
Por: Enrique R. Mirabal — 5 de mayo, 2017
De las óperas del austriaco Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), Così fan tutte, estrenada en 1790, es una de las últimas creaciones lÃricas del compositor y, a partir de su premiere y hasta la tercera década del siglo XX, fue, más que olvidada, venida a menos y, peor aún, censurada a manera de cortes so pretexto de su “atrevido argumento”: la ingenua apuesta entre dos soldados y un viejo filósofo acerca de la fidelidad y la volubilidad de las mujeres: ellos fingen ir a la Guerra pero reaparecen disfrazados, cruzando el cortejo, el uno con la prometida del otro.
Nada nuevo en la literatura ni el teatro de aquellos tiempos y menos con el tratamiento dado al asunto, de manera jocosa y exenta de morbo. RevÃsese al Arcipreste de Hita y al teatro español del Siglo de Oro y se encontrarán situaciones similares que fueron acogidas por el público con entusiasmo y no fueron objeto de caza por la Inquisición.
El libreto de Lorenzo da Ponte, asà como lo hizo para dos óperas anteriores de Mozart, Don Giovanni y Las bodas de FÃgaro, está escrito en italiano y exhibe análogas cualidades: ligereza, fluidez, chispa, candorosa picardÃa y un final feliz, congruente con la definición que aparece al calce del tÃtulo: drama jocoso que viene a ser, con matices, lo mismo que ópera bufa.
La partitura, en canónico equilibrio clásico, está dividida en arias, dúos, tercetos y concertantes que ofrecen oportunidades de lucimiento a todos los personajes, entre los que se reparten las tesituras básicas de la lÃrica, desde la de soprano hasta la de bajo. Brillantes solos y numerosos corales dan vida a Così fan tutte.
Sobre el tÃtulo, que se traduce como Asà hacen (o son) todas, refiriéndose a las mujeres, ha sido objetado por algunos inquisidores, disfrazados de defensores de derechos de la mujer, como un lenguaje misógino. Si nos atenemos a la sugerida incorrección polÃtica del tÃtulo, habrÃa que castigar (censurar) a la mayor parte de la literatura existente, a óperas famosas con personajes tan pecaminosos o sumisos como prostitutas de lujo o cortesanas, v.gr., La traviata, Manon; la mujer objeto, Madama Buterfly; las raptadas y recluidas en serrallos, en fin, nos perderÃamos de lo mejor de la literartura y el arte en pro de una asepsia hipócrita y oportunista.
En el boletÃn de prensa recibido, se transcriben algunas palabras del director escénico, Mauricio GarcÃa Lozano (con plausibles resultados en un pretérito Don Giovanni) quien señala que, por primera vez, el público mexicano podrá disfutar Così fan tutte.
Es probable que se hayan tergiversado sus palabras o que se cometiera un descuido en la redacción pero, de no ser asÃ, habrÃa que darle a conocer (o recordarle) al responsable de la dramaturgia que no es la primera vez ni la segunda que se presenta esta ópera en Bellas Artes. La anterior ocasión fue en el año 1994 durante el Festival Cervantino correspondiente.
Così… se presentó varios dÃas en Bellas Artes y otros en el Teatro Juárez de Guanajuato. La dirección escénica fue de BenjamÃn Caan y la escenografÃa de Alejandro Luna. La singularidad de esta producción consistió en incorporar al propio Palacio como marco de la trama: teatro dentro del teatro con un guiño cariñoso al recinto que acoge, veintitrés años después, a la creación mozartiana.
No podemos vaticinar resultados ni esa es nuestra función. Habrá que ver esta puesta, valorar sus intenciones y calibrar a las cantantes invitadas que se harán cargo de Fiordiligi (Silvia Dalla Benetta) y Dorabella (Isabel Stüber Malagamba), a quienes tendrá el gusto (o su antónimo) de ver y oÃr quien escribe estas lÃneas.
En el resto del elenco, encontramos a cantantes mexicanos, Orlando Pineda, Armando Piña, Patricia Santos y Jesús Suaste como Don Alfonso. Además, una intervención especial de Ricardo Magnus en el clavecÃn.
La dirección musical de la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes es responsabilidad de Srba Dinić, ya familiar para los melómanos, y como director huésped del coro, Timothy G. Ruff Welch. Por supuesto Mauricio GarcÃa Lozano creando tareas escénicas para los intérpretes y proponiendo movimientos; el trabajo de iluminación de VÃctor Zapatero y el vestuario de Mario MarÃn. La escenografÃa (multimedia) es diseño de Jorge Ballina, el multipresente creador que recién ha trabajado con Lozano en el musical El hombre de La Mancha.
Entre las cuatro funciones, solamente, que se presentan en el Palacio de Bellas Artes, podrá elegir el público su dÃa: domingos 7 y 14, martes 9 y jueves 11 de mayo. Pocas fechas de Così fan tutte para una capital de veintitantos millones de habitantes que compararán, serÃa imposible impedirlo, con las suculentas producciones del MET de Nueva York vistas en vivo y en directo en la megapantalla del Auditorio Nacional. Los factores para la medición no guardan proporción pero son inevitables. Foto: Arturo López.
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