
Por: Roberto Loera — 2 de diciembre, 2009
Hace más de 15 años, el niño terrible de la escena mexicana, Juan José Gurrola, llevó a cabo la puesta en escena de las óperas Cavalleria Rusticana y Pagliacci, en el Palacio de Bellas Artes.
En su afán transgresor e innovador, Gurrola logró el abucheo del público que hasta jitomates arrojó al escenario. Era 1993. Gurrola se encontraba en la plenitud de su carrera, esta vez como director de ópera, pero aquella ocasión, la fórmula no le funcionó.
Para él, la ópera estaba “entre el sueño y la memoriaâ€, pero era un verdadero reto para su genio. “Como en los toros –decÃa–, la ópera desata pasiones, distintas dimensiones del alma; es una comunión musical, sentimental, sensual y de gran tradición; para decirlo todo, un gran milagro.”
El artista, no derrotado, quiso nuevamente hacer el milagro y diez años después, en 2003, regresó a Cavalleria Rusticana y la llevó a escena, junto con Pagliacci. Esa ocasión, el milagro se hizo. Entonces, el niño terrible mexiano expresó: “Representa la gran oportunidad de pedir perdón por mis errores al gran público operÃstico y demostrarle que no estaba tan errado, quizá un poco fuera de hacerlo perfectoâ€.
Ahora, la misma compañÃa, la Nacional de Ópera de Bellas Artes, retoma Cavalleria Rusticana y Pagliacci para cerrar su atribulada temporada 2009. Se trata de una nueva producción de la Opera de Bellas Artes y la SecretarÃa de Cultura capitalina, con un elenco totalmente mexicano, pero con invitados extranjeros.
Cavalleria rusticana (Nobleza rústica) de Pietro Mascagni (1863-1945), se estrenó el 17 de mayo de 1890 en el Teatro Costanzi de Roma; consta de un solo acto y una duración de 1 hora con 10 minutos.
El libreto fue escrito por Giovanni Targioni-Tozzetti y está basado en un relato del novelista Giovanni Verga. En 1891 se estrenó en el Teatro Nacional de México. Desde entonces ha sido una favorita del público mexicano; la última vez que fue presentada por la propia CompañÃa Nacional de Opera en 2003, dirigida por Juan José Gurrola.
Por su parte, Pagliacci (Payasos), de Ruggero Leoncavallo (1857-1919), es una ópera con libreto y música del propio autor y se estrenó el 21 de mayo de 1892 en el Teatro dal Verme de Milán y el 18 de octubre de 1893 se presentó en México en el Teatro Nacional. Desde entonces, ha estado varias ocasiones en cartelera, al lado de Cavalleria Rusticana, siendo la última vez en marzo de 1993, también dirigida por Gurrola.
En esta producción de 2009, la Opera de Bellas Artes ha apostado por la dirección concertadora del italiano Marco Zambelli, quien ha dirigido conciertos sinfónicos y óperas alrededor del mundo y trabajado con las principales orquestas europeas, incluyendo las filarmónicas de Londres, de Liverpool, de la BBC, de Praga y de Budapest, entre otras.
César Piña es el responsable de la dirección escénica y del vestuario y con ello tratará de volver a hacer el milagro de 2003. A él se le recuerda por haber ha hecho varios montajes operÃsticos en México, incluyendo L´elisir d´amore, de Donizetti, y Tosca, de Puccini, entre otras.
El elenco de Cavalleria Rusticana está integrado por Violeta Dávalos, Alfredo Portilla, Carlos Almaguer, Carla López Speziale y Eva MarÃa Santana, mientras que en Pagliacci toman parte José Luis Duval, Enivia Mendoza, Carlos Almaguer, Gerardo Reynoso y Ricardo López, un elenco totalmente mexicano, acompañados por el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes y el coro infantil Schola Cantorum de México.
Cavalleria Rusticana y Pagliacci son dos grandes clásicos de la ópera italiana. Por la brevedad de cada una, cerca de una hora y pocos minutos más, suelen representarse juntas, tradicionalmente.
Para cerrar su temporada 2009, la Opera de Bellas Artes escenificará ambas obras en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36 Centro Histórico), los dÃas 10, 13, 15 y 17 de diciembre.
Cada obra, a su tiempo, representó un gran éxito para sus autores, pero también su tumba, ya que no lograron igualar su triunfo con trabajos posteriores. Ambas abordan historias similares: el duelo de los amantes, donde salen a flote los más humanos de los sentimientos: la pasión, los celos, la venganza, que terminan en muerte. Estaremos a la espera de estas nuevas propuestas.
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ME PARECE EXCELENTE QUE SE ESTE DEDICANDO TANTO TIEMPO Y ESFUERZO EN LA OPERA. SE RECONOCEN TUS ESFUERZOS.. CESAR.