Festín wagneriano… Concluye con gran éxito el Ciclo operístico de Wagner en el Auditorio Nacional

Por: Arturo Carrasco — 7 de junio, 2012

Festín wagneriano… Concluye con gran éxito el Ciclo operístico de Wagner en el Auditorio Nacional, junio 2012 A lo largo de su prolífica vida, Richard Wagner logró convertirse, gracias a su desbordante talento, en uno de los compositores de ópera más sobresalientes de su generación. Desde su primera obra escrita a los 19 años de edad hasta sus últimos trabajos en el ocaso de su vida, Wagner buscó dejar siempre en claro la idea de que él tenía que ser un artista total, por lo cual escribió no sólo la música sino también los algunos de los libretos de sus óperas, en los cuales quiso plasmar un aspecto más allá del artístico.

Tal es el caso de su tetralogía El anillo del Nibelungo, donde presenta una cosmogonía y decadencia de los dioses, brillantes textos que terminan por rescatar el amor como valor supremo. Esta obra épica se presentó en su totalidad en el ciclo de Ópera Wagner, que se realizó en el Auditorio Nacional, y que concluyó el pasado domingo 3 de junio con la retransmisión vía satélite de El ocaso de los dioses.

El ocaso de los Dioses se presentó con gran éxito el Ciclo operístico de Wagner en el Auditorio Nacional, junio 2012 Ópera de gran trascendencia, la última parte de la tetralogía El anillo del Nibelungo del alemán Richard Wagner, quien el próximo año cumple su natalicio número doscientos, razón por la cual se esperan festejos importantes en su honor en todo el mundo.

Integrada por tres actos y un prólogo El ocaso de los dioses, estrenada originalmente en 1876, continua con la épica historia de dioses, héroes y seres mitológicos en su afán por hacerse del anillo mágico que otorga el control del mundo a cambio del amor.

En esta última parte se muestra la muerte de Sigfrido, lo cual conduce a Brunilda a suicidarse y así redimir el amor como única fuente de felicidad para el mundo. Cuando las llamas que consumen el cuerpo de Brunilda empiezan a ascender y suben a los cielos, hasta llegar al Walhalla, éste comienza a arder ante la mirada atónita del dios Wotan, cuya ambición corrompió al mundo y fue a su vez la causa de su propia destrucción.

El oro del Rin se presentó con gran éxito el Ciclo operístico de Wagner en el Auditorio Nacional, junio 2012 El Auditorio Nacional transmitió originalmente El Ocaso de los Dioses el pasado 11 de febrero del año en curso en su estreno mundial desde el Metropolitan Opera de Nueva York y, dado el éxito que tuvo, decidió volver a presentarlo pero ahora en su versión íntegra con el fin de que los amantes del género gozaran de la producción más espectacular en la historia del MET.

La acreditada compañía del Metropolitan Opera invirtió 16 millones de dólares en la producción de El anillo del nibelungo, a la cual corresponden además del El Ocaso de los Dioses, El oro del Rin (que se presentó el 26 de mayo), La Valquiria (mayo 27) y Sigfrido (2 de junio), estas cuatro producciones se presentaron en el Metropolitan Opera House y se transmitieron por vía satélite durante las temporadas 2010-2011.

En su interpretación contaron con la participación de grandes intérpretes como Deborah Voigt (Brunilda), Bryn Terfel (Wotan), Jay Hunter Morris (Sigfrido) y Eric Owen (Alberich), entre otras grandes figuras del belcanto. La dirección de orquesta, estuvo a cargo de James Levine en El oro del Rin y La Valquiria, mientras que Fabio Luisi condujó en Sigfrido y El ocaso de los dioses.

La Valquiria se presentó con gran éxito el Ciclo operístico de Wagner en el Auditorio Nacional, junio 2012 Además de las estas principales figuras, la producción escénica fue enmarcada por una imponente escenografía que estuvo bajo la supervisión de Robert Lepage, denominada La Máquina: un complejo mecanismo de 24 vigas móviles que sirvió para recrear los bosques, ríos y murallas donde se desarrolla esta conmovedora historia de dioses, gigantes y seres humanos, inspirada en leyendas nórdicas.

A manera de aperitivo para este banquete musical, el pasado lunes 21 de mayo se proyectó, en el Lunario del Auditorio Nacional, el documental El sueño de Wagner, de Susan Froemke, en el que se narraba el proceso creativo del productor Robert Lepage en torno a realización de estos suntuosos montajes.

Con este festín wagneriano que consistió en la presentación de la tetralogía El anillo del Nibelungo –con una duración total de más de 19 horas y realizado en dos fines de semana–, el Auditorio Nacional ratificó su compromiso de acercar al público mexicano a las grandes producciones con el fin de dar a conocer diversas expresiones artísticas, reafirmando su proclividad como espacio plural e incluyente.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.