cierre de la primera Temporada, la presentación de la La Cenerentola (La Cenicienta) de Gioachino Rossini y que se podrá apreciar el próximo 9 de mayo.
Como El buque fantasma, esta producción de La Bohéme quedará condenada a navegar eternamente por las gélidas aguas del Cabo de Hornos hasta que una improbable visita de la Bachelet la rescate del olvido burocrático.
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