
Por: Aracely Cortés — 26 de agosto, 2009
Entre las propuestas escénicas que conforman el XI Festival Música y Escena, que concluye el próximo 6 de septiembre, se presentó El Gallo –en la Sala Miguel Covarrubias–, una expresión musical y escénica donde el lenguaje que predomina es la música y la actuación, elementos que reflejan el espÃritu interdisciplinario que desde sus orÃgenes ha caracterizado este encuentro.
Con una propuesta diferente e interesante, la compañÃa Teatro de Ciertos Habitantes, dirigida por Claudio Valdés Kuri, nos mueve a ciertas reflexiones. Para que las actividades artÃsticas como la danza, música, teatro u otra disciplina, lleguen hasta el espectador tiene que haber un proceso previo, que visto de atrás para adelante puede ser del ensayo general a la selección de los artistas que realizarán la puesta que está por montarse; y es justo sobre la selección de un grupo de cantantes para una producción sobre lo que versa El Gallo.
A través de los sentimientos y las sinrazones a las que se tiene que enfrentar un director y cada uno de los actores; podemos ver cómo cada uno de los miembros tiene su propia manera de entender e interpretar su personaje; la solidez que muchas veces se ve en la escena parte efectivamente del talento y del contenido de una obra, pero definitivamente El Gallo nos permite reconocer que la armonÃa del actor con su personaje, el entendimiento de los actores con el director y, finalmente, la madurez artÃstica de ejecución es algo fundamental para que las representaciones lleguen a buen puerto.
Los actores-cantantes Irene Akiko de Japón, Kaveh Parmas de Irán, Fabrina Melón de las Antillas Francesas y los mexicanos Raúl Román, Edwin Calderón e Itzia Zerón, hacen la difÃcil tarea de interpretar a su vez a un grupo de cantantes cuya caracterÃstica principal es que las palabras y expresiones de todos ellos no están hechas de la forma acostumbrada, de la prosa cotidiana.
Darle fuerza a la música y al oficio de actores es una interesante apuesta que podemos ver y esta parte se debe al músico inglés Paul Barker quien con su partitura da un valor importante a la comunicación de los actores.
La música que acompaña a los actores-cantantes es en vivo, algo que nos permite apreciar la estrecha relación que hay entre la música, –particularmente la ópera– y el teatro; el desenlace da muestras de un buen logro por parte del director y en una noche de gala se puede apreciar la obra para la cual fueron convocados.
Es importante destacar que El Gallo es una coproducción multinacional de Teatro de Ciertos Habitantes, Música y Escena, el Festival de México en el Centro Histórico, la Coordinación Nacional de Teatro, la CompañÃa Nacional de Opera, el Conservatorio Nacional de Música, el Brighton Festival (Gran Bretaña) y el Palaix de Beaux Arts (Bélgica).
El Gallo, una historia de confrontación de visiones y deseos… Una propuesta que muestra la solidez con que Teatro de Ciertos Habitantes va tras la búsqueda de nuevos lenguajes escénico-musicales.
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