Alberto Cortez y Pablo Milanés, engalanaron el Teatro de la Ciudad

Por: Roberto Sosa — 20 de mayo, 2011

“…Y construyó castillos en aire a pleno sol, con nubes de algodón”

Alberto Cortez presentó Tener en Cuenta en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, mayo 2011 En menos de una semana, el escenario del Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, se llenó de música con dos intérpretes muy reconocidos y queridos por el público de esta capital, Alberto Cortez y Pablo Milanés.

El cantautor argentino ofreció tres conciertos (10, 14 y 15 de mayo) y el intérprete antillano sólo dio un recital el día 17, dos magníficas oportunidades con llenos totales en cada presentación.

La noche del sábado 14, el concierto de Alberto Cortez inició con la tercera llamada cuando se apagaron las luces y sólo el escenario permaneció iluminado. De pronto, “la voz de la amistad” apareció por un costado del escenario con traje y camisa en color negro –como ha sido su costumbre–, y con lento andar cruzó el escenario, y algunos kilos de más, recibió el aplauso del público presente.

El concierto comenzó ante un público adulto, en su mayoría por arriba de los 40 años, personas que han seguido la trayectoria del argentino por mucho tiempo. Cantó temas ya conocidos e igualmente nuevas composiciones que también el público le aplaudió.

Alberto Cortez presentó Tener en Cuenta en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, mayo 2011 Dio inicio con A mis amigos, Te llegará una rosa, A partir de mañana, No hables y Distancia. Con cada tema, se proyectaban imágenes en una enorme pantalla al fondo del escenario que acompañaron la letra de cada canción.

Al momento de interpretar Ella de José Alfredo Jiménez, Alberto Cortez se acomodó a un rincón del escenario acompañado por un músico y una guitarra acústica enmarcados por una sola luz en el escenario; la voz se escuchó como si fuera un cantante mexicano, con sentimiento, con emoción… así lo sintió el público y se lo reconoció con una ovación de pie.

Le siguieron Son nuestros niños, Eran tres, tema que escribió en 1973, año en que murieron tres grandes del arte universal: Pablo Picaso, Pablo Neruda y Pablo Cazals.

Terminó su presentación con: Callejero, Bombero, Chismes, Miguitas de ternura, No soy de aquí ni soy de allá, Camina siempre adelante, Mi árbol y yo, Castillos en el aire, y por último En un rincón del alma.

Pablo Milanés se presentó en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, mayo 2011 Para cerrar, cantó Cuando un amigo se va, en esta canción Alberto Cortez dejó el micrófono a la mitad de la interpretación, se acercó al proscenio y a cápela, interpretó la segunda parte de la melodía, el público de pie lo despidió con grandes aplausos.

“…Todavía quedan restos de humedad, sus olores llenan ya mi soledad, en la cama su silueta”

Con Pablo Milanés el ambiente fue muy distinto, aquí el público –al menos así lo percibió quien esto escribe— estuvo a la espera de escuchar los temas que quiere y le gusta del intérprete nacido en Cuba.

Pablo llegó al escenario en medio de la ovación y tomó su lugar al frente de su grupo musical (Carlos Miguel Hernández Núñez al piano; Edgar Martínez Ochoa de Zabalegui en las percusiones; Germán Fermín Velazco Urdeliz en el saxofón y también tocó la flauta; Sergio Félix Raveiro Gato con el bajo; y Osmani Sánchez Bárzaga en la batería) para dar inicio al recital con temas poco conocidos por los espectadores, pero que igualmente le reconoció con aplausos tanto por la calidad interpretativa, como la ejecución musical.

Pablo Milanés se presentó en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, mayo 2011 Los temas que se escucharon en la primera parte, entre otros fueron: Días de gloria, Nostalgia, De que callada manera y El saco roto. En la interpretación del emotivo El amor de mi vida, el público la reconoció y lo aplaudió.

Enseguida cantó El diario de Mauricio, Matinal y cerró con dos súper clásicos: Yolanda y El breve espacio, temas con los que puso a cantar a todos los asistentes. Con los aplausos regresó a interpretar dos temas inéditos con los que se despidió… había transcurrido apenas una hora y cuarenta minutos de actuación, un concierto que se quedó corto en este aspecto.

Dos recitales que tuvieron lugar en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, dos intérpretes que siempre estarán en el gusto del público. Un argentino y un cubano frente a los espectadores mexicanos. La música y el arte logran el sueño de Simón Bolívar, la unión de los pueblos de Latinoamérica, algo que ni en sueños, lograrán los políticos.

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“Uno no debe permitirse salir al escenario sin estar preparado en cuanto al conocimiento del personaje que se interpreta, si el ballet tiene una historia hay que contarla y vivirla lo mas real posible. Como intérprete, el reto es hacer llegar y entender al público la historia solo con los movimientos del cuerpo”, Raúl Fernández, diciembre 2009.