
Por: Susana Fernández — 5 de octubre, 2007
Después de una ausencia prolongada por más de una década, los Héroes del Silencio irrumpieron en la escena para recordarnos porque son considerados una banda emblemática del rock hispano.
AsÃ, pese a los inconvenientes técnicos que retrasaron la aparición de la banda, la expectación crecÃa (junto con los gritos y recordatorios por el colgón), una hora después el Foro Sol se iluminó con la presencia de los mismÃsimos Héroes: Juan Valdivia (guitarra), JoaquÃn Cardiel (bajo), Pedro Andreu (baterÃa) y Enrique Bunbury (voz).
Con los acordes de la guitarra y enmarcados con una súper producción donde cuatro pantallas daban paso a cada uno de los músicos, respetando el peso y valor de cada uno, el concierto –por demás esperado– arrancó. Una gran cantidad de jóvenes que aún eran muy chavos cuando esta banda tocó por última vez en nuestro paÃs, demostraron que los seguidores de los Héroes van en aumento y que no se trata de una banda generacional… Eran de todas las edades y con igual Ãmpetu por escucharlos.
Ataviados de riguroso negro, disculpándose por la demora y agradeciendo la paciencia de sus seguidores, Bunbury hizo que retumbará el enorme recinto. Ahà la música, ese sonido que los hizo favoritos inundó cada rincón y poco a poco los grandes éxitos, los que no podÃan faltar, fueron siguiéndose uno a uno. Mar adentro, Entre dos tierras, La carta, Bendecida, Opio, La herida y Héroe de Leyenda.
Entre rola y rola, el vocalista corrÃa de un extremo a otro y se dejaba querer por los benditos afortunados de las primeras filas, su idas y venidas nos recordaban que el rock&roll es un deporte de alto rendimiento, no apto para espÃritus apacibles. Cachondo y seductor, declaraba su amor por este paÃs y recordaba sus primeras presentaciones en escenarios alternos como Rockotitlán y Rockstock, hoy desaparecidos.
Convencido de su causa, reclamaba la saturación de música desechable que existe en América Latina, asà como la sobreproducción de realitys shows que satura a los canales –supuestamente– dedicados a la música y lanzaba la súplica y reto: ¡Apuesten hermanos por el rock!
Los éxitos como Sirena varada, Iberia sumergida, Maldito duende y, por supuesta La chispa adecuada, momento en que el Foro se transformó por miles de luces, hicieron que los asistentes se volcarán hacia la banda y cada minuto de espera hubiera valido la pena.
Eran más de la media noche y nadie querÃa irse, faltaban aún éxitos por recordar, después de la consabida despedida y regreso, Los Héroes del Silencio volvieron para gusto de los más aferrados… Y de nueva cuenta valió la pena espera, para que finalmente entre fuegos artificiales la noche terminará con broche de oro.
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