La Amorosa, una entrega musical de Regina Orozco… una cita en el día del amor y la amistad

Por: Roberto Sosa — 22 de febrero, 2011

El escenario iluminado en tono púrpura enmarcó la presentación de Regina Orozco con Te amaré, de Silvio Rodríguez… Las notas de la guitarra se escucharon por todo el recinto y la voz de la autonombrada “mega bizcocho” lo llenó todo.

Vestida a tono con la escenografía, la interprete recibió al público que se daba cita el pasado 14 de febrero, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, para celebrar el día de San Valentín con un muy melcocho concierto que para estar a acorde con el día llebava por título La amorosa.

La noche fue ideal: Regina, sus músicos y un público sensible, se confabularon para una velada lúdica y romántica. En la segunda interpretación, se le notaba más tranquila y más dueña de la escena, Te doy una canción, también de Silvio Rodríguez, fue la melodía.

Regina Orozco, es una artista en toda la extenció de la palabra, sus trayectoria académica la avala el Conservatorio Nacional de Música y la prestigiada Juilliard de Nueva York; además de su formación histriónica en la UNAM, donde tomó clases con Julieta Egurrola.

Su talento abarca ópera, teatro, televisión y cine, el cual le significó el Ariel por su papel en la cinta Profundo Carmesí, bajo la dirección de Arturo Ripstein. Y en el género de cabaret, que es un ambiente donde la estrella se siente a sus anchas y domina con muchas tablas y elegante picardía, ha compartido escenario con figuras como: Susana Zavaleta, Liliana Felipe, Jesusa Rodríguez y Astrid Had.

En su carrera discográfica, se le recuerda por Regina Orozco La Megabizcocho, Rosa Mexicano y su última aventura Regina a gogó: Más bonita que ni una, la cual presentó en este mismo escenario del Esperanza Iris.

El perfecto marco para La Amorosa, un concierto dedicado al amor donde la voz de la Orozco acompañada al piano por Rodolfo Ritter y Vladimir Curiel, además de un ensamble de cuerdas –el chelo de Alain Durbecq y el contrabajo de Valeria Thierry; el violín de Omar Guevara; y la guitarra Roberto Medrano– hicieron vivir románticos momentos al público interpretando melodias como: De que callada manera y Para vivir de Pablo Milanés; Aquellas pequeñas cosas, de Joan Manuel Serrat; A nadie y Pero te extraño, de Liliana Felipe; Alma mía, de María Grever. Cerrando esta primera parte del recital con el himno del llamado Nano de España, Y el amor, del gran Serrat.

Con el sentido del humor que la caracteriza y al final de cada interpretación, Regina divirtió al público con bromas que hablaban del amor. Entre telones, un “cupido” se acercaba para ayudar a la cantante; los asistentes además de reír con sus bromas, entoban algunas de las canciones que la diva con gran dominio de voz y escena interpretaba.

Al inicio de la segunda parte –engalanada en un vestido rosa metálico-, sorprendió a los espectadores con temas del repertorio clásico, demostrando la educada voz de soprano que posee, así se escucharon fragmentos de Preludio para arpa y piano y Serenata melancólica, de Mario Ruiz Armengol; My favorite things, de Richard Rodgers; y A chloris, de Reynaldo Haln.

Para terminar eligio a Schumann, un poema de Friedrich Rücket y una botella de champagne (no es sidra Santa Claus, bromeó la artista) para brindar por el amor y la amistad con el público que llenó el Teatro de la Ciudad.

Para cerrar con broche de oro la noche, se escuchó: No puedo ser feliz, de Adolfo Guzmán; Ternura, de Mario Ruiz Armengol; No se tú, de Armando Manzanero; Tómame o déjame y Eres tu, de Juan Carlos Calderón; Perfidia, de Alberto Domínguez y el clásico Hasta que vuelvas, de Garza y Ramos.

Así, con el aplauso del público la Orozco regresó al escenario para cantar tres temas más y recibir muchos más aplausos por parte de su público que la ovacionó por su música, por su voz, por su humor y por su desfachatez ante la vida.

Regina Orozco, además de ser una gran intérprete, tiene el carisma y la elocuencia para hablarle al público en el idioma que a éste le agrada, sin poses de diva, con un lenguaje claro, cómo habla el ciudadano de a pie. Poque Regina es toda una estrella que al igual que triunfa, se hermana con las causas feministas y defiende los derechos de las minorías… Es por esta razón que la gente la sigue a todo escenario donde se presente. Porque la aman, porque se sienten identificados con su voz, con su extravagancia, con su irreverencía y sobre todo con su talento.