Chano Domínguez, inauguración a ritmo de jazz

Por: Susana Fernández — 16 de marzo, 2007

A manera de reivindicación y confianza en el proyecto Radical Mestizo, que desde hace varios años explora la transculturalización de las artes y ha difundido con gran éxito diversas propuestas innovadoras en el marco del Festival de México en el Centro Histórico (FMCH), este año ésta magna celebración artística inició con la presentación del maestro Sebastián “Chano” Domínguez en el Palacio de Bellas Artes.

Fusión de jazz y flamenco que a través de distintas intensidades sonoras atrapó la atención de un público por demás heterogéneo, reafirmando así que este género suma generación tras generación a nuevos adeptos, y que de forma inusual marcó el inició de un Festival que a más de dos décadas de distancia se ha convertido en punto de referencia cultural nacional e internacional.

Una noche, que inició con la presentación de las autoridades culturales, María Teresa Franco, directora del Instituto Nacional de Bellas artes y Literatura; y también con la representación, y promesa de un mayor apoyo a la cultural, del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Luis Ebrard Casaubón, una noche que inició la cuenta regresiva para su director José Areán, quien termina con esta edición su trabajo al frente del FMCH e inicia otra etapa con la Compañía Nacional de Opera.

Fue así que acompañado por su piano y ocho extraordinarios músicos, Chano Domínguez brindó un concierto con diferentes matices, donde -como él mismo afirma- abordó el jazz desde la trinchera del flamenco, con toda la energía y alegría del bailaor Tomasito Moreno; el cantaor Blas Córdoba y Marina Alberto, quien logró uno de los mejores momentos de la noche en la interpretación de Persia, pieza donde hizo gala de su dominio del salterio.

Por su parte, la melodía, sutileza y cadencia jazzística, estuvieron a cargo de Marc Miralta, en la batería; Mario Rossy en el contrabajo; Jordi Bonell en la guitarra, Llibert Fortuny en el saxo y, debutando con esta singular agrupación, Diego Urcola en la trompeta.

Poco a poco, a medida que fue presentando los temas, la mayoría incluidos en su último disco New Flamenco Sound, el pianista fue seduciendo al público, que si bien algunos conocían de sobra su trabajo, hubo una gran cantidad que llegó al Palacio a la expectativa de esta fusión musical que inició prometiendo y concluyó sin reclamo alguno.

Así inició el XXIII Festival de México en el Centro Histórico, encuentro artístico que han hecho suyo todos los que año con año regresan o inician la tradición del ir al Festival.