
Por: Claudia Magun — 13 de julio, 2006
Haber tenido el privilegio de trabajar bajo la batuta de directores como Igor Markevitch, José Pablo Moncayo, Arthur Fiedler, Kyril Kondrashin, Carlos Chávez, Jorge Mester, Luis Herrera de la Fuente y Eduardo Mata; ser amiga, colaboradora e intérprete de Rodolfo Halffter y Carlos Chávez -de quien tiene el honor de haber grabado toda su obra pianÃstica-, y tantas otras personalidades, no se dice fácil… la pianista mexicana MarÃa Teresa RodrÃguez es parte de esa trayectoria musical, resultado de la formación interpretativa, apoyada en el conocimiento, técnica y talento nato de una niña prodigio que a los ocho años hizo su debut tocando el “Concierto No. 1†de Beethoven.
Como escribe el maestro Mario Lavista en su artÃculo titulado “Una pianista de excelenciaâ€: ¿Cuántos pianistas pueden abordar con la misma solvencia técnica y hondura interpretativa una fuga de Bach y un preludio de Debussy, las Escenas infantiles de Schumann y las Estructuras de Pierre Boulez, o el Concierto de Grieg y el de Chávez?…
Palabras como estas describen la brillante trayectoria artÃstica de la maestra MarÃa Teresa RodrÃguez, quien con esa inteligencia excepcional, desarrollada técnica, visión estilÃstica y dotes pianÃsticas extraordinarias, caracterizan una carrera de concertista de más de medio siglo en la que ha iluminado el género orquestal de nuestro paÃs.
MarÃa Teresa RodrÃguez nació en Pachuca el 18 de febrero de 1923, inició sus estudios de piano a los cuatro años de edad, bajo la tutorÃa de su padres y a partir de ahà fincarÃa un ciclo profesional extraordinario. Después de haber pasado siete años bajo la guÃa del pianista y compositor Antonio Gomezanda, se recibió como concertista y maestra de piano, en esta ceremonia, además de Gomezanda, el jurado profesional estuvo integrado, entre otros, por Manuel M. Ponce y José Rolón.
En 1945, le fue concedida una beca, la cual le permitió completar sus estudios en Boston bajo la dirección de Alexander Borovsky, con lo cual enriqueció su ciclo de aprendizaje, ya formado por la herencia de Ponce y Ferruccio Busoni, recibida por conducto de Gomezanda.
En honor a una amplia y destacada trayectoria, a 75 años de haberse presentado por primera vez en el Palacio de Bellas Artes, la pianista mexicana MarÃa Teresa RodrÃguez recibe un merecido homenaje por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Los conciertos en honor a la maestra RodrÃguez se llevan a cabo en la Sala Manuel M. Ponce, Palacio de Bellas Artes, los dÃas 8 y 22 de julio. En estos dos recitales interpretados por ella misma, ofrece una muestra de su excelso trabajo en un programa que comprende obras de Fryderyk Franciszek Chopin, Wolfgang Amadeus Mozart, Robert Schumann, Maurice Ravel y Claude-Achille Debussy.
El siglo XX ha dado tres grandes pianistas en México, artistas cuyo indiscutible talento y brillante carrera no pueden ser parangonados con ningún otro instrumentista nacional. Ellas son Esperanza Cruz, Angélica Morales y MarÃa Teresa RodrÃguez, inteligencia excepcional, visión estilÃstica y dotes pianÃsticas extraordinarias, que caracterizan una carrera de concertista de más de medio siglo en la que ha iluminado la escena musical en nuestro paÃs.
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